En su recorrido por Baja California, nuevamente la Brigada Internacional de Búsqueda se dividió este 2 de marzo entre el rastreo en campo y en vida. Un grupo recorrió áreas montañosas siguiendo la pista de unas fosa clandestina. Otras familias revisaron una serie de fotos de la población detenida en la penitenciaría de Tecate: 317 páginas de seis fotos en cada hoja en total. En la penitenciaría sólo está permitido anotar y varías fotos aparecen en mal estado.
Todas las familias denuncian la inactividad del Estado para hallar a sus desaparecidos. Más allá del esfuerzo de búsqueda, que le correspondería a las instituciones del gobierno, los familiares también padecen las múltiples trabas que tienen que enfrentar constantemente ante las autoridades. Destacan el impedimento a visitar los centro penitenciarios y de rehabilitación, la complejidad y postergación de los procesos de denuncia y la falta de recursos destinados al acompañamiento por parte de las Comisiones Estatales de Búsqueda. Por otro lado, las familias resaltan la buena disposición a la escucha y la empatía de las personas en situación de calle frente a las historias narradas por las buscadoras.

El proceso de investigación conduce a las familias a recorrer barrios empobrecidos y encontrar comunidades atravesadas por el mismo abandono institucional. Pero también descubren la solidaridad de personas y organizaciones que deciden apoyar sin esperar nada a cambio. Las madres buscadoras sienten consuelo al considerar que ese cuidado podría tocarle también a alguno de sus desaparecidos. La lucha sigue hasta encontrarlos y encontrarlas.

La Brigada Internacional de Búsqueda inició el pasado 16 de febrero y concluirá este viernes luego de haber recorrido ciudades fronterizas de México con Estados Unidos para encontrar algún rastro de sus desaparecidos.