Ucrania, la batalla de las tres derechas

Entrevista de Tele Sur a Oleg Yasinsky

La situación en Ucrania no deja de ser compleja. No le podemos creer a nadie que la situación está clara y que sólo hay un responsable de la crisis. El escenario se mantiene tenso –son ya casi tres meses- y es la primera vez en la historia de Ucrania después de la Segunda Guerra Mundial, con la liberación de los nazis, en que la situación es tan violenta y ya tenemos a los primeros muertos.

La renuncia del primer ministro Azarov es el resultado de la presión de la oposición y de la masa que sigue protestando contra el gobierno de Yanukovich. Azarov fue responsable del gran endeudamiento y fracaso de la economía rusa, y del intento de reforma del actual gobierno. Fue la persona de confianza personal de Putin, quien prometió grandes créditos para Ucrania. Se trata de la primera derrota seria del gobierno en esta lucha de varias fuerzas políticas, porque en Ucrania ya no podemos hablar de dos partes, sino que hay una tercera mano invisible que parece estar interesada en desetabilizar la situación.

El conflicto actual es una lucha ya ni siquiera de dos derechas y una izquierda, sino un conflicto entre tres derechas: la primera es el actual gobierno, tan capitalista y neoliberal como cualquier otro de la región (no tengamos ilusiones respecto a eso). Este gobierno tradicionalmente es enfrentado por una derecha pro-occidental. Entonces, es el gobierno de la derecha que defiende los intereses de los grupos económicos rusos versus una oposición pro-occidental que ya estuvo en el poder, que ya destruyó bastante la economía, que está en la oposición y que incentivó las primeras protestas en contra de la no firma del convenio con la Unión Europea.

En este conflicto entre dos derechas más o menos moderadas aparece la ultraderecha, mucho más radical que las primeras dos, que promete soluciones fáciles, que aparece con un grupo fascista (Svoboda) y que fue una gran sorpresa para toda la población ucraniana. Si al principio de las protestas muchos millones veían a estos grupos de Svoboda y a los radicales de ultraderecha como los provocadores, ahora crece su aceptación social porque en ellos ven los únicos verdaderos luchadores contra el actual régimen. Un periodista ucraniano comparó el rol de la ultraderecha con el de los integristas musulmanes en la Primavera Árabe.

Respecto a la aspiración de muchos ucranianos de ser parte de Europa, hay que tomar en cuenta que hay una grave crisis en la economía ucraniana. La mayoría de la gente sigue viendo a Europa como un paraíso; muchos emigrados, sobre todo de la parte occidental, trabajan en cualquier empleo en Italia, España y otros países. Visto desde la situación ucraniana, la europea sigue siendo muy atractiva.

Los ucranianos necesitan visas para ir a Europa, y no se le conceden a cualquiera. Ésa es una de las razones de miles de ucranianos sin trabajo y sin esperanza dentro del país para desear ser miembros de la Unión Europea.

Nos preguntamos mucho dónde está la izquierda ucraniana. La situación es bastante triste. La izquierda ucraniana sigue muy débil y dividida. Los medios supuestamente independientes, con su fuerte campaña antisoviética y anticomunista, controlaron todo el espacio televisivo y toda la prensa en los 25 años posteriores a la Perestroika, lo que influye mucho en la opinión pública. Es necesario recordar también la historia de la Unión Soviética, la bestial represión estalinista y su interpretación del así llamado “Socialismo Real”.

Al construir los socialismos del siglo XXI -porque el socialismo no puede ser uno solo-, es importante aprender de los errores de los del siglo pasado, de las causas de la caída de la Unión Soviética -aparte del rol de la CIA-, de lo no resuelto y de los errores corregidos en su momento.

La dramática situación de Ucrania como país y la debilidad de su actual izquierda tiene que ver justamente con que es la consecuencia de todo este complejo proceso histórico. No vamos a llamar izquierda al partido comunista de Ucrania, que fue aliado del gobierno capitalista de Yanukovich y siguiendo su instinto oportunista, renunció a apoyar a este gobierno acusándolo de violaciones a los derechos humanos y rompió públicamente con el régimen.

Las izquierdas oficiales ya prácticamente no existen. La izquierda verdadera ahora se construye desde abajo y es un proceso muy lento y contradictorio.

Publicado el 17 de febrero de 2014

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