Uruguay construye el proyecto Tejido a Mano, un pueblo en movimiento

Redacción Desinformémonos

foto: Víctor Sevcenco

Uruguay I Desinformémonos I En Montevideo, Uruguay se lanza el proyecto Tejido a Mano. Un pueblo en Movimiento. «Se nos presenta el enorme desafío de contrarrestar las tendencias negativas del mundo de hoy. Por ello, es preciso zurcir la memoria histórica con la mirada puesta en el porvenir, tejiendo punto por punto cada uno de nuestros proyectos, agudizando el sentido del pensamiento de manera crítica y autocrítica, combatiendo prejuicios profundamente arraigados en nuestro sentido común”.

En el auditorio Mario Benedetti del PIT-CNT, lleno de representantes de diversas organizaciones sociales y referentes de la cultura uruguaya, el 12 de mayo se presentó la Convocatoria Nacional del Proyecto Tejido a Mano. Un pueblo en Movimiento. Un proyecto itinerante, discursivo y sonoro que recorrerá Uruguay abriendo espacios alternativos de diálogo para vincular la diversidad creativa de las organizaciones e instituciones que conforman el tejido social: “problematizar la obviedad de los cotidiano y permitirnos reflexionar en colectivo”.

Durante el mes de junio el trabajo será para propiciar estos espacios de encuentro y unir hilos en toda la geografía uruguaya para que el 24 de junio se llegue a una movida a nivel local con la presencia de colectivos de departamentos del interior que promueva la iniciativa.

Tejido a mano. Un pueblo en movimiento se define como un espacio en construcción, abierto, amplio, independiente, diverso, democrático, participativo.

Aquí el documento  Documento Fundacional del “Tejido a mano”

El Tejido se hace más fuerte con más hilos. Juntos somos más.

Asistimos a un tiempo en el cual el conservadurismo social y político insiste en impulsar con fuerza un modelo económico y cultural anclado en viejas tradiciones mercantilistas, xenófobas, racistas, patriarcales, guerreristas e irracionalmente depredador de las relaciones solidarias y del medio ambiente.

La debilidad y fragmentación social, la falta de participación y de credibilidad generalizada, así como el individualismo desesperanzado, han sido y son caldo de cultivo para soluciones mesiánicas.

Con gran preocupación constatamos el avance de los sectores conservadores en la vieja Europa, en los Estados Unidos y, particularmente, en América Latina. En la región, respaldados por los medios masivos de comunicación, apoyándose especialmente en el descontento de las capas medias y las débiles estructuras democráticas y participativas de nuestras sociedades, intentan imponerse como modelo.

Esos sectores son los responsables del aumento de las desigualdades en nuestras sociedades, son los que promueven la desregulación del trabajo, los que eliminaron los Consejos de Salarios son los que promueven la fragmentación social, son los que se ocupan de educar bien a unos pocos que se encargarán de la conducción del país y reclaman dineros públicos para la educación privada, los que dicen que las reglas del mercado (la oferta y la demanda) son la única regulación válida. Son los que sostienen que las desigualdades sociales son naturales. Son los que respaldaron a la dictadura y que sostienen que algunos nacen para mandar y otros, para obedecer, pero que ocultan los mecanismos de reproducción de la desigualdad y la injusticia.

Son los que entregan la soberanía nacional frente a los organismos internacionales, los que desmantelan las políticas sociales que defienden a los más vulnerables, los que quieren minimizar la acción que realiza el estado para proteger a los más débiles.

Esas fuerzas conservadoras ahora buscan recuperar su hegemonía mediante la colonización y manipulación de los sectores populares ocultando sus verdaderos intereses; alientan las industrias extractivas, no se inmutan frente a la extranjerización de la tierra, se enriquecen con la exportación de materias primas sin valor agregado y promueven el uso de la represión y la inflación punitiva frente a la protesta y el descontento.

Esa es la concepción ideológica que proponemos enfrentar juntos para defender y profundizar los logros del campo popular desde una perspectiva de los Derechos Humanos.

Esta contraofensiva restauradora nos obliga a abrir frentes en defensa de los derechos ya conquistados por los movimientos sociales; defender y ampliar esos logros enfrentando los embates ideológicos que se expresan en los mensajes de estos sectores sociales y políticos de manera explícita o implícita.

En momentos de grandes tensiones, cuando se levantan los muros de la intolerancia, el desprecio ante las diferencias identitarias (ideológicas, de género, raciales, étnicas, religiosas, etc.), la promoción del debate franco, fraterno, solidario es un método clave para el logro de nuestros objetivos.

La batalla de ideas se da en todos los planos de la vida. La crítica sin propuestas poco contribuye al esclarecimiento del rumbo estratégico que se debe seguir, por eso queremos buscar juntos las transformaciones necesarias. Por experiencia histórica, sabemos que los caminos de aproximación a una sociedad más igualitaria, con justicia social, presentan avances y retrocesos.

Por eso valoramos cualquier avance en derechos sociales y políticos, pues por más pequeño que parezca, acumula en el sentido liberador de nuestros pueblos.

Luchamos por una Cultura de Paz generada a partir de la reflexión ética, la profundización de valores y estructuras democráticas, la no violencia y la autodeterminación de los pueblos.

Paulo Freire nos dijo:

«La educación que no reconoce un papel altamente formador en la rabia justa, en la rabia que protesta contra las injusticias, contra la deslealtad, contra el desamor, contra la explotación y la violencia, está equivocada”.

Y tras recibir el premio UNESCO de Educación para la Paz dijo:

“No creo en ningún esfuerzo para la paz que, en lugar de revelar el mundo de las injusticias, lo vuelva opaco y tienda a cegar a sus víctimas”.

José Luis Rebellato en su utopía, resistencia y esperanza, nos dice:

“Sólo una profunda esperanza y confianza permiten que nos abramos a este mundo de experiencias, de luchas de potencialidades sepultadas por el sistema. La ética de la esperanza, no en cuanto espera pasiva ni en cuanto ética del consuelo, sino como ética de la confianza en las potencialidades de resistencia y de construcción de los sectores populares, hoy en día surge como inseparable de la ética de la liberación y de la vida. Apostamos a un mundo nuevo, luchamos por su construcción, creemos en quienes son los sujetos de este proyecto colectivo.

No podemos aceptar la institucionalización de un sistema capitalista vencedor, porque reconocemos la fuerza de lo instituyente y de lo imaginario radical”.

Sobre estos pilares, nuestra tarea se orienta a abrir espacios temáticos de debate en el plano local y regional, con el objetivo de sensibilizar a la opinión pública en general e implicar a los actores sociales transformativos para avanzar en modelos superadores de nuestra cultura.

Ya lo decía el trovador:

“…el sueño se hace a mano y sin permiso

arando el porvenir con viejos bueyes”.

El significado profundo que guarda esta metáfora de Silvio Rodríguez sintetiza de forma magnífica el espíritu de un tiempo donde las transformaciones socio-culturales se hacen cada vez más necesarias. Por eso, buscamos generar condiciones para la construcción de un proyecto cultural solidario, impulsado desde las bases sociales.

Aún en el marco de nuestras propias contradicciones, tendremos que ser capaces de impulsar nuestras transformaciones, apelando a esos valores unitarios y solidarios que, sobre la base de los más amplios consensos, nos han permitido avanzar en la defensa y profundización de nuestros derechos y valores democráticos.

Se nos presenta el enorme desafío de contrarrestar las tendencias negativas del mundo de hoy. Por ello, es preciso zurcir la memoria histórica con la mirada puesta en el porvenir, tejiendo punto por punto cada uno de nuestros proyectos, agudizando el sentido del pensamiento de manera crítica y autocrítica, combatiendo prejuicios profundamente arraigados en nuestro sentido común.

Debemos problematizar la obviedad de lo cotidiano y permitirnos reflexionar en colectivo, abriendo espacios alternativos de diálogo como forma de vincular la diversidad creativa de las organizaciones e instituciones que conforman el tejido social.

A través de este Tejido a Mano. Un Pueblo en Movimiento, nos proponemos impulsar un proyecto itinerante, discursivo y sonoro que recorrerá Uruguay, con la idea de facilitar instancias de intercambio entre las diferentes comunidades del territorio.

Estas serán algunas de las Unidades Temáticas que se tratarán mediante distintas modalidades:

Identidad cultural y territorial

Género y Diversidad

Derechos humanos

Cultura de paz

Derechos de las personas trabajadoras

Arte y sociedad

Educación para el Uruguay del presente y futuro

Medio ambiente

Locura y comunidad: otra salud mental es posible?

Infancia y adolescencia

Medios de comunicación

Discapacidad y trabajo

Decía Violeta Parra:

«…se va enredando, enredando,

como en el muro la hiedra

y va brotando, brotando

como el musguito en la piedra”…

Recorreremos el país tejiendo entre distintas generaciones el sentir de nuestra gente para culminar esta primera etapa en Montevideo, el 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos.

En una época donde emerge con fuerza el fenómeno de la aldea global virtual, como impulsores de este espacio itinerante real, nos proponemos caminar codo a codo, releer nuestra memoria compartida y articular esas experiencias a nuestro presente y futuro, visualizando las vivencias y contenidos del Uruguay profundo. En un mundo donde está en marcha un ajuste global para que la crisis del capitalismo la paguen los pueblos y que ha alimentado valores individualistas, de intolerancia, miedo, desconfianza; poniendo en riesgo la existencia misma de la humanidad, se hace imprescindible recorrer estos caminos compartidos de reflexión y cercanías, democracia y participación.

Éste es el aporte con el cual pretendemos contribuir quienes integramos el proyecto de «Tejido a Mano. Un Pueblo en Movimiento”.

Por todo esto es que hoy hacemos esta convocatoria al Uruguay en su conjunto, a todas aquellas personas y organizaciones sociales que se sientan identificadas con esta visión, que quieran hacer su aporte, que sientan que el encuentro y el diálogo son necesarios y que la transformación es posible y “crece desde el pié”

Pueblo a pueblo, barrio a barrio… juntos somos más.

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