Subversión juvenil maya a ritmo de rap

Fernando Guzmán Aguilar

Rapean en su lengua original para plasmar su cosmovisión y protestar por la discriminación étnica y la violencia de género

Jóvenes como Pat Boy, Dino Chan y Yazmín Novelo crean sonidos subversivos que suena más allá de nuestras fronteras y cuestionan las ideas preconcebidas sobre los mayas.

Pero no son los únicos, además de Yucatán, también los encontramos en Quintana Roo y Campeche, como parte de un movimiento que se une a las voces de otros estados, incluso, de otros países.

Son sonidos subversivos que hacen “ruido” a las narrativas de la tradición musical que se identifica con los indígenas, dice Nidelvia Vela Cano, doctora en Estudios Mesoamericanos por la UNAM. Y agrega: son subversivos porque producen rap y rock pop en lengua maya, sonidos que nos obligan a voltear a ver a estos jóvenes desde otras ópticas.

Rapean en su lengua para plasmar su cosmovisión, sus tradiciones, su forma de vida; para reivindicar su identidad de ser maya y expresar su deseo de seguir siendo mayas.

Ahora bien, que sea rap en lengua maya los particulariza, les da identidad, dice Vela Cano, cuya tesis doctoral versa sobre los Sonidos subversivos mayas juveniles contemporáneos. Identidad, tradición y música.

Rapear en maya es subversivo porque su lengua sólo la practican en casa y en su comunidad. Quien la habla en la ciudad, Mérida, por ejemplo, es discriminado. Con su música se visibilizan más allá de Mérida.

Pero van más allá. Protestan con creatividad discursiva y musical contra la discriminación, la violencia de género y contra los problemas sociales y económicos que enfrentan en su vida cotidiana.

A pesar de que apenas en 2014 empezaron a hacer sus “pinitos”, hoy suenan más fuerte cada día y su propuesta musical no deja de ganar adeptos pues crece su aceptación entre chicos y grandes, pues el rap maya no es sólo para jóvenes, dice la antropóloga de la Universidad Autónoma de Yucatán.

Propuesta musical, no sólo para jóvenes

Al ritmo de su música y letra rapeada muy pocos se resisten a seguir su ritmo, como ocurrió en el concierto Sangre Maya, con Pat Boy y la Orquesta Sinfónica de Campeche.

En el congreso internacional mayista, organizado por la UNAM en Izamal en 2016, hasta los académicos bailaron al ritmo de Pat Boy, de Yazmín Novelo y del grupo Yok’el’jk’umaltik, banda de Las Margaritas, Chiapas, integrada por hablantes de tojol-ab´al, tzotzil, zoque y tzeltal que tocan Ska, Rock y Reggae.

En un concierto celebrado en 2019 en el Gran Museo del Mundo Maya, Yucatán, se presentaron Yok’el’jk’umaltik, Chan Santa Roots y Pat Boy, de Quintana Roo; el grupo Juumil Moots (Sonido de raíz), de Mérida; y El maya, del estado de Yucatán. Estos grupos han participado en eventos nacionales e internacionales, como el Festival Cervantino.

Pero estos jóvenes no sólo componen música e improvisan letras de gran calidad, también producen sus videos, que se pueden ver en YouTube, Facebook, Instagram, Whatsapp y otras redes sociales.

Y si bien viven para el rap, el rock pop, el ska y reggae étnicos, no viven de esta música. La mayoría de estos jóvenes, por cada presentación sólo reciben el transporte y el hospedaje como pago. Ni siquiera Pat Boy, Dino Chan o Yazmín Novelo, quienes tienen reconocimiento internacional, ganan como otros músicos y cantantes urbanos.

Son subversivos también porque fusionan instrumentos y sonidos. En Chiapas y Quintana Roo los grupos indígenas tocan rock con metales y algunos instrumentos tradicionales, como rascabuche, tunkul y caracoles, o fusionan sus ritmos tradicionales.

En Yucatán se escucha más el discurso narrativo de raperos. Dino Chan, por ejemplo, es un rapero con gran sensibilidad que expresa el poder de ser maya, nos dice Vela Cano.

Las mujeres no figuran tanto en este movimiento de sonidos subversivos, posiblemente porque los espacios públicos se consideran peligrosos para ellas. Las Hermanas Nah (Akil) se presentan cobijadas por la banda musical que forman con su familia.

Yazmín Novelo y su grupo Juumil Moots se expresan en el pop y el rock, y tienen clara la fusión musical y experimental con guitarras, identificadas con la trova yucateca, y no es extraño que algún día incluyan un tunkul.

Pat Boy es una figura muy conocida en Quintana Roo, con un discurso rítmico muy veloz, con mensaje, que es seguido por numerosos jóvenes que incursionan en el rap maya. En su estado es un gran promotor de este movimiento musical.

Pero los sonidos subversivos juveniles contemporáneos no se restringen a la península de Yucatán, en otras regiones del país también se escucha hip hop, rock, reggae, blues y hasta mariachi en lenguas indígenas, finaliza la investigadora.

Este material se comparte con autorización de UNAM Global

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