El prefijo des denota negación o inversión del vocablo simple. El verbo intransitivo aparecer significa manifestarse o dejarse ver causando sorpresa o admiración; también es usado pare referirse a algo que ha sido encontrado o hallado. Así, se concluye que desaparecido es el adjetivo calificativo para señalar que un objeto, persona o cosa ha dejado de manifestarse o hacerse presente, y la posibilidad de que se encuentre perdido u oculto.
¿Datos?
Mauricio Ortega Valerio. Dieciocho años. Primer año de Licenciatura. Cara ovalada, nariz chata, labios gruesos, mentón oval, cabello negro, ojos pequeños. Lo demás sin dato.
¿No hay más?
No hay más.
¿Mauricio? ¿Nada? Escucha, es el silencio insistente de la pérdida. El silencio de cuando sabemos que algo está, pero no sabemos dónde. Podemos buscar afanados en encontrar, pero tal vez alguien tal vez algo- mueva las piezas que borren sus huellas.
¿Mauricio?
No, así no. Tienes que decirle Espinoza, como lo apodaban.
¿Así como el de las canciones?
Sí, así como el de las canciones. ¿No te acuerdas que trae el bigotito?
¿Y cómo voy a saber que es él? Aquí traigo la foto pero, ¿y si no lo reconozco?
Tranquila. Mira, tú platica con él. Deja que te hable del campo, de la escuela, de que entró a Educación Artística. Que te cuente cómo la pasaba en las comunidades, que lo recibían bien y que enseñaba varias cosas, que le gusta la danza. Que estaba estudiando para maestro bilingüe.
Dile que también nosotros bailamos de a ratitos con la esperanza.
Le digo. Pero no me responde. Le digo que en casa esperan a que regrese para que les siga enseñando a bailar. Hay muchas cosas que todavía no ha enseñado, cosas que hacía cuando salía a la comunidad. Y le grito, porque sé que por ahí alguien pudo haberlo escondido bajo sus faldas.
Háblale tantito. A lo mejor responde.
¿Mauricio? Dice tu padre que eres muy responsable, que avisabas siempre qué hacías y a dónde ibas, que siempre supieron bien tus actividades de la escuela, que te reportabas al menos cada tres días. Y hay un cúmulo de tres días infinitos en las espaldas de quienes te conocen. Oye, tu tío también te busca. El tío con quien viviste durante tus años de secundaria y bachillerato; porque así es a veces, hay que dejar el hogar por perseguir los sueños.
¿Por qué no responde?
Algo le ha de estar tapando la boca.
Hay que decirle que vuelva.
No puede volver, él nunca se fue. Nos lo tienen que regresar.
Dile que su ausencia se nota.
Ya lo sabe. Sabe que hace falta en su aula, en el campo, en la cría de los chivos, en el corte de café y la cosecha de la mazorca. En el par de muebles que están en la casa de Malinaltepec, la casa de sus padres, los que se maravillaron con la destreza adquirida en un par de años en esa carpintería de Ayutla.
Dile que eso van gritando las voces, y yo sólo voy apuntando los datos perdidos que deja su existencia.
Oye Mauricio, una esperanza, muy chiquita, va empujando el rumbo de quienes te buscan. Porque quien escuchó tu voz, la sigue escuchando ahora. Porque no te has ido, porque hasta arriba de las cuarenta y tres fotografías en blanco y negro se lee DESAPARECIDOS.