#SomosIndígenas: Logros y desafíos de la lucha indígena

Democracia Abierto

Imagen de Cristina Juliana para democraciaAbierta.

Los cerca de 45 millones de personas indígenas que viven en Latinoamérica representan alrededor  de un 8% de la población. Si pensamos que esto significa un 92% menos de los que vivían hace 500 años, tenemos la dimensión de la inmensa tragedia histórica de estos pueblos y de su carácter de supervivientes.

Es importante reconocer la incansable lucha por sus derechos, por la protección de sus tradiciones y la defensa de lo que queda de sus territorios.

Arriesgan su vida por proteger el medio ambiente

Como dijo recientemente Erik Solheim, director ejecutivo de Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), los asesinatos de líderes indígenas se dan porque ellos: «están planteando preocupaciones legítimas sobre proyectos mineros e hidroeléctricos que, consideran, amenazan su forma de vida».

Latinoamérica encabeza el ránking de asesinatos de líderes indígenas. Países como Colombia, Brasil y Guatemala han visto cómo el acoso, criminalización y asesinato de los defensores de sus comunidades y sus territorios está en alarmante aumento.

A los intereses de los grandes terratenientes y de las multinacionales extractivas se suma la pasividad y corrupción de los gobiernos y la impunidad con la que actúan grupos paramilitares y otros sicarios, que cada año acaban violentamente con la vida de líderes indígenas de la región.

A los intereses de los grandes terratenientes y de las multinacionales extractivas se suma la pasividad y corrupción de los gobiernos y la impunidad con la que actúan grupos paramilitares y otros sicarios, que cada año acaban violentamente con la vida de líderes indígenas de la región.

Luchan contra la pobreza y discriminación

Según un informe de la ONU, en varios países latinoamericanos los índices de pobreza entre los indígenas son mucho más altos que entre el resto de la población: Paraguay, 7,9 veces; Panamá, 5,9 veces; México, 3,3 veces; y Guatemala, 2,8 veces,.

Esta realidad los enfrenta a complejos desafíos. A los indígenas les resulta casi imposible adaptarse al desarrollo económico de corte neoliberal y a la práctica ausencia de políticas públicas diseñadas para reducir esta brecha de desigualdad y discriminación.

En el Perú, por ejemplo, existe una notable diferencia entre el número de años que estudian los niños no indígenas y los indígenas. Además, siguen registrándose grandes diferencias en la esperanza de vida entre los indígenas y los no indíge­nas, por ejemplo, en Guatemala (13 años), Panamá (10 años) y México (6 años).

Todo esto esto los deja en desventaja frente a la garantía de derechos como la educación diferenciada, la conservación de sus lenguas, y la protección de sus territorios.

Organizados políticamente, logran el reconocimiento de sus derechos

Logros notables, como el derecho a la consulta previa a las comunidades antes de intervenir en un territorio, son producto de años de lucha y resistencia en las que la organización política y el trabajo comunitario han sido claves para crear marcos legales y jurídicos y tener incidencia en las decisiones sobre el futuro de sus modos de vida.

Solo quedan unas 1000 comunidades indígenas esparcidas por el inmenso territorio de Latinoamérica, a menudo en lugares recónditos, sobreexplotados o marginalizados.

En Colombia, por ejemplo, existen más de dos mil casos de consulta previa y consentimiento, que han afinado la maquinaria del Estado en relación a la justicia y la transparencia en este tema. Además, gracias a los esfuerzos de múltiples líderes indígenas, la Corte Interamericana de Justicia ha producido una jurisprudencia sobre las consultas previas.

Solo quedan unas 1000 comunidades indígenas esparcidas por el inmenso territorio de Latinoamérica, a menudo en lugares recónditos, sobreexplotados o marginalizados.

A pesar de algunos logros evidentes en los últimos años gracias a la movilización continua y a la atención internacional, queda muchísimo trabajo por hacer para que los pueblos originarios no vean vulnerados sus derechos más elementales, empezando por el derecho a la vida, y puedan encontrar su lugar en medio de las lógicas del desarrollo extractivista y de visiones racistas y supremacistas que imperan en nuestros países.

Publicado originalmente en openDemocracy

Este material periodístico es de libre acceso y reproducción. No está financiado por Nestlé ni por Monsanto. Desinformémonos no depende de ellas ni de otras como ellas, pero si de ti. Apoya el periodismo independiente. Es tuyo.

Otras noticias de internacional  

Dejar una Respuesta