El despertar de los trabajadores de Wal Mart en Camboya

James McCormick Traducción: Clayton Conn

Phnom Penh, Camboya. Trabajadores que maquilaban ropa para Walmart y H&M en Phnom Penh, Camboya, lograron una victoria acampando enfrente de su fábrica cerrada durante casi dos meses para evitar que sus jefes sacaran la maquinaria de costura, mientras sus colegas estadunidenses organizaban manifestaciones de respaldo.

Los trabajadores aumentaron sus acciones: bloquearon carreteras y pusieron en marcha una huelga de hambre desde el 27 de febrero para presionar Walmart y H&M para que paguen salarios atrasados que se les deben. Su causa atrajo el apoyo de los trabajadores de otra fábrica subcontratada de Wal Mart en el otro lado del mundo.

«Hemos decidido ir a la huelga de hambre para demostrar que no somos cualquier tipo de trabajadores», dijo uno de los líderes, Sorn Sothy, de 26 años, quien trabaja en la parte de almacenamiento de la fábrica de Camboya. «Somos fuertes, comprometidos y unidos». Dos días después de iniciada la huelga,  lograron un compromiso por el pago de los salarios e indemnizaciones que se les adeudan.

Los trabajadores fueron informados en septiembre que su fábrica, Kingsland Garment Co. Ltd., cerraría temporalmente hasta enero. Según la legislación laboral de Camboya, se les debió pagar el 50 por ciento de su salario durante este tiempo, y los trabajadores regresarían al trabajo en enero.

Pero en diciembre los cheques dejaron de llegar. El sindicato de la compañía dijo a los trabajadores que la empresa estaba en quiebra y el dueño había huido del país.

A esos trabajadores de la confección se les debe colectivamente alrededor de 200 mil dólares, menos de lo que Wal Mart gana cada seis minutos.

Como su sindicato charro no lucha, 200 trabajadores se organizaron independientemente y comenzaron a protestar afuera de la fábrica el primero de enero. En medio de la noche del 3 de enero, se dieron cuenta de que había personal de la empresa intentando retirar la maquinaria de costura de la fábrica.

«Decidimos empezar a dormir fuera de la fábrica para impedir el saqueo de la maquinaria», dijo Yorn Sok Leng, de 30 años, quien ha trabajado en la fábrica durante dos años.

Con la ayuda de un centro de trabajo, el Centro de Educación Legal de la Comunidad (CLEC), los trabajadores ocuparon la parte exterior poniendo lonas, una zona de dormitorio y una cocina.

Brigadas móviles

Walmart y H&M se pusieron de acuerdo para ir a Camboya a reunirse con ellos el 1 de marzo. Mientras tanto, los trabajadores siguen encontrando nuevas maneras de sostener la presión hacia esas marcas de ropa. En estos días previos a la reunión, además de la huelga de hambre, hicieron «brigadas móviles» y bloqueos, tácticas que tomaron prestadas de los trabajadores de otra fábrica cerrada.

Realizaron su primera barricada el 24 de febrero, al estilo de los de abajo – invitando a los aliados del centro de trabajo la noche anterior a la manifestación. Mucha gente fue retrasada por la barricada de dos horas. Ellos sabían de la lucha de los trabajadores, y de hecho eso los animaba.

En un correo electrónico enviado al CLEC, Walmart y H&M afirmaron que terminó su relación con Kingsland Garment en septiembre, que le habían «pagado por completo» y que, por lo tanto, no eran responsables de lo ocurrido con los trabajadores después de cerrado el contrato.

Sin embargo, los trabajadores no compran la versión de las empresas estadounidenses. «El dueño salió corriendo. Wal Mart y H&M son los que hicieron ganancias con nuestro trabajo, por lo que son ellos los que tienen que pagar», dijo Buy Oun, de 33 años, quien trabajó en la fábrica durante 10 años.

Este problema es común: las corporaciones multinacionales utilizan a los abogados de sus subcontratistas para evitar hacerse responsables.

Wal Mart, en particular, es conocido por no hacer cumplir sus propias reglas. Los estándares que impone a los suministradores lo hacen responsable de la conducta que presentan. No obstante, en lugar de obligarles a emprender mejorías, cuando una fábrica se ve atrapada en violaciones, es más fácil para Wal Mart cortarlos de su lista de colaboradores, despidiendo al contratista y dejando a los trabajadores sin nada.

Solidaridad en la cadena de suministro

Durante el siglo XX, el Sindicato Internacional de las Trabajadoras de la Confección tuvo este problema en los Estados Unidos, solucionado con desarrollo de los Acuerdos de Jobber. El «jobber» – en términos de hoy, la marca – era responsable de los sueldos y de las condiciones de trabajo en las fábricas que producían sus textiles. Esos acuerdos, ganados por la huelga y otras acciones militantes, son ampliamente reconocidos porque pusieron fin a las condiciones de explotación en la industria textil en Estados Unidos.

Pero las marcas finalmente encontraron una manera de evitar que los acuerdos se cumplieran: trasladar la producción al sur del país, dónde estaba más frágil el movimiento obrero. Luego, con la globalización, movieron las industrias a países donde las leyes laborales son más débiles y su cumplimento, descuidado; países en los cuales sus líderes sindicales son agredidos, amenazados e incluso asesinados.

Aunque la baja en las normas laborales afectó negativamente a trabajadores textileros en todo el mundo, muchos en los Estados Unidos aceptaron la idea de que los trabajadores de lugares como Camboya, China y Bangladesh estaban tomando «nuestros» puestos de trabajo. La solidaridad transfronteriza en la cadena de suministro de Wal Mart ofrece una semilla de esperanza de que esta percepción pueda cambiar.

«Estamos agradecidos a los trabajadores del almacén de Wal Mart», dijo Poung Phirum de 23 años. «Los estadounidenses trabajadores de Wal Mart que nos están apoyando están en condiciones iguales que las nuestras».

Los trabajadores de un almacén de Illinois, que carga y descarga los textiles y otros productos de Wal Mart durante 14 horas al día, mostraron su apoyo a los trabajadores camboyanos con una manifestación en una tienda de Walmart.

El grupo de Illinois, que está organizado con el centro del trabajador “Trabajadores de Bodegas por la Justicia”, obtuvo mejorías en salud y seguridad tras una huelga de 21 días el otoño pasado. Otros empleados de almacenes subcontratados de Wal Mart se están organizando con los centros de trabajadores de California (Trabajadores de Bodegas Unidos) y Nueva Jersey (Nuevo Trabajo).

«Todos estamos en la misma lucha, ya sea en Camboya, Bangladesh, Estados Unidos, México, o en cualquier otro lugar», dijo Mike Compton, uno de los huelguistas de Illinois. «Es hora de que [Wal Mart] tome responsabilidad de las condiciones en las fábricas, bodegas, tiendas, y toda su cadena de suministro».

James McCormick es el seudónimo de un ex-empleado de una bodega de Wal Mart en los Estados Unidos, que ahora se encuentra  en Camboya apoyando la organización de los trabajadores de la industria textil.

Publicado el 4 de marzo de 2013

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