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Tomás Pérez Francisco, cuyo pensar, sentir y actuar era bonito

Kgatse xtakgatsin xwanit

“Su pensamiento/ sentimiento/ acción era bonito”

El primero de mayo de este año se cumplieron 31 años desde que Tomás Pérez Francisco fuera detenido y desaparecido. Para escribir esta columna, que publicaremos en tres entregas, platicamos con Guadalupe, su hijo.

III

Yo soy Guadalupe Pérez Rodríguez y por la situación de represión hacia mi familia y mi comunidad, desde el 1 de mayo de 1990 me toca ser también hijo de Tomás Pérez Francisco, desaparecido político como parte de la represión contra la comunidad La Sabana, en la Sierra Norte de Puebla.

La lucha campesina por la tierra

La lucha campesina de la que participó mi papá, por las tierras de la comunidad La Sabana venía de la década de 1930, a los pocos años del triunfo de la Revolución Mexicana y con todo el avance que se plasmó en la Constitución respecto al reparto agrario. En el caso de la Sierra Noroccidental de Puebla, durante aquellas décadas, para evitar el reparto agrario efectivo, el territorio de lo que ahora es Pantepec, Jalpan, Venustiano Carranza y una parte de Francisco Z. Mena, que previo a la Revolución pertenecía a dos grandes haciendas, pasó de ser un gran latifundio a dividirse en muchos parvifundios, segmentando los grandes terrenos en pequeñas fincas para dar la apariencia de multiplicación de propietarios, pero, en realidad, continuaban en manos de las mismas familias.

A partir de aquellos años comenzó un proceso de organización en la mayor parte de las comunidades y la respuesta gubernamental y caciquil se fue recrudececiedo al grado de que, el 2 de junio de 1982, 26 campesinos fueron masacrados en la comunidad de Rancho Nuevo, que hoy se llama Progreso de Allende. En esa matanza participaron policías municipales de Pantepec y de Francisco Z. Mena, así como las Guardias Blancas, que eran básicamente grupos de matones. Estas Guardias Blancas, que ya existían antes, se fortalecieron con la misión de reprimir y atacar a las comunidades: invadían, por ejemplo, sus milpas cuando estaba a punto de salir el elote, lo que provocaba la pérdida de toda la cosecha de un temporal, e implicaba quedarse sin maíz.

Hay que resaltar que estos grupos caciquiles no actuaban de manera aislada sino que tenían el cobijo gubernamental, por ejemplo Guillermo Jiménez Morales,1 que era gobernador en el 82, proveniente de Huauchinango, formaba parte de estos grupos caciquiles. Es por eso que resultaba difícil pensar en procesos de justicia cuando seguían gobernando, en cargos de elección popular y como “poder detrás del trono” los mismos grupos caciquiles, de la Asociación Ganadera; más bien se había construído una estructura para que todo lo que hicieran quedara impune y nunca existiera la posibilidad de castigo alguno. El siguiente gobernador, Mariano Piña Olaya2 es de ese mismo grupo. Entonces podían actuar en total impunidad, perpetrando todo tipo de crímenes sabiendo que efectivamente la justicia no llegaría a ellos.

De hecho, por ejemplo, en la averiguación previa que hay por la desaparición de mi papá se menciona que participaron de la desaparición dos de los participantes en la Matanza de Rancho Nuevo. Lo cual demuestra que no eran en lo absoluto casos aislados sino que habían conformado la infrestructura de impunidad que les garantizó el resguardo de sus intereses políticos y económicos.

En años más recientes los herederos y descendientes de los grupos caciquiles continúan teniendo una influencia similar a la de entonces. Más como “un poder detrás del trono” que por las vías de los puestos de elección popular, entendiendo siempre al caciquismo como una estructura no sólo política sino también social y económica. Por ejemplo, en 2010 Juan Manuel Merchant, descendiente del principal responsable de la matanza de Rancho Nuevo, fue candidato del PRI a la presidencia municipal de Pantepec pero gracias a una resistencia muy fuerte en varias ocasiones, durante su campaña, no lo dejaron entrar a las comunidades a hacer proselitismo porque la gente recuerda el actuar de su familia y del grupo caciquil.

La matanza de Rancho Nuevo, como todas las demás ejecuciones, detenciones y encarcelamientos por motivos políticos, fue denunciada. Siempre se denunció, pero ninguna de las averiguaciones previas tuvo como resultado judicializar, porque ni siquiera había una adecuada integración de las averiguaciaciones. Resultaba evidente que no se van a investigar a sí mismos. Y aunque se pensaría que la impunidad era a nivel estatal, del Estado de Puebla, en realidad tras la matanza de Rancho Nuevo, cuya noticia tuvo repercusión a nivel nacional, el Secretario de Gobernación de José López Portillo, Enrique Olivares Santana, en más de una declaración mencionaba que la propia SEGOB ya tenía los datos de los responsables de la matanza y que iba a desplegar a la Dirección Federal de Seguridad para que investigara, lo que al final no repercutió en ninguna sanción para ninguno de los responsables.

Los responsables y participantes de la masacre se escondieron un tiempo, en los ranchos de los ricos de la región, pero poco después volvieron a salir, de manera que ya en el año de 1984, en lo que ahora es el Ejido el Tablón, donde vive mi familia, donde nos refugiamos después de la desaparición de mi papá, mataron al señor Federico Domínguez, como parte de la represión a aquella comunidad, que venía de recuperar sus tierras el 28 de agosto de 1983.

A pesar de la lucha campesina por las tierras, de la que participó mi papá, la comunidad de La Sabana fue eliminada, desaparecida, entre 1989 y 1990, y las tierras continuaron en manos de la familia Cabrera. Sus habitantes huyeron y quienes regresaron para volver a organizarse fueron detenidos o asesinados. La Sabana fue invadida por los caciques, la Policía Judicial del Estado y las Guardias Blancas y quemada; lo único que quedó fue la escuela primaria, último vestigio de que alguna vez ahí hubo una comunidad.

Y si antes la lucha campesina era por la tierra, actualmente el mayor problema, que no afecta a todas las comunidades de Pantepec sino particularmente al Ejido El Tablón, es la extracción de hidrocaburos mediante la fractura hidráulica o fracking; cuyas concesiones se han otorgado tanto a empresas transnacionales como a PEMEX. Durante la segunda quincena de marzo de este año, estas empresas emplearon dicha técnica con una perforación, o fractura, de 4700 mts, 3200 de los cuales fueron en línea vertical y la diferencia en línea horizontal.3 Sumado a esto, la región enfrenta también un aumento en los índices de violencia, ligados a la llegada de las empresas transnacionales y del huachicol, éste último muy relacionado al aumento de la tasa de homicidios en los últimos años. De hecho, al menos tres miembros de una familia acusada de huachicoleros ocuparon la presidencia municipal del municipio vecino Venustiano Carranza durante varios periodos.

1 Guillermo Jiménez Morales, del PRI, fue Gobernador del Estado de Puebla de 1981 a 1987 y continuó con una larga carrera política como Presidente de la Cámara de Diputados, Secretario de Pesca bajo Salinas de Gortari y Embajador de México ante la Santa Sede bajo Zedillo.

2 Mariano Piña Olaya, del PRI, fue diputado y Presidente de la Cámara de Diputados antes de ser Gobernador del Estado de Puebla entre 1987 y 1993.

3 Con respecto a la problemática actual de la utilización de la técnica del fracking en el Ejido El Tablón, puede consultarse este vídeo “Fractura: el boom del fracking en la Sierra Norte de Puebla” de Gerardo Romero Bartolo, https://www.youtube.com/watch?v=lX11kPVmNS0.

Colectivo Huellas de la Memoria

Colectivo que registra las historias de personas desaparecidas y los procesos de búsqueda de sus familiares en México y América Latina. La propuesta es grabar mensajes de lucha y esperanza en las suelas de los zapatos, usados por los familiares durante la búsqueda y denuncia de las desapariciones, y convertirlos en objetos de memoria viva.

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