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¿Todavía es necesario tener una habitación propia?

Karina Canseco/Diana Rojas

Margo Glantz impartió en el Festival Internacional de Literatura de León la conferencia magistral “¿Necesitamos aún las mujeres una habitación propia?: Virginia Woolf”

La escritora mexicana Margo Glantz Shapiro nació en 1930 y creció rodeada de libros, hija de inmigrantes judío-ucranianos desarrolló desde muy joven el gusto y apego por las letras. Tiene en su haber un número importante de premios literarios y distinciones académicas —es profesora emérita por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y doctora Honoris Causa por la misma casa de estudios—.  A sus 90 años continúa con su labor creativa y de investigación.

Participó en la primera edición del Festival Internacional de Literatura de León, Guanajuato, realizado de manera virtual por la pandemia de COVID-19, con la conferencia magistral ¿Necesitamos aún las mujeres una habitación propia?: Virginia Woolf.

En el conversatorio, analizó la obra de Woolf (Londres 1882), particularmente el ensayo Una habitación propia escrito en 1929, en el que la autora británica plantea la premisa de que una mujer debe tener dinero y una habitación propia si quiere dedicarse a escribir ficción.

“Yo quisiera hablar de Virginia Woolf porque creo que con los últimos acontecimientos, en relación con lo femenino y con el feminismo, es muy importante volver a trabajar a una de las figuras señeras del feminismo en la literatura”, observó Glantz Shapiro.

La mujer en la narrativa

La académica universitaria explicó que Una habitación propia es un ensayo con mucha ficción, en donde Woolf hace una reflexión tanto histórica como literaria y política sobre los problemas que les impidieron a las mujeres escribir como siempre escribieron los hombres. Sin embargo, indicó que fue concebido desde el punto de vista particular de una aristócrata, en una época en que la mayoría de las mujeres escribían poco, no tenían acceso libre a la universidad y era difícil que se ganaran la vida.

“El ensayo ha sido uno de los referentes más constantes del feminismo y muchas de las cosas que dijo Woolf son importantes y siguen vigentes”. Sin embargo, “pienso que se ha leído mal, que no se trabaja profundamente el texto, que basta con decir Una habitación propia para ser feminista, que se utiliza como  eslogan y que no se analiza todo lo que significa lo que ella escribió”, advirtió.

Glantz Shapiro dijo que, “muchos de los problemas que Woolf plantea en su ensayo siguen sin resolverse no sólo en la escritura, sino en todos los ámbitos de la realidad”.

Enlistó como temas pendientes en México y en el mundo a la violencia de género, el derecho al aborto, el rechazo a la transexualidad y a la unión entre personas del mismo sexo, la androginia o el ser binario —no identificarse con ninguno de los géneros e integrarse dentro de uno tercero— y la decisión sobre la procreación.

“Estamos a casi 100 años de Una habitación propia, a 70 de El segundo sexo (Simone de Beauvoir, 1949), y a muy pocos años de las enseñanzas de Judith Butler y de Rita Segato y todavía tenemos que seguir peleando por miles de cosas muy importantes para las mujeres”, acotó.

La ira contamina el discurso y la escritura

La ira ofusca y confunde, “hoy la excesiva corrección política colinda con la intolerancia y a veces con la injusticia, por ejemplo algunas acciones promovidas por el movimiento conocido como #Me Too”, sin menoscabar su importancia”, dijo Margo Glantz.

“Parecería que por desgracia las mujeres deben seguir siendo feministas aunque muchas hayan tenido un cuarto propio y el equivalente actual a las quinientas libras esterlinas que solicitaba Virginia Woolf”, señaló.

“Me asusta todo tipo de fanatismo, no es valioso y produce fascismo, me da miedo que algunas mujeres caigan en cosas muy negativas por una intolerancia total. Entiendo la cólera femenina por la desigualdad en los derechos, entiendo a veces los destrozos, las palabras groseras y las pintas, no lo justifico, pero las entiendo. Mi generación ha sido pionera en cosas que las mujeres de ahora no toman en cuenta porque creen que descubren el Mediterráneo. Por desgracia, las mujeres seguimos siendo feministas porque no basta con tener una habitación propia y dinero en la bolsa”, alertó la autora de Apariciones.

Finalmente, aseguró que “leer a Virginia Woolf ahora es una cosa muy importante, útil, amena, deliciosa y muy profunda”.

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