Con un proyecto multimedia, el colectivo The Rules explica cómo el dinero pasó de ser una herramienta, a ser el centro del propósito de la vida:
En 2011, Fernando Martínez Heredia escribió Contra el capitalismo (1): «La autoliquidación de los regímenes de dominación existentes en Europa en nombre del socialismo fue para el imperialismo un evento feliz en medio de esas tareas.
La base de aquella ofensiva provino del despliegue de la nueva fase del capitalismo mundial. Neoliberalismo es la palabra clave que permite sintetizarla. Ella brinda ropa y excluye explicaciones para la aplicación de las más rígidas y despiadadas medidas de un imperialismo económico que resuelve las tremendas contradicciones inherentes a su desarrollo mediante la destrucción de los equilibrios económicos y sociales preexistentes, la imposición a todos de los rasgos de su naturaleza actual, la exclusión práctica del sistema de una parte de la población del mundo, la profundización de las desigualdades y la multiplicación de las inequidades. Es, al mismo tiempo, la palabra clave de una ideología del desarme de toda resistencia o protesta, que franquea un retroceso descomunal del intelecto humano: el paso de los hechos económicos del terreno de las relaciones sociales al reino de la naturaleza.
Las víctimas necesarias de este proceso han sido la soberanía nacional de la mayoría de los países y sus intentos y proyectos de desarrollo autónomo, la democracia, los pactos sociales y los repartos de renta de alguna amplitud, propiciados o avalados por los Estados, y la incapacidad de representarse y pensar la situación y los problemas y del mundo, inducida a las mayorías. La victoria principal obtenida por el capitalismo ha sido evitar que sus acciones acarreen respuestas que creen y generalicen conflictos agudos que amenacen su existencia. Ese triunfo es lo que le permite contrarrestar el peligro mortal en que lo ha colocado su naturaleza, y es mayor si nos damos cuenta del sentido de la gigantesca acumulación cultural obtenida por la humanidad durante el siglo que terminó, mediante las resistencias, tomas de conciencia, movilizaciones, revoluciones y construcciones sociales que protagonizaron cientos de millones de personas, que se tradujeron en logros palpables, proyectos, experiencias y profundos cambios humanos y sociales. Esa es la verdadera bomba que podría estallar y barrer a los que dominan el mundo actual».
(1) Fernando Martínez Heredia. Contra el capitalismo / 2011 (fragmento del texto)