Los efectos de la deforestación derivada de la minería ilegal en la región de La Pampa, en el Departamento peruano de Madre de Dios, han quedado al descubierto gracias a las fotos por satélite analizadas por el proyecto Monitoring of the Andean Amazon Project (el Proyecto del Monitoreo de Amazonia Andina o MAAP por sus siglas en inglés).
Una de las imágenes compara fotos de la zona tomadas en agosto de 2014 y en julio de 2015, pudiéndose apreciar cómo en menos de un año 750 hectáreas de bosque han desaparecido por las minas, lo que equivale a una superficie equivalente a mil campos del fútbol, denuncia MAAP.
Cabe destacar que el bosque que va desapareciendo por la minería ilegal se encuentra a unos seis kilómetros de la Reserva Nacional Tambopata. Se trata de una de las zonas del mundo con una mayor biodiversidad, ahora amenazada por la deforestación.
La reserva de Tambopata alberga a más de 600 especies de aves, mil 200 de mariposas, 103 de anfibios, 180 de peces, 169 de mamíferos, 103 de reptiles y mil 255 especies de plantas.
Solo hay 32 guardaparques para proteger las 240 mil hectáreas de la reserva y evitar que la minería ilegal destruya la zona, alerta Gamboa.
La ‘fiebre de oro’ estalló en la zona a principios de este siglo, y entre 2000 y 2012 causó la deforestación de más de 50 mil hectáreas. Entre 25 mil y 30 mil personas se hallan involucradas en la minería ilegal en La Pampa, según Humberto Cordero, coordinador de la Oficina Técnica del Ministerio del Ambiente en Madre de Dios, informa BBC.
El 14 de agosto, dos semanas después de que fuera tomada la última foto, las autoridades peruanas llevaron a cabo un operativo a gran escala contra las minas ilegales en el que participaron más de 1.000 policías, según Perú.com.
Conflicto minero en Las Bambas
La región de Las Bambas (Apurímac) vive en conflicto social a causa del mayor proyecto minero del país que ha estado marcado por el descontento popular y choques entre habitantes de la zona y policías. Actualmente están detenidas las labores de construcción.
Según un análisis publicado en el diario El Comercio, este conflicto es distinto al de Conga, Santa Ana y Tía María porque las obras llevan 98 por ciento de avance y parece que no serán detenidas.
“Ni los manifestantes, ni el mismo Marco Arana, conocido opositor antiminero, dicen No al proyecto”, apunta José Luis López, experto en temas socioambientales.
Los manifestantes exigen diálogo con el Gobierno para definir mecanismos que reduzcan el impacto de las obras y cumplir con los acuerdos sellados en la mesa de desarrollo multisectorial de febrero pasado.
“La mesa llegó a acuerdos importantes, como la construcción de dos hospitales y otras obras de infraestructura en las que el gobierno ha comprometido más de mil millones de soles (397 mil millones de dólares)”, refirió el gerente de medio ambiente, Antonio Mendoza.