El maestro Toledo era aquella ola que nos despertaba del letargo, aquella lluvia que nos agarraba de repente en la calle, que nos mojaba, pero que nos refrescaba el espíritu y nuestra memoria. No tuve la oportunidad de hablar con él, pero no lo lamento, porque él siempre estuvo ahí en mi andar como universitaria, como mexicana y como una persona más que quiere construir un mundo mejor para todas y todos.
Entre los jóvenes, quedó muy grabado sus papalotes por los 43 compañeros desaparecidos en Ayotzinapa, la lucha contra el McDonald`s en Oaxaca, su rebeldía gráfica contra los transgénicos, su exigencia por apoyos alimentarios culturalmente pertinentes a los afectados de los sismos del 7 y 19 de septiembre en Juchitán, evitando que llegaran mas enlatados, pastas y conservadores que no se consumen en la región y logró, junta a muchos activistas, apoyar, a las totoperas de Juchitán para seguir produciendo y consumiendo tlayudas justas, soberanas y culturalmente apropiadas.
Los transgénicos tuvieron cara gracias a él, nos mostró lo que las trasnacionales de los alimentos hacen con nuestra comida, nos reveló que no podemos confiarnos de lo que hace el saber occidental. La lucha por la defensa y la divulgación de los maíces nativos sigue gracias al Maestro Toledo, eres el sembrador de nuestra milpa cultural.
Su oposición hacia el Tren Maya fue su última postura política que plasmó claramente y exigió la que debería ser la prioridad del gobierno: ¿Cómo puede darse un diálogo constructivo, como lo demanda hoy el pueblo de México, si un servidor público intenta descalificar de modo tan indigno los cuestionamientos serios a una iniciativa plagiada de incertidumbre? Todos los espacios de lucha los tomó, en todas peleó y en cada una sembró una semilla que nos toca cuidar, porque tenemos un país con múltiples naciones, que tenemos que reconstruir y el desde el arte, nos dio lección de cómo hacerlo.
Hoy, a unas horas de su fallecimiento, nos queda una oportunidad muy valiosa para conocerlo, en el Museo Nacional de Culturas Populares, en Coyoacán, CDMX, está la exposición Toledo Ve, que hace una retrospectiva de como veía el mundo, y él, como siempre insurrecto, montó junto al gran equipo del Museo, una exposición amplia, colorida, irreverente, fuera de los guiones museísticos tradicionales, una exposición transparente y distinta, esa es una sencilla propuesta que les hago a cada uno de ustedes, ¡Veamos como Toledo veía el mundo! y tomemos fuerzas para seguir creando el país que cada mañana el nos propuso construir, gracias por acompañarnos, ahora nos toca seguir caminando con sus enseñanzas, buen viaje querido Maestro.
*Profesora de la Facultad de Filosofía y Letras, UNAM
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