Uno de los funcionarios más cuestionables de la administración de Donald Trump al frente de la presidencia de los Estados Unidos ha sido, desde el inicio, Scott Pruitt, el jefe de la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés). Investigado desde hace meses por diversas irregularidades, en los últimos días se dio a conocer un nuevo detalle negativo sobre su historial.
Se trata de una investigación difundida la semana pasada por “The Washington Post” que demostraría que el funcionario de la Casa Blanca aprovechó su cargo para beneficiar a su esposa. Especificamente, Pruitt habría escrito a uno de los administradores de la cadena de comida rápida Chick-fil-A para hablarle de una “oportunidad de negocios” que implicaba conseguir trabajo a su esposa, Marlyn Pruitt.
Aunque la reunión no se habría concretado, un representante de Chick-fil-A reconoció que hubo de parte del jefe del EPA un interés por reunirse. El objetivo, aseguró el trabajador de esta compañía, era convertir a la esposa de Pruitt en socia de la franquicia. A primera vista, una maniobra irregular tomando en cuenta el cargo que ocupa actualmente en la Casa Blanca.
Este escándalo se sumaría a la larga lista de irregularidades que persiguen a Scott Pruitt desde inicios del 2017. Recordemos que actualmente el jefe del EPA es investigado por rentar un apartamento a precio por debajo del mercado estando el inmueble vinculado a un grupo de poder del sector petrolero.
El anti-ambientalista
Scott Pruitt, un conocido lobista vinculado al sector militar y energético, generó polémica desde su nombramiento en el EPA por ser conocido como un negacionista del calentamiento global. De esta manera,Donald Trump definió la que viene siendo desde hace año y medio su política ambiental al frente de losEstados Unidos.
Asimismo se debe sumar que Scott Pruitt lideró a inicios de la gestión de Donald Trump la desactivación de una serie de políticas ambientales heredadas de la administración de Barack Obama. Entre otras cosas, esto provocó la viabilidad de cuestionados proyectos energéticos como los oleoductos que atraviesan territorio ancestral norteamericano.
Viajes costosos en primera clase o en aviones militares y los gastos excesivos de una oficina que ha olvidado su función principal desde hace año y medio: proteger el medioambiente, son solo algunos de los cuestionamientos que pesan sobre Scott Pruitt. ¿Seguirá Donald Trump apoyando a este polémico personaje?
Publicado originalmente en Servindi
