Nueva York, 13 de agosto. La Caravana por la Paz con Justicia y Dignidad, encabezada por Javier Sicilia, llegó hoy a Los Ángeles, segunda escala en su gira de un mes por 27 ciudades de Estados Unidos, para presentar la cara humana de los costos de la llamada guerra contra las drogas
y sus consecuencias en ambos lados de la frontera.
La caravana, que cruzará casi 10 mil kilómetros por el país, busca impulsar un debate y hasta un movimiento binacional encabezado por víctimas y críticos de las políticas de la guerra antidrogas.
Apoyada en este país por organizaciones latinas, de inmigrantes, asociaciones de ex oficiales de seguridad pública, de veteranos de guerra progresistas, de defensores de derechos humanos y de grupos que promueven el fin de las políticas de prohibición, que son el fundamento de la política oficial, la caravana es un proyecto conjunto coordinado por la coalición de Sicilia en México y la organización estadunidense Global Exchange. A lo largo del próximo mes, cruzará el país para concluir en Washington el 12 de septiembre.
En Los Ángeles participaron figuras de Hollywood en actos programados ahí esta noche y que continurán este martes, entre ellas Kate del Castillo, Alejandro González Iñárritu, Diego Luna y Alfonso Cuarón, informaron los organizadores, junto con líderes políticos y sociales de esa ciudad.
Al llegar a Los Ángeles hoy, Sicilia ofreció una declaración citando unas líneas de la canción de Bob Dylan Aún no oscurece, para señalar que esta lucha es para enfrentar la oscuridad de los cientos de miles de muertos, desaparecidos, perseguidos y encarcelados
que ha dejado la guerra antidrogas en ambos países. “Hemos llegado, como dice Dylan, al ‘fondo de un mundo de mentiras’, al fondo de lo que está detrás de una guerra, sobre todo de una guerra tan absurda como la de las drogas”.
Sicilia agregó que en esta guerra que está oscureciendo todo México tiene graves responsabilidades, y Estados Unidos también tienen las suyas
.
Por tanto, llamó a dar una respuesta conjunta: “Si ustedes, pueblo de Estados Unidos, no asumen los equívocos de sus gobiernos –como nosotros estamos asumiendo los del nuestro–, y les exigen que cambien su política de guerra contra las drogas, que generen un control férreo de las armas que pasan ilegalmente a México, que ataquen drásticamente el lavado de dinero y hagan no sólo una política incluyente y humana con los migrantes, sino una reconstitución del tejido social tanto en México como en Centroamérica y en las zonas estadunidenses destrozadas por la miseria, la noche llegará y será absoluta, como lo fue en los países donde se instaló el crimen, el autoritarismo y la militarización. Sólo nosotros juntos podemos salvar la democracia amenazada por esta guerra”.