El 8 de mayo de 1987, a las siete de la tarde, tres suboficiales de la policía bonaerense acribillaron a balazos Oscar Aredes (19), Willy Argañaraz (24) y Agustín Olivera (26), que conversaban y tomaban una cerveza en la esquina de Guaminí y Figueredo, Ingeniero Budge. Este hecho fue el primer caso de movilización barrial denunciando el gatillo fácil post dictadura, y remarcando que la represión no había terminado con la vuelta a la democracia; mucho menos en los barrios más humildes y hacia los jóvenes trabajadores. El suboficial mayor de la Bonaerense Juan Ramón Balmaceda, jefe de la partida fusiladora, arrastraba un largo prontuario al servicio de la dictadura.
Balmaceda, el cabo primero Juan Alberto Miño y el cabo Isidro Rito Romero fueron condenados a 11 años de prisión por el crimen, pero aún así siguieron libres, al amparo de infinitos recursos.
Hoy, con más de 5.000 pibes y pibas asesinados por el gatillo fácil y la tortura, frente a un gobierno que nos mata al ritmo de uno cada 25 horas, que reivindica el terrorismo de Estado y profundiza la represión en todas sus variantes, más que nunca apostamos a la unidad, organización y lucha que nos legaron los vecinos de Budge cuando salieron a la calle para gritar “El Pueblo pide justicia, no hay olvido ni perdón”.
A 30 años, familiares, vecinxs y amigxs convocan este sábado 13 de mayo a las 13:00, con concentración en Camino Negro y Recondo, para luego marchar hasta la esquina de Guaminí y Figueredo, el lugar de la masacre.
BASTA DE GATILLO FÁCIL – WILLY, NEGRO Y OSCAR ¡PRESENTES!
Contra la represión, ¡Unidad, organización y lucha!