Foto: Tierra seca en la provincia de Almería. (David F. Sabadell)
Un chorro marrón cae de los grifos de cientos de casas andaluzas, decenas de espacios naturales han desaparecido o cambiado: lagos que se convierten en charcos o ríos de los que solo resiste un fragmento de tierra húmeda. El agua vuelve a ser la preocupación del verano en Andalucía, no solo por encontrar un lugar donde refrescarse de las altas temperaturas, sino porque la escasez se está enquistando en el día a día de las andaluzas. Una situación que en temporada de verano se vuelve más cruenta debido a las olas de calor y al aumento de turistas, uno de los sectores que más agua consume, agravado por una falta de políticas hídricas que garanticen el reparto social del agua y la conservación de las reservas hídricas.
Actualmente, Andalucía cuenta con un 37,65% de agua embalsada, según los datos de la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul. Una escasa cantidad de agua que tendrá que abastecer, además de a las 8,4 millones de andaluzas, a más de 15 millones de turistas que espera acoger la Junta de Andalucía durante este verano. Si además le añadimos los datos recogidos por la fundación We are the Water, que indican que de media una residente consume 127 litros diarios de agua y un turista más de 750 litros, lo que conlleva a una situación que se repite desde hace varios años: no hay agua para todas.
“De los 45 acuíferos repartidos por la superficie de Andalucía, alguno ya está en riesgo grave de desecación, pues se ha usado de forma intensiva, sin tener en cuenta su agotamiento sobre todo si no se recuperan al no recibir aportes para su recarga”, reflexiona el periodista Rafael Sanmartín en su estudio Andalucía, lugar de agua.
Según el último informe mensual de la Dirección General de Infraestructuras del Agua de la Junta de Andalucía publicado en junio, nueve de las 16 Unidades Territoriales de las Cuencas Mediterráneas andaluzas se encuentran en un estado de sequía prolongada. Tan solo las provincias de Granada y Sevilla cuentan actualmente con unos embalses por encima del 50%, los datos más extremos en este sentido se encuentran en la provincia de Almería cuyas reservas hídricas se encuentran en un 8%, según los datos del Instituto Geográfico Nacional. Varias localidades almerienses han tenido que prohibir el consumo de agua de grifo al declararla no apta para el consumo humano el ministerio de Sanidad, en este junio en Roquetas de Mar y a principios de año en barrios puntos de la capital. “Se tratan de aguas muy profundas, fósiles del acuífero de Dalias”, explicaba el hidrogeólogo José María Calaforra.
Al no tener apenas agua el acuífero, se comienza a extraer a más profundidad donde el agua está más expuesta a enturbiarse o estar expuesta a materiales tóxicos. Una situación parecida a la que viven desde el pasado 18 de julio las vecinas de Lora del Río (Sevilla) que debido a la escasez en el pantano Jose Torán del que se abastecen el agua de sus casas sale de color marrón y ha sido declarada por Salud como no apta para el consumo, una situación, explican, se lleva repitiendo de forma intermitente desde hace cinco años. “De los cuarenta y cinco acuíferos repartidos por la superficie de Andalucía, alguno ya está en riesgo grave de desecación, pues se ha usado de forma intensiva, sin tener en cuenta su agotamiento sobre todo si no se recuperan al no recibir aportes para su recarga”, reflexiona el periodista Rafael Sanmartín en su estudio Andalucía, lugar de agua.
El paradigma de esta situación se ha dado en la Zona Norte de Córdoba, en la que viven más de 80.000 personas, que durante más de un año han tenido que abastecerse de agua a través de camiones cisterna. El pasado abril volvían a tener suministro en sus casas, sin embargo, desde la Plataforma Unidos por el Agua denuncian que la situación “se solventó única y exclusivamente por las lluvias caídas, no por las medidas tomadas por las administraciones”. Por lo que exigen que se pongan en marcha políticas reales para evitar que “se repita la dramática situación”. Con la llegada del verano decenas de vecinas han denunciado que el agua de sus grifos vuelve a salir turbia.
Incentivos a los hoteles en un territorio al borde de secarse
A principios de julio la Junta de Andalucía daba a conocer la puesta en marcha de un decreto-ley para la “racionalización y el uso eficiente del agua en el sector turístico” que subvencionará a los hoteles y empresas turísticas con 40 millones de euros para “instalaciones y sistemas que permitan aprovechar el agua y sensibilizar de su uso racional», según ha sostenido el consejero Arturo Bernal. Un dinero público que provienen de los fondos europeos Next Generation. Según Emasesa (Empresa Metropolitana De Abastecimiento Y Saneamiento De Aguas De Sevilla ), un turista que visita la ciudad gasta tres veces más agua que una vecina de Sevilla.
Desde la Mesa Social del Agua han denunciado esta medida alegando que “Las actividades empresariales lucrativas tiene que internalizar sus propios costes” y creen “hacen falta medidas de mucha mayor envergadura política” que definan “las auténticas prioridades” del territorio. El colectivo cree que una de las acciones prioritarias debería ser atender los problemas de la gestión del ciclo urbano del agua. “El turismo debe repensar su modelo intensivo en consumo de recursos y en generación de externalidades negativas como el incremento del precio de la vivienda”, sostienen desde la MSA que propone otros sectores para ser subvencionados en vez de un negocio que tiene grandes beneficios económicos, el año pasado las actividades turísticas movieron más 25.337 millones de euros en el territorio según la Junta de Andalucía.
Entre las propuestas del colectivo están la subvención a Ayuntamientos para elaborar planes de emergencia contra la sequía y mejorar las instalaciones públicas y el impulso a las comunidades de vecinas para que mejoren la red interna de aguas de los edificios.
Sumado a esto el gobierno andaluz no cesa en su discurso en pro del turismo, falta recordar que a principios de año la Junta de Andalucía anunció que durante este verano se iba a restringir el uso de piscinas públicas en municipios y localidades, pero no el llenado de las piscinas en hoteles y otros establecimientos orientados al visitante, una iniciativa en la que tuvo que retroceder ante el revuelo mediático que provocó.
Por ello Juanma Moreno este permitiendo la puesta en marcha de proyectos que ponen en peligro el sustento hídrico del territorio según denuncian los colectivos ecologistas. Es el caso del proyecto Valle de Golf Resort, un proyecto turístico que ha tenido que variar el PGOU del municipio y recalificar 100 hectáreas de suelo no urbanizable para hacer realidad el que será el campo de golf número 60 de la Costa del Sol y haría superar los 110 en toda la comunidad. Los 800.000 metros cuadrados que ocupará de enclave deportivo están acompañados de 350 apartamentos de lujo, un museo de carruajes antiguos y un centro ecuestre para la doma clásica.
“Nuestra agua se está yendo a proyectos monstruosos”, sotienen desde Greenpeace Andalucía
Ecologistas en Acción han denunciado que el proyecto se encuentra sobre un acuífero y colindante a una zona de especial conservación (ZEC), dentro de un territorio semidesértico, con un aumento de población “exagerado” y con recursos hídricos “en decadencia” por lo que creen que el resort es “insostenible”. El colectivo además expone que: “se escudan en el turismo de calidad y en la desestacionalización del turismo para reproducir el modelo insostenible del pasado. La administración no ha entendido que estamos ante una emergencia ambiental y climática”.
En otro punto de la Costa del Sol, Casares, se encuentra la mayor laguna artificial de toda Europa, Alcazaba Lagoon, de propiedad privada y que alberga 1,4 km de extensión, para su llenado se necesitan 28.000 m³, es decir, lo que consumen diariamente 215.000 personas. Greenpeace ha denunciado que fomentar estos proyectos “dista mucho de las políticas de prevención que deben tomarse, dados los datos de agua embalsada con los que cuenta la comarca”-y reitera que-“Nuestra agua se está yendo a proyectos monstruosos”.
El periodista Rafael Sanmartín opina sobre el futuro del agua en el territorio que “La situación de Andalucía está cambiando a peor y ese parece ser el futuro por la falta de lluvias a causa del cambio climático y del trato recibido por los más responsables”, -y añade- “históricamente ha venido disponiendo de cantidad suficiente para sus necesidades, pero ya, en este momento ante la carencia de soluciones planteadas por los gobernantes, están empezando a crear problemas que llegarán a ser de subsistencia si no se cambia el modelo de consumo cuanto antes”.
Este material se comparte con autorización de El Salto