Trabajadores de la electricidad de Francia iluminaron hogares pobres esta Navidad

Salvador Soler

Desde el comienzo de la huelga el 5 de diciembre, los electricistas y trabajadores de la energía mantienen cortes de luz contra la reforma de pensiones de Macron. Un método de lucha que expone la fuerza de los trabajadores y el lugar estratégico que ocupan, con la posibilidad de paralizar con cortes de luz edificios gubernamentales y grandes empresas. Si bien la huelga ha logrando mayor impacto entre trabajadores de la SNCF (ferroviarios), la RATP (empresa de transporte metropolitano de París), la Educación Nacional o incluso la salud, los trabajadores de la energía no se quedan atrás.

Entre ellos se encuentran los electricistas y los trabajadores del gas. De las principales empresas del sector hay un 41.4% de trabajadores en huelga en EDF (Empresa de Electricidad de Francia), 39% en la compañía Engie y más del 60% en Enedis. Desde el martes 10 de diciembre los huelguistas votaron en asambleas generar cortes de energía localizados. Michaële Guégan, directora de recursos humanos de Enedis, la red de distribución de electricidad más importante, señala que se han producido recortes selectivos «en ciertos edificios públicos, un área comercial en Burdeos, una universidad en Lyon e incluso un centro hospitalario».

Los trabajadores anunciaron que decenas de miles de hogares pobres están siendo reconectados para tener luz y gas durante las fiestas. Gracias a las acciones de los trabajadores de Electricidad de Francia (EDF), las familias más pobres disfrutarán de una cena iluminada. Para ello reducirán la alimentación eléctrica de las zonas más ricas de las ciudades, centros comerciales, comisarías de policía y prefectura para dejarlas en la oscuridad total.

Al mismo tiempo los trabajadores cambiaron a 80.000 usuarios de la región de Lyon a la categoría de bajo consumo, y justificaron su acción diciendo que «la energía no es una mercancía» sino que son «bienes esenciales, cuyo acceso debe garantizarse a todos». Esta acción generó una enorme simpatía entre los sectores populares y una gran bronca entre los empresarios y políticos que lo consideran un delito.

De hecho estas acciones tuvieron consecuencias para los huelguistas, el sindicato está siendo blanco la represión del gobierno y de la persecución judicial. Este jueves 20 el secretario general de la energía CGT de Lille fue arrestado y procesado.

Estos métodos de los trabajadores golpean directamente en el bolsillo de los capitalistas al quitarle energía a sectores comerciales de las ciudades o de unidades productivas para darle a los que menos tienen, incluso haciendo el traspaso energético en los horarios donde las tarifas eléctricas tienen un diferencial de consumo tocando el bolsillo de la propia empresa energética.

Nicolas Noguès, subsecretario general del departamento de energía de CGT de Seine-Saint-Denis, explicó cómo golpearon en zonas industriales y comerciales como Andorra o la ciudad de Dieppe que contiene importantes industrias. También cortaron la línea de 400 kw Alemania-Francia. Todos negocios millonarios. Bastien, un trabajador activista de EDF, dijo “tomamos los kilovatios de los más ricos y se los devolvemos a los más pobres”. Este medio de acción, más allá del hecho de que penaliza a los proveedores de energía al reducir drásticamente las ganancias, tiene el mérito de tener un impacto positivo para los hogares, ya que millones sufren el déficit energético del país.

Estas acciones, que han encontrado enorme apoyo entre la población, muestran que la lucha contra la reforma de las pensiones no es corporativa, como denuncia el Gobierno francés, sino que los trabajadores demuestran que este movimiento huelguístico está fuertemente marcado por la solidaridad de clase.

En Francia esta solidaridad se viene expresando entre los trabajadores y estudiantes de distintos sectores, ya sea en el SNCF, RATP o entre los maestros. Así, los estudiantes que van a las líneas de piquete desde el 5 de diciembre son recibidos con los brazos abiertos por los trabajadores, lo mismo para los maestros. Pero esta solidaridad no se detiene en simples palabras y simple apoyo, se manifiesta en las acciones que se llevan a cabo diariamente. Es un gran ejemplo el de los trabajadores de la energía que iluminará a millones de familias durante la “noche buena”, familias pobres que son de su propia clase, la trabajadora. Esta es la fuerza enorme que surge desde la base del movimiento y que puede permitir derrotar la reforma de Macron, y sus políticas.

Publicado originalmente en La Izquierda Diario

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