Ciudad de México | Desinformémonos. A un año de la inauguración del cuartel militar en el municipio de Chicomuselo, Chiapas, la militarización «ha afectado significativamente la vida civil, así como el trabajo que realizan las defensoras y defensores del territorio en la región», denunciaron el Comité para la Promoción y Defensa de la Vida Samuel Ruiz García (Comité Samuel Ruiz) y el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas AC (Frayba).
Las organizaciones indicaron que desde la llegada de los militares «hay un aumento de la inseguridad en la cabecera municipal y en las comunidades del municipio», así como un aumento de armas y violencia y la vigilancia militar contra defensores en la región.
A continuación el comunicado completo:
El Comité para la Promoción y Defensa de la Vida Samuel Ruiz García (Comité Samuel Ruiz) y el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas AC (Frayba) manifestamos nuestra preocupación por la militarización en el municipio de Chicomuselo, Chiapas, la cual ha afectado significativamente la vida civil, así como el trabajo que realizan las defensoras y defensores del territorio en la región.
El 8 de noviembre de 2018, el entonces gobernador de Chiapas y actual senador, Manuel Velasco Coello y Secretario de la Defensa Nacional, Gral Salvador Cienfuegos Zepeda inauguraron el cuartel militar del Batallón de Infantería 101 del Ejército mexicano, en el municipio de Chicomuselo, con el argumento de “fortalecer las acciones y protocolos de seguridad en la región y en la frontera sur”.
Desde la instalación del cuartel militar, el Comité Samuel Ruíz y el Padre Eleazar Juárez Flores, párroco de la iglesia de San Pedro y San Pablo, han denunciado constantemente que la presencia militar es para intimidar la resistencia minera que hay en las comunidades, así como para vigilar el trabajo que realizan las defensoras y defensores del territorio; además con la presencia del Ejército hay un aumento a la venta de alcohol en la cabecera municipal, así como de drogas y prostitución.
El Comité Samuel Ruiz junto con el Frayba constan una normalización de la presencia militar en la vida cotidiana del municipio. Han documentado que los militares se encuentran en los espacios de recreo público en la cabecera municipal, como son el parque municipal, la cancha municipal, el mercado. El consumo de bebidas alcohólicas por integrantes del Ejército ha provocado conflictos y accidentes en carreteras y en la cabecera. Han instalado retenes en las salidas de la cabecera municipal y de algunas comunidades. Iba a dar más seguridad, pero no se han disminuido los robos y asaltos en las carreteras del municipio.
En 2019 había un promedio de 35 movimientos del Ejército por mes, sólo en las calles de la cabecera Chicomuselo: en los meses febrero, marzo y agosto se pudo documentar mínimo de 40 hasta 50 movimientos. En promedio se puede constar que una tercera parte de los movimientos son altamente armados con elementos encapuchados. Desde el mes de agosto en algunas situaciones se pudo observar también la presencia de la Guardia Nacional, en dos ocasiones junto con soldados en los vehículos del Ejército.
El Comité Samuel Ruiz y el párroco, desde mayo pasado, han denunciado la infiltración de militares en actos organizados por la parroquia, desde esa fecha han tenido vigilancia de los militares en la casa parroquial, en donde se reúnen las y los integrantes del Comité Samuel Ruiz y en donde vive el párroco, esta vigilancia se hace de manera evidente en la puerta de la casa parroquial y en la iglesia. El párroco ha indicado el intento de militares de ingresar a las instalaciones de la parroquia, así como el seguimiento a él y a los integrantes del Comité Samuel Ruiz.
El municipio de Chicomuselo cuenta con al menos 14 concesiones mineras sobre todo de barita, oro y antimonio, así como otros proyectos de infraestructura que afectan la vida y el territorio tanto del municipio como de comunidades de Socoltenango, pertenecientes a la parroquia de San Pedro y San Pablo. La resistencia por la actividad minera en la región ha sido histórica, debido a estas acciones, el 27 de noviembre de 2009 fue asesinado el activista Mariano Abarca Roblero, quien se oponía a la extracción minera en Chicomuselo.
Ante estos hechos el Frayba, desde febrero de 2019, mantiene de manera constante la presencia de observadores internacionales para monitorear las acciones militares, acompañar y documentar el riesgo en que se encuentran las defensoras y defensores de la región, así como acompañar la resistencia de los pueblos que luchan por defender sus territorios amenazados por los proyectos extractivos.
En agosto de 2019, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional anunció la creación de nuevos Municipios Autónomos, uno de ellos llamado Esperanza de la Humanidad, en el ejido Santa María municipio oficial de Chicomuselo, en donde ya se han reportado recorridos militares.
El Comité Samuel Ruíz y el Frayba manifestamos que a un año de la instalación de la cuartel militar del Batallón de Infantería 101 del Ejército mexicano en el municipio de Chicomuselo, hay un aumento de la inseguridad en la cabecera municipal y en las comunidades del municipio.
Vemos con preocupación la militarización de los espacios civiles de la población, que trae como consecuencia un aumento de armas y violencia por el consumo de alcohol, drogas y la prostitución, debido a la presencia militar.
Exigimos a la Secretaría de la Defensa Nacional, el cese de acciones de vigilancia militar a las y los defensores de derechos humanos integrantes del Comité Samuel Ruiz, así como al Padre Eleazar Juárez Flores. Nos negamos a la normalización de violencia y la militarización de la vida cotidiana, que genera la ocupación militar en el Estado de Chiapas.
Comité para la Promoción de la Defensa de la Vida Samuel Ruíz García
Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas, AC