Varios distritos en cuatro estados impidieron a niños migrantes inscribirse en las escuelas o recibir servicios educativos en Estados Unidos, indicaron investigadores del Georgetown University Law Center.
A pesar de que las leyes estatales estipulen que todos los niños, sin importar si tienen residencia legal en el país o no, deben asistir a la escuela al menos hasta el octavo grado o los 16 años de edad, interpretaciones arbitrarias han dejado decenas de niños con retrasos en las inscripciones.
Por otra parte, la falta de servicios de traducción e interpretación evitan que las familias de los menores estén enteradas del proceso, advierten los investigadores.
Los intentos del gobierno de encontrar y deportar a decenas de miles de niños centroamericanos no acompañados y a las familias que llegaron durante la oleada de cruces ilegales de 2014 complicaron aún más la situación, ya que provocó que varios estudiantes evitaran ir a la escuela por temor de ser detenidos por las autoridades, explican los autores del informe.
“La ley estadounidense es clara en este punto: ningún niño en Estados Unidos debe ser excluido de la educación pública”, aunque “eso no siempre se manifiesta en la práctica”, indicó Mikaela Harris, una estudiante de Derecho del centro y coautora del estudio publicado por el Instituto de Derechos Humanos de la Universidad y la organización no lucrativa Women’s Refugee Commission (Comisión de Mujeres Refugiadas).
Los distritos marcados en el informe son Florida, Nueva York, Texas y Carolina del Norte, por lo que recomendó reforzar la garantía de acceso a la educación sin importar el estado legal de residencia en el país.
Con información de agencias