Ciudad de México | Desinformémonos. El presidente de México, Enrique Peña Nieto, aseguró en su mensaje de Año Nuevo del 2015 que éste iniciaría con siete acciones que favorecerían a la economía familiar. Entre los compromisos, señalaba que gracias a la reforma hacendaria bajarían las tarifas de electricidad y terminarían los aumentos mensuales a la gasolina.
“A partir de este momento ya no habrá gasolinazos… Gracias a la reforma hacendaria por primera vez en cinco años ya no habrá incrementos mensuales a los precios de la gasolina, el diesel y el gas LP…”, se escuchó decir a Peña Nieto.
Ahora, casi dos años después, el gobierno anunció la liberación de precios de la gasolina. A partir del 1 de enero, la gasolina Magna, Premium y el diésel sufrirán incrementos en promedio de 14.2, 20.1 y 16.5 por ciento respectivamente, en referencia al precio máximo que se registró en diciembre del 2016.
Sin embargo, a pesar de su mensaje del 2015, negó haber prometido evitar los gasolinazos y además aseguró que esto sólo afectaba a quienes tienen mayores ingresos.
Durante un encuentro en septiembre pasado con jóvenes becarios y beneficiarios de programas gubernamentales, el mandatario dijo: “Nunca comprometí el que no fuera a incrementarse la gasolina ¿Por qué no comprometí reducir la gasolina?”, se planteó para luego explicar:
“Hacia donde estamos transitando es a buscar que el precio de la gasolina se liberalice, es decir, este sujeto a la libre competencia, como ocurre en la gran mayoría de los países. México es de los pocos países que pone un precio fijo a la gasolina y esto nos lleva al gobierno a veces dedicar recursos o subsidios para la gasolina, importantes inversiones.
“En el pasado, en el sexenio pasado, hubo años en los que dedicaron más de 300 mil millones de pesos al año para subsidiar la gasolina”.
Agregó que esos subsidios eran un “impuesto agresivo” que beneficiaba a los que tenían mayores ingresos “porque son los que tienen vehículo propio, son quienes consumen más gasolina”.
Sus declaraciones fueron escuchadas el 1 de septiembre del 2016, después de registrarse los dos primeros aumentos del precio de la gasolina en julio y agosto del mismo año.