Ahed Tamimi (Nabi Saleh, Palestina, 2001) se ha convertido en los últimos meses en un icono de la resistencia palestina a la ocupación israelí a raíz de la difusión masiva de un video en el que la adolescente de 16 años abofeteaba, en el portal de su casa y a mano descubierta, a un soldado del régimen de ocupación fuertemente armado.
El incidente fue filmado pocas horas después de que Mohammed Tamimi, un primo de la joven fuera tiroteado y herido gravemente en la cabeza sufriendo una lesión que le dejaría secuelas de por vida. La grabación llevó a la joven a enfrentarse a doce cargos ante un tribunal militar israelí y a cumplir una condena de prisión de ocho meses. Pero a nadie se le escapa que su encarcelamiento, más allá del episodio del soldado humillado, obedece al intento por parte de la administración ocupante israelí de dar un escarmiento a la población combativa del pueblo cisjordano de Nabi Saleh, y en especial a la familia Tamimi y a la propia Ahed, involucradas muy activamente en la resistencia activa no-violenta contra la ocupación.
Tamimi comenzó desde la edad de nueve años a participar en las acciones de resistencia de la población local de Nabi Saleh contra la expansión de la colonia ilegal judía de Halamish, que suponía la confiscación del manantial que abastecía a la villa. Ya en 2011, a sus 11 años, comenzó a adquirir relevancia en las redes sociales y medios alternativos al ser retratada enfrentándose a un soldado ocupante en actitud de propinarle un puñetazo. Su popularidad creció en 2012, gracias a la difusión de un video en el que, enfundada en una camiseta rosa con el retrato del pollito Piolín, se enfrentaba a tortazos a un soldado impidiendo la detención arbitraria de su hermano.
El 29 de julio, abandonaba la prisión de Ofer habiendo cumplido íntegramente la condena de ocho meses que le impuso el tribunal militar. Tras su excarcelación, denunciaba los malos tratos y el acoso sexual al que fue sometida durante los interrogatorios, en los que no fue asistida por su abogada ni por ninguna persona mayor de edad. Ahora se encuentra de gira por Europa, de la mano de la organización Unadikum, exponiendo su caso y el de más de 400 menores de edad en las prisiones del régimen israelí. En una de sus intervenciones en Valencia, tuvimos la oportunidad de mantener con ella una breve entrevista.
—Está de gira por Europa dando a conocer su caso y el de centenares de menores de edad palestinos en las cárceles israelíes. ¿Qué acogida ha tenido? ¿Esperaba toda la expectación que se está generando?
—Estamos teniendo una buena acogida, y nos estamos sintiendo muy apoyados en nuestra causa por los activistas que promueven esta gira, y eso es algo muy importante para nosotras, porque nos da más fuerza para continuar en nuestra lucha contra la ocupación. Aunque, por otro lado, yo esperaba una expectación mayor.
—Ha sido sometida a un juicio en un tribunal militar y se ha enfrentado a una pena de ocho meses de prisión por abofetear a un soldado ocupante armado, pero el suyo no es un caso aislado… ¿Cuál ha sido su experiencia frente a la corte militar y a la prisión israelí? ¿Y cuál es la realidad a la que se enfrentan los menores palestinos en situación similar a la suya?
—Todos los palestinos, no sólo los niños, cada vez que somos juzgados nos enfrentamos a tribunales militares. Y esto,juzgar a población civil en cortes militares, va en contra del derecho humanitario más elemental. Todos sabemos que este tipo de juicios son un mero espectáculo, una pantomima para que el régimen de ocupación muestre al mundo que nos trata bien, que respeta los estándares internacionales. Pero todo el mundo sabe que bajo la ocupación no hay justicia.
—En su opinión, ¿qué hace su caso especial? ¿Por qué ha tenido tanta trascendencia mediática mientras al mismo tiempo cientos de menores palestinos continúan en las cárceles ante la indiferencia de la opinión pública internacional?
—El momento en el que abofeteé al soldado israelí quizás era un tiempo especial para el pueblo palestino, es posible que en ese preciso momento el pueblo palestino necesitaba ver una reacción de ese tipo. Era el tiempo en que Trump reconoció a Jerusalén como capital de Israel y había una gran rabia latente. Además, en ese tiempo, la gente estaba ya aburrida de ver la imagen del pobre niño árabe maltratado que era asesinado a sangre fría. Por eso mi reacción, que fue muy diferente a la que se esperaba de una niña palestina, dio un vuelco a esa situación. A raíz de aquello, otros muchos palestinos tuvieron la misma reacción que yo. Pero lo más importante de todo, y lo que me molesta mucho, es que hay muchos niños igual que yo que todavía están en las cárceles del régimen de ocupación y no tienen ningún tipo de apoyo.
—La familia Tamimi ha tenido una especial preocupación en dar a conocer su lucha de resistencia a través de las redes sociales y medios alternativos, lo que a su vez le ha puesto en el punto de mira de Israel. ¿Qué consecuencias ha tenido la difusión de todas estas imágenes para la causa palestina? Y en lo más personal, ¿qué consecuencias ha tenido para la familia Tamimi?
—Mi caso ha tenido una gran difusión por todo el mundo, no solo por el apoyo de la gente que le ha dado voz, sino también gracias a mi familia, que ha trabajado mucho para que todo el mundo supiera de mi situación. Eso ha supuesto que el régimen de ocupación impusiera sanciones también a toda mi familia, que la represión arrastrara también a muchos miembros de mi familia. Nosotros, mi familia, hemos tenido a más de 15 personas al mismo tiempo en las cárceles del régimen de ocupación israelí. Constantemente había, y sigue habiendo, incursiones periódicas del Ejército de ocupación en nuestro pueblo, Nabi Saleh. Entran y escriben lemas racistas en las paredes de nuestras casas. Todo esto, mi caso, ha servido para que esta situación de represión constante que vive el pueblo palestino sea conocida. De alguna manera, los palestinos han podido mandar un mensaje al mundo a través de mí.
—¿Cree que el “caso Tamimi” ha servido para visibilizar el papel de la mujer palestina en la lucha de resistencia?
—La mujer palestina siempre ha tenido un papel relevante en la lucha contra la ocupación, ahí están ejemplos como los de Dalal Mughrabi, Leila Khaled, y otras muchas mujeres más que son símbolos para Palestina y para el mundo; y estamos muy orgullosos de todas ellas. La mujer palestina siempre ha estado junto al hombre en el campo de la batalla, como luchadora, enfermera, doctora… Todo esto ha sido siempre y sigue siendo parte de la lucha para liberación de nuestra tierra frente a la ocupación. Por eso yo no soy la única, ni el mío es un caso diferente, sino que soy un parte de una larga tradición de mujeres luchadoras, y esto incluye a todas las mujeres palestinas, musulmanas o cristianas, porque las mujeres cristianas también han jugado un papel importante en la lucha contra la ocupación.
—A la salida de la cárcel se ha visto arropada por los máximos dirigentes de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) ¿Ha sido una mera maniobra de marketing o cree que hay una voluntad sincera por parte de la ANP de respaldar la estrategia de resistencia directa no violenta que llevan a cabo en Nabi Saleh? ¿A su juicio es suficientemente contundente el papel que juega la ANP ante la fuerza ocupante?
—Sí, en mi caso recibí apoyo por parte de la ANP, no me refiero sólo al apoyo público y material… Hay más cosas más allá de lo que la gente puede ver. En cualquier caso, yo estoy con cualquier forma de la lucha contra la ocupación, no solo con las vías diplomáticas que representa la ANP. Pero el apoyo de la ANP, aunque en mi caso haya sido de agradecer, no es suficiente, quisiera que fuera extensivo a todos los niños y niñas palestinos que están en las cárceles del régimen de ocupación.
—A lo largo de esta gira mucha gente se habrá visto conmovida por su caso e incluso otros muchos habrán descubierto la dura realidad que viven diariamente los menores palestinos. ¿Qué les pediría a esas personas para que su solidaridad fuese más allá de lo testimonial y fuese una solidaridad efectiva?
—Yo pido a toda la gente en Europa, y en otros lugares del mundo, que presionen a sus gobiernos para que apoyen al pueblo palestino, cortando sus relaciones con el régimen de ocupación israelí. Les pido, además, que expongan los crímenes de la ocupación. Estos gobiernos tienen la responsabilidad moral de presionar para que se libere a todos los niños y niñas palestinos que todavía están en las cárceles del régimen de ocupación, y tienen que apoyarnos para que termine la ocupación de nuestra tierra, porque nosotros y nosotras estamos pagando inmerecidamente el precio del Holocausto.
Publicado originalmente en Gara
Fotos La Tinta
el documento tomado de Gara, no es nada reciente. hay muchos mas recientes.
todo mi apoyo a este joven que muestra lo que mejor hace una mujer.