Amenazan a líder yanomami brasileño con “la vida o la selva” (IPS, 15/08/14)

Fabíola Ortiz

IPS, 15 de agosto, 2014.- Davi Kopenawa, máximo dirigente del pueblo yanomami en la Amazonia brasileña, reconocido internacionalmente por su lucha contra la invasión a su territorio de terratenientes y mineros ilegales, pelea ahora una nueva batalla, esta vez contra las amenazas de muerte a él y su familia.

“En mayo, me dijeron (mineros) que él no llegaría vivo al final del año”, explicó a IPS el yanomami Armindo Góes, de 39 años, compañero de de lucha de Kopenawa a favor de los derechos de este pueblo milenario.

Kopenawa, de 60 años, es actualmente el más respetado líder indígena brasileño. El chamán (guía espiritual) y portavoz yanomami es reconocido en el exterior como el “Dalai Lama de la selva”, con frecuentes participaciones en reuniones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y otros foros internacionales.

Fue galardonado con el premio ambiental Global 500 de la ONU y su voz atrae a su territorio de 96.000 kilómetros cuadrados, donde viven unos 20.000 yanomamis, personalidades como el rey Harald de Noruega, que lo visitó en 2013, o el británico exjugador de fútbol David Beckham, que lo hizo en marzo.

Kopenawa fundó en 2004 y preside la Hutukara Asociación Yanomami (HAY), con sede en Boa Vista, capital del norteño estado de Roraima. Antes luchó por la creación del Territorio Indígena (TI) Yanomami, con una superficie mayor que Portugal entre los estados de Amazonas y Roraima, en la frontera con Venezuela.

El 28 de julio, HAY denunció en un comunicado las intimidaciones que arreciaron en junio contra su líder, cuando Góes, uno de sus directores, fue abordado en la calle del municipio de São Gabriel da Cachoeira, en Amazonas, por “garimpeiros (mineros ilegales)” que le dieron un claro mensaje de muerte para Kopenawa.

Desde entonces, el “clima de inseguridad ha dominado todo”, aseguró Góes a IPS.

Los garimpeiros cada vez penetran más los territorios yanomami para explotar su oro, tanto en Brasil como en Venezuela, acechando a uno de los pueblos sobrevivientes más antiguos del mundo.

El TI Yanomami se creó en el marco de la Cumbre de la Tierra de 1992, que se celebró en Río de Janeiro, y fue durante la Cumbre Río+20, que se realizó en 2012 en esta misma ciudad, que Kopenawa adquirió gran protagonismo en la escena local, donde antes era menos conocido que en el exterior.

“Davi es una persona muy preciosa para Brasil, pero algunos lo ven como enemigo. Es un pensador y guerrero, que forma parte de la identidad brasileña y que lucha por los derechos indígenas y del pueblo yanomami hace más de 40 años”, dijo a IPS el activista Marcos Wesley, coordinador adjunto del programa de desarrollo sostenible Río Negro del Instituto Socioambiental (ISA).
El río Negro, el más caudaloso de los afluentes del Amazonas cruza parte del territorio yanomami.

Kopenawa logró en los años 90 que 45.000 garimpeiros fuesen desalojados del TI Yanomai, recordó Wesley. “Él y Hutukara tienen una lucha en común y son los voceros de los yanomami para sus denuncias. Imagino que hay gente molesta con el bienestar de los yanomami y que ha sufrido pérdidas económicas”, subrayó.

“Estamos atentos, hay signos amenazantes que nos pone alerta. Estamos trabajando a puertas cerradas. Dos personas armadas ya buscaron a Davi en Boa Vista. Incluso ofrecieron dinero para quien lo identificara. Nuestra preocupación crece”, dijo Góes.
El director de HAY explicó que “nuestra vida está en riesgo y los ancianos de nuestro pueblo aconsejaron a Davi que se resguarde en su comunidad”.

Pese a la delimitación, nunca cesaron las actividades clandestinas en el TI Yanomami.

“Hay mucha gente invadiendo la tierra indígena por la minería”, dijo Góes.

Kopenawa proviene de la remota comunidad de Demini, una de las 240 que existen en la TI Yanomami. Allí solo puede llegarse mediante pequeños aviones o tras10 días de navegación remontando el río.

El 8 de este mes, IPS logró contactar con el líder yanomami, minutos antes de emprender viaje a su comunidad, pero prefirió no detallar su situación por las amenazas.

“Ya lo he dicho todo, no queda nada más por decir. En este momento prefiero no hablar más. Solo puedo decir que estoy muy preocupado, junto a mi pueblo yanomami, lo demás ya lo hablé”, dijo.

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