A 10 años de la crisis del 2008, todavía el mundo sufre sus secuelas. Se trató de una inestabilidad estructural, donde el sistema financiero, al no estar regulado, generó una gran especulación que derivó en esta crisis mundial, señaló Dámaso Morales Ramírez, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.
El problema es que al día de hoy seguimos igual, añadió el profesor. De hecho, surgieron nuevas corrientes y ofertas populistas, de las cuales algunos partidos políticos se han fortalecido, tanto en Estados Unidos como en Europa.
De acuerdo con Morales Ramírez, el presidente Donald Trump se ha aprovechado de las condiciones que generó la crisis económica para poder llegar a la presidencia de la República.
En Europa, el surgimiento de fuerzas populistas se dio en Hungría, Polonia, Grecia, Italia, Eslovaquia, República Checa, Lituania, Estonia y hasta en las recientes elecciones de Suecia, también en menor medida en Francia, Alemania y Holanda.
Este discurso populista también apoyó de alguna manera la salida del Brexit del Reino Unido, y con ello se dio un golpe a la Unión Europea.
¿Qué otras secuelas quedan? A decir de Morales Ramírez, si bien es cierto que Grecia ya terminó todo su proceso de reconstrucción con apoyos financieros, sigue hundida en la pobreza.
Hoy, los jóvenes no sólo los griegos, sino también los europeos no encuentran empleos bien remunerados. Sus contratos laborales no sobrepasan los tres meses a pesar de tener estudios con licenciatura y posgrado, además de hablar dos o tres idiomas. Están en ámbitos laborales que nada tienen que ver con lo que han estudiado.
El aumento de la pobreza y los movimientos populistas reafirman que la concentración de la riqueza sigue vigente.
“Qué queda a futuro? Por un lado, tenemos la crisis financiera, y por otro el discurso populista que podría tomar mayor fuerza. Además, están los jóvenes desamparados que podrían convertirse en una fuerza política social y desatar situaciones no deseadas”
También está el presidente Donald Trump, con una política comercial cerrada que anuncia una posible guerra comercial. “El futuro no es nada alentador, y estamos en las mismas condiciones que originaron la crisis en 2008. Esperamos pueda ser resuelto por los gobiernos e instituciones”.
En México
En México los estragos de la crisis son muy claros. Los adolescentes de aquella época ahora son jóvenes inmersos en el mercado laboral, que viven en una situación inestable. No encuentran empleos o son mal pagados. “No tienen opciones de vida”.
Además, las empresas mexicanas, en el marco de la renegociación del Tratado de Libre Comercio, tienen un impacto negativo en la producción y en el comercio. Esto afectará aún más al mercado laboral.
Los ciudadanos no encuentran salidas fáciles, sólo podemos decir que los estragos de aquella crisis siguen día a día presentes en su vida, pero quizás con mayor fuerza en los más jóvenes.
La situación no es fácil, pero habrá que crear políticas públicas muy claras para dar opciones laborales, personales y profesionales, concluyó.
Este material se comparte con autorización de UNAM Global