Ciudad de México | Desinformémonos. La lluvia y el frío no impidieron que la familia Flores, habitantes de la colonia Álvaro Obregón de Iztapalapa, fueron la tarde del jueves a llevar ropa, medicamentos, víveres y comida preparada a los voluntarios que están en el rescate de los edificios derrumbados.
Janet Lara Flores, madre de familia, motivó a sus familiares a ir a los lugares donde sabían que hay rescatistas trabajando voluntariamente. Lara, de 41 años, declaró: “para mí es importante venir porque sabemos lo que es vivir una desgracia como esta. Me tocó el terremoto del 85 y fue una tragedia para muchos, por eso hicimos el esfuerzo de cooperarnos entre toda la familia y traemos despensa, medicamentos y comida que gracias a Dios les gustó, y más el arroz que se terminó muy pronto. Me sentí mal por llevar muy poco, pero mañana temprano traemos más”.
Julio Cesar, de 24 años de edad y empleado de una dependencia gubernamental, comentó: “me sorprendió ver mucha gente apoyando, unos con café, otros con pan, tortas, agua y cosas más. Vi llegar como a 20 motociclistas con palas, picos, cascos y con muchas ganas de ayudar. No los dejaban entrar en Chimalpopoca, pero insistieron y los recibieron para apoyar en el retiro de escombros en la madrugada. Nunca había visto esta forma de comportarse entre los mexicanos, ojalá y fuéramos así todos los días, seríamos una potencia mundial si todos estuviéramos unidos siempre».
«Íbamos rumbo a San Gregorio en Xochimilco pero a la altura de Taxqueña sobre Calzada de Tlalpan había voluntarios que nos pidieron apagar luces, celulares y que no podían fumar porque había una fuga de gas en el edificio colapsado, detuvieron el tráfico y en cuanto pudimos movernos decidimos ir mejor a la colonia obrera, me gustó apoyar con lo que sé, preparar la comida con la ayuda de mis amigos y llevarles a los que están arriesgando su vida, lo estoy haciendo por solidaridad a las personas damnificadas”, señaló Javier Avendaño, de 26 años, chef de profesión.
Por su parte, Salvador, Gabriela, Areli y otros más se dedicaron a cargar la comida y dar de cenar a los voluntarios. Maribel, una mujer voluntaria, expresó: “ya no pudimos llevar lo que traíamos a Xochimilco, pero afortunadamente conocimos a dos chavas en el tráfico que se hizo en Taxqueña y nos dijeron que iban rumbo a Morelos y entre todos acordamos darles los víveres, ropa y medicamentos para que se los llevaran a los morelenses. Ellas gustosas aceptaron, no desconfiamos de ellas, se veían buenas personas. Mañana vendremos a dejar más alimentos”, afirmaron.
Por otro lado, Jimena Fanego, de nacionalidad argentina, y Alejandra Martínez, mexicana, ambas dueñas de la panadería “San Pastel” en la calle de Campeche de la colonia Condesa, desde el día miércoles prepararon bocadillos para los rescatistas. Jimena afirmó que daban servicio en el negocio «porque lo más importante es ayudar», y que por ello prepararon sándwiches y tortas para los rescatistas en los derrumbes. «Invitamos a amigos y familiares para que vinieran a apoyar por medio de Facebook, pero me sorprendió el eco de esta petición, llegaron personas que ni siquiera conocemos, como por ejemplo, tres chicas de Coyoacán, una de ellas de 16 años, que se sumaron con mucho gusto a preparar los alimentos desde temprano y muchos otros a dejar despensa”, concluyó.
Martínez expresó que si alguno desea ayudar, puede llegar a Campeche número 429 para repartir la comida y que, si es posible, asistan quienes tienen vehículos y puedan trasladarse al estado de Morelos para repartir el acopio de víveres. «Aquí estamos dando de comer a los voluntarios y los dejamos entrar al sanitario, ya la panadería se convirtió en un centro de acopio, varios amigos ya los están seleccionando en cajas para llevarlos a los damnificados”. Dulce Palermo, trabajadora de este lugar, compartió: “todos los que estamos quisiéramos dar más, pero es una satisfacción muy linda compartir con toda la gente desamparada, es algo que como pueblo nunca hubiéramos deseado que nos pasara”.
Del lado norte de la ciudad, en la colonia Progreso Nacional, la familia Alatorre junto con vecinos y amigos llegaron alrededor de las 8 de la mañana de hoy a Chimalpopoca a dar de desayunar a los voluntarios.
Mercedes Alatorre, de 42 años y habitante de dicha colonia, explicó que hace años les tocó a suspadres con el sismo de 1985, y que ahora les toca a ellos hacer lo que sus familiares les enseñaron. «Recordé que en el terremoto del 85 mi madre, junto con locatarios del mercado Jamaica, hicieron de comer para todos los que estaban ayudando en los rescates. Como mexicanos la comida es sagrada y nunca nos ha pesado brindar un taco, y más en estos momentos de necesidad. Un vecino que tengo donó un bote de tamales, mi cuñada Maru con refrescos y mi yerno nos trajo en su carro”.
“Este sismo me agarró en Tlalpan, ahí está muy fea la situación y se necesita mucha ayuda humanitaria. Ver que la comida que preparamos se acabó y que les gustó me llena de alegría, hasta me felicitaron por mi sazón. De hecho, voy a regresar en la noche y voy a traerles más comida, café y té. Les agradezco a todos los que apoyaron para venir”, concluyó Alatorre.