Movimientos sociales y personalidades argentinas están demandando al Congreso Nacional que suspenda el envío de tropas del país a Haití, nación ocupada hace 10 años por diferentes efectivos militares integrantes de la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití, la Minustah. Los movimientos sostienen que ya es hora de que Argentina asuma su compromiso con los derechos humanos, la soberanía y la integración regional, y ponga fin a su participación en la ocupación.

El pedido se inserta en el marco de los debates que están ocurriendo esta semana en la Cámara de Diputados –en comisiones y en el plenario– sobre el Proyecto de Ley del Ejecutivo, que tiene el propósito de renovar la autorización de la permanencia de las tropas en el país caribeño. Actualmente, Argentina mantiene un efectivo de 566 militares en Haití.

El último miércoles, 10 de septiembre, se realizó una rueda de prensa en la Cámara de Diputados con el propósito de presionar por la no renovación del envío de las tropas. Estuvieron presentes, entre otras personalidades, Nora Cortiñas, de las Madres de Plaza de Mayo, el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, Pablo Micheli, secretario general de la Central de Trabajadores de Argentina, el periodista y defensor de los derechos humanos Herman Schiller, y Beverly Keene, de Jubileo Sur.

La presidenta de las Madres de Plaza de Mayo, Nora Cortiñas, hizo referencia a la situación de vulnerabilidad y de pobreza del país caribeño, profundizada por la presencia de las tropas y de la sistemática violación de los derechos humanos. En el mismo sentido, el Premio Nobel de la Paz, Pérez Esquivel, enfatizó que es «momento de mayor presencia de solidaridad y de envío de técnicos y de ayuda humanitaria en lugar de presencia de tropas”.

En su intervención, el secretario general de la Central de Trabajadores de Argentina (CTA), Pablo Micheli, relató su experiencia en Haití y reiteró el apoyo de la CTA a la Central Sindical haitiana. Micheli también pidió el retiro de las tropas. «Argentina debería tener en consideración el ejemplo de Bolivia y Uruguay, que están discutiendo el retiro de las tropas y, más fuertemente, el ejemplo de Cuba y de Venezuela que, muy lejos de enviar fuerzas de ocupación, garantizan la presencia de médicos y profesores, que es lo que necesita el pueblo haitiano”, resaltó.

Otra herramienta de presión es una carta-petición, entregada a los diputados y diputadas el último lunes 8 de septiembre. El documento está firmado por más de 100 personas y organizaciones que reclaman al Congreso que exija el retiro inmediato del efectivo argentino destacado hoy en Haití. También convocan al Congreso a exigir del Ejecutivo la votación en contra de la renovación de la Minustah antes del 15 de octubre, cuando el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) debe renovar la decisión; además de apoyar las demandas por justicia y reparación de todas las personas y comunidades que ya fueron víctimas directas de las acciones de la Minustah.

«Mientras el pueblo haitiano enfrenta una situación social, política e institucional de grave deterioro, esta ocupación garantiza el proceso de recolonización de Haití, en pleno siglo XXI: condiciones de ‘seguridad’ y ‘estabilidad’ para los capitales transnacionales que han aumentado su control sobre los ejes estratégicos de la economía, incluyendo las privatizaciones de la energía y las comunicaciones, el avance de la mega minería, el turismo de lujo, la maquila y la agroindustria exportadora, con la expropiación de campesinos y pescadores y el control social de la Minustah y la policía que entrena, que se encargan de reprimir la protesta y coadyuvar a que el salario mínimo se mantenga el más bajo de la región”, se denuncia en la misiva a los diputados.

La carta-petición también refuerza esa crítica al cuestionar qué tipo de amenaza la población haitiana representa para el mundo como para ser obligada a convivir con un gran efectivo militar controlando y vigilando el país día y noche. «¿Han evaluado cuál ha sido la contribución concreta de la presencia de tropas argentinas y de la Minustah en su conjunto, para conjurar esa supuesta amenaza?”, cuestionan.

Lejos de ser positiva, la actuación de la Minustah trajo en realidad perjuicios, según la evaluación de los movimientos. Los militares son acusados de ser responsables de actos de violencia directa contra la población haitiana: perpetraron masacres contra la población civil, reprimieron violentamente protestas sociales y de trabajadores y practicaron violencia sexual contra mujeres y niñas. También serían responsables de la epidemia de cólera, que ya mató a más de 8 mil personas y afectó a cerca de 800 mil haitianos y haitianas.

Por éstas y otras violaciones es que la «Misión de Paz” tiene un alto índice de reprobación de los/las haitianos/as. Según encuestas recientes, el 89% sostiene que los militares deben dejar el país. A pesar de la intencionada falta de repercusión en los medios de comunicación internacionales, son crecientes las manifestaciones contrarias a la permanencia de las tropas. En marzo de 2011, el entonces presidente René Preval, aseguró al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que Haití no necesitaba tropas militares. En septiembre de 2011 y mayo de 2013, el Senado haitiano también reclamó el retiro de la Minustah.

«Al participar en la Minustah, la Argentina además sigue aceptando que la comunidad internacional priorice el financiamiento de tropas de ocupación en Haití, en vez de asegurar el financiamiento necesario para, amén de reparar los daños perpetrados por la propia Minustah, revertir las condiciones de insalubridad y precariedad de vida que constituyen la verdadera amenaza a la seguridad y la paz para el pueblo haitiano”.