Ciudad de México | Desinformémonos. Usuarios de la línea 12 del metro, que colapsó este lunes en la estación Olivo, exigieron a las autoridades que hagan una revisión exhaustiva de toda la línea. Mientras autoridades locales y federales retiran los vagones, decenas de transeúntes se detienen para observar y denunciar la negligencia que ocasionó la tragedia donde 23 personas perdieron la vida y al menos 75 resultaron heridas la noche de este lunes.
“Somos el pueblo quienes sufrimos las consecuencias de los malos gobiernos”, Emilio Morales, trabajador y usuario del metro, condenó, en entrevista con Desinformémonos, que las autoridades de la Ciudad de México hicieran caso omiso de las denuncias por daños en la estructura del metro, y lamentó que por realizar trabajos “a prisa”, sean los usuarios quienes sufran las consecuencias.
Juan Rosas acudió como rescatista la noche del lunes, llegó alrededor de las 10:40 pm y ayudó a sacar personas de los vagones. Junto a otros 11 compañeros, forma parte de un grupo de rescatistas voluntarios que salen a ayudar durante emergencias, todos ellos se dedican a la construcción, son maestros contratistas. El voluntario también se movilizó para apoyar durante el terremoto del 2017.
“En esta zona habemos muchas personas que nos dedicamos a trabajar, ¿qué hubiera pasado si se desploma en hora pico?, es una tragedia”, externó Raúl Rosas, usuario de la línea 12, quien pidió a las autoridades sensibilidad con respecto a la pérdida de vidas humanas en esta tragedia, “no son cifras”, condenó.
“¿Qué seguridad tenemos de que vayamos al trabajo y regresemos?”, personas usuarias de la línea 12, quienes prefirieron no dar su nombre, exigieron a la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, que se revise a fondo cualquier falla en la construcción de la línea dorada. “Cuántas veces le han dado mantenimiento, se siguen gastando el dinero y aquí está el resultado”, denunciaron.
“No fue obra de la naturaleza, fue de la mano humana”, condenó Maribel, usuaria de la línea dorada, y denunció la corrupción del gobierno del entonces jefe de gobierno de la Ciudad de México, Marcelo Ebrard, que entregó la obra en malas condiciones, y quien lo paga es la población.