Tercer aniversario del Golpe Estado Honduras HD from Proyecto Chakana on Vimeo.
Tegucigalpa, Honduras. Son las nueve de la mañana en Tegucigalpa y frente a las puertas de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UPNFM) se concentran los miles de manifestantes para marchar hacia el centro de la ciudad. Banderas rojas y negras, centenares de camisetas con la cara de “Mel” Zelaya, el “Comandante Vaquero” y cánticos como: “a tres años del golpe de Estado, aquí nadie se rinde”, decoraron la calle del principal acceso al centro capitalino.
Con una importante presencia de fuerzas policiales, pero sin ningún incidente grave, se recorrieron cinco kilómetros hasta llegar al Parque Central Francisco Morazán. “Hace tres años nos robaron la paz y la tranquilidad de nuestro país. Hace tres años nos arrebataron la democracia en Honduras. Desde aquel entonces, aquellos que dieron el golpe pensaron que en sólo tres días el país volvería a la calma. Después de tres años, el pueblo está de pie reclamando”, declaró Xiomara.
El Vocero del Movimiento Unificado de Campesinos del Aguán (MUCA), Vitalino Álvarez, agregó: “La oligarquía se equivocó con nuestro pueblo. Ellos querían causarnos un daño y a la larga nos han beneficiado, porque nuestro pueblo ha despertado y se ha rebelado”.
Por otro lado, además de conmemorar la creación del FNRP y repudiar el golpe, el Partido Libre, rama política del Frente, hizo la invitación a participar de la presentación oficial del partido y el lanzamiento de la candidatura de Castro este 1 de julio en el departamento de Santa Bárbara, de donde es oriunda la esposa de Zelaya. “Por mantener la convicción y la conciencia de que las cosas deben ser diferentes en Honduras, hoy estamos preparadas y preparados para asumir la responsabilidad en el 2013 de un nuevo gobierno justo y equitativo. Vamos por la refundación de Honduras y vamos por la asamblea nacional constituyente”, aseguró Castro, de 52 años.
Paradójicamente, con una fuerte connotación simbólica, el fraudulento gobierno de Porfirio Lobo Sosa eligió un 28 de junio para firmar un nuevo Acuerdo de Asociación Unión Europea – Centroamérica (ADA). “Este tratado no beneficia al pueblo hondureño, beneficia a las grandes oligarquías, a los empresarios y a las transnacionales. Además, tiene un apartado en el que prometen luchar contra el terrorismo ¿Y cuáles son los terroristas en estos pueblos de América Latina? Son los pueblos que luchan por su propia liberación”, explicó el subcoordinador de Libre y del FNRP, Juan Barahona.
Por otro lado, a una semana del golpe de Estado realizado en Paraguay que destituyó al Presidente Fernando Lugo, tanto los movimientos sociales como los altos dirigentes del FNRP repudiaron la acción al unísono, exigiendo que se restituya la democracia en el país del Cono Sur. “Las fronteras no existen para nosotros, por eso mandamos una señal de alerta a los compañeros y compañeras de Sudamérica, que lo que pasó en Honduras ahora pasa en Paraguay. Es una estrategia de los Estados Unidos para volver a apoderarse de la región con base en la manipulación y el control militar y económico. Por eso nos solidarizamos con el pueblo paraguayo”, advirtió el Secretario de la Organización Popular Los Necios, parte de la Coordinación de la Resistencia, Gerardo Torres.
Derechos humanos y censura selectiva
“En este golpe, además de romperse el orden constitucional, asesinaron a centenares de compañeros y compañeras de la resistencia y reprimieron violentamente a nuestro pueblo”, expresó Rafael Alegría, Coordinador de La Vía Campesina – Centroamérica. Por su parte, Dina Mezala, Coordinadora de Comunicación del Comité de Familiares de Detenidos y Desaparecidos (COFADEH), denunció: “Se han incrementado las amenazas, los hostigamientos y hay nuevas desapariciones forzadas, delito de lesa humanidad que creíamos no se iba a volver a presentar en el país. Hoy hay 15 nuevas desapariciones forzadas donde están involucradas las fuerzas de seguridad pública”.
Y es que desde junio de 2009, el pueblo hondureño ha venido sufriendo severas violaciones a los derechos humanos: el asesinato de cientos de personas; la persecución de dirigentes políticos, campesinos e indígenas y la censura a los medios de comunicación, particularmente en contra de los periodistas que se oponen al régimen.
Un ejemplo de lo anterior es el caso del camarógrafo de Contacto Directo y Canal 45, Uriel Rodríguez, que ha recibido varias amenazas de muerte, lo mismo que agresiones físicas. “A mí me han ocurrido varios atentados, me quisieron detener en una protesta y me amenazaron de muerte un militar y un policía. En otra oportunidad me dispararon a las piernas, pero la más grave fue el 6 de mayo de 2011, en San Pedro Sula; era una protesta en contra del encuentro Honduras Open For Business. Estaba cubriendo con mi cámara, buscando el mejor ángulo mientras los manifestantes y los policías se enfrentaban con piedras y gases lacrimógenos, cuando un policía me golpeó con un garrote, me rajó la cabeza: diez puntos me dieron. Me llevaron inconsciente de emergencia al hospital”, declaró Rodríguez. Hasta la fecha, ya son 24o los periodistas asesinados; todos los casos se mantienen impunes.
Éste es el panorama hondureño después de aquel 28 de junio de 2009, cuando por la madrugada, Manuel Zelaya fue secuestrado y obligado al exilio en Costa Rica por las fuerzas militares de Roberto Micheletti, el entonces presidente del Congreso Nacional. Desde entonces se vive una gran crisis económica y social, censura y limitación del ejercicio periodístico, así como altos niveles de violencia y de violaciones a los derechos humanos.
Hace una semana, en Paraguay, el Presidente Fernando Lugo también fue derrocado por el Congreso Nacional bajo fundamentos pseudodemocráticos. El mensaje es claro y la estrategia es la misma. “La democracia reside en el pueblo y el mecanismo debería ser el referéndum revocatorio: que el pueblo se pronuncie a favor o en contra. Éstas, en cambio, son maniobras de la oligarquía paraguaya y hondureña para destituir presidentes progresistas y en su lugar nombrar presidentes serviles al imperialismo norteamericano”, concluyó Rafael Alegría.