foto: Picture Alliance / DPA / M. Karkas
Un bombardeo aéreo con gas venenoso en el noroeste de Siria, en la localidad de Jan Seijun, provincia de Idlib, dejó al menos 67 muertos, entre ellos 11 niños, aseguró hoy el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.
«El número de muertos confirmado es 67, veinte de los cuales son niños. Hay alrededor de 200 afectados. Pero todavía el personal está en shock, así que estimo que ésta no será la cifra definitiva», explicó el doctor Mohamed Katoub, coordinador en Turquía de la Asociación Médica Sirio Americana (SAMS). El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos culpa del ataque a aviones del ejército sirio o de la aviación rusa, que presuntamente lanzaron proyectiles cargados de gas sarín. Numerosas imágenes que han trascendido muestran los cadáveres de al menos nueve niños con pruebas visibles de haber sido expuestos a una agresión química. El Observatorio, citó a fuentes médicas y asegura que las víctimas de Jan Seijun sufrieron vómitos, asfixia y despedían espuma por la boca.
“Familias enteras se asfixiaron mientras dormían” señala el Consejo Local de la ciudad cuando ocurrió el bombardeo. El presidente del Consejo, Osama al Siada relató que aviones sirios efectuaron cuatro bombardeos con proyectiles que contenían gas cloro y gas sarín en varias áreas de Jan Seijun. «Tres fueron contra viviendas de civiles en el barrio del Norte y el cuarto, contra el centro de la población», indicó.
Por su parte, el ejército ruso anunció que no había realizado ningún bombardeo aéreo. «Los aviones de la fuerza aérea rusa no han dirigido ningún bombardeo en la zona de la localidad de Jan Sheijun», indicó el ministerio de Defensa ruso en un comunicado.
El régimen sirio es el responsable del «terrible» ataque químico en Siria, en el que murieron al menos 58 civiles en un bastión rebelde en el noroeste de Siria, estimó por su parte la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini.
Según lo publicado por la agencia France Presse, un hospital que atendía heridos en la zona del ataque también fue bombardeado, así como un mercado en Salquin. Un par de días antes, otro centro médico en la localidad de Marat al Numan, fue bombardeado.
Las víctimas están siendo trasladadas y atendidas en hospitales fronterizos de Turquía en donde cerca de 30 ambulancias esperan con heridos del lado sirio en la frontera turca para poder entrar a este país.
Varios países y organismos internacionales, entre ellos Human Rights Watch, han acusado al gobierno de emplear armas químicas contra la población civil. Damasco siempre ha negado su empleo. Tras un ataque con gas sarín en el distrito damasceno de Guta, el 21 de agosto de 2013, el Ejecutivo de Bashar Asad accedió, con el beneplácito de EEUU y Rusia, a deshacerse de su arsenal declarado de armas químicas. Posteriormente, las fuerzas leales a Asad han empleado contra zonas opositoras cloro en gas, un elemento asfixiante capaz de matar en lugares cerrados, aunque menos letal que otros químicos usados como arma. La ingente cantidad de muertos que ha dejado el ataque de este martes indica que otro elemento más mortífero podría haber sido el disparado contra Jan Seijun.
El ataque coincide con el inicio, en Bruselas, de una conferencia de donantes para sufragar el desastre sirio reconstruyendo el país. La organiza la Unión Europea con el apoyo de Noruega, Qatar, Kuwait y la ONU. Naciones Unidas ha solicitado 7.000 millones y medio de euros para abordar una de las mayores catástrofes humanitarias de nuestra era.
Con información de El Mundo.es y agencias.