Foto: MSF
Un 92 por ciento de los migrantes y refugiados centroamericanos atendidos por la organización Médicos Sin Fronteras (MSF) alguna vez fue violentado en su país de origen o en su camino por México para alcanzar Estados Unidos, y de ellos 7 de cada diez volverán a ser asaltados, violados o golpeados en su tránsito por la ruta, que es una de las más activas del mundo con alrededor de 500 mil personas en marcha, señaló la organización.
A través de 33 mil consultas y 467 encuestas a migrantes centroamericanos en albergues de Tenosique, Ixtepec o San Luis Potosí, Médicos Sin Fronteras registró que 68 por ciento había sido violentado en la ruta hacia el norte desde la frontera sur de México, y que un tercio de las mujeres fueron abusadas sexualmente durante el viaje.
Sin embargo, MSF resaltó que el apoyo gubernamental para los migrantes no es suficiente, pues tan sólo en 2016 concedió el asilo a menos de 4 mil salvadoreños, hondureños y guatemaltecos, mientras que expulsó a casi 142 mil migrantes de estos países.
Por otra parte, al momento de llegar a Estados Unidos la situación se agrava. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) señaló que a finales de 2015 casi 100 mil personas de Guatemala, Hondura y El Salvador presentaron solicitudes de asilo y sólo se concedieron 9 mil 401 en los últimos seis años.
«Los intentos de detener la migración reforzando las fronteras nacionales e incrementando detenciones y deportaciones ignoran una crisis humanitaria real y no frenan el contrabando ni el tráfico (de personas). Estas estrategias tienen consecuencias terribles en la vida y la salud de las personas en tránsito», expresó Bertrand Rossier, coordinador general de MSF en México.
El informe de MSF también apunta que 43 por ciento de los encuestados huyeron por haber perdido algún familiar de manera violenta al menos dos años antes en su país de origen, pero en el caso de El Salvador el porcentaje incrementa hasta el 56.2 por ciento.
Se calcula que en los últimos diez años 150 mil personas han sido asesinadas en los tres países centroamericanos y que la situación empeora cada año, particularmente en El Salvador, donde sólo en el 2015 hubo 6 mil 650 homicidios.
De hecho, de acuerdo con los datos de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), la violencia homicida en el norte de Centroamérica provocó más bajas de civiles que en cualquier otro país, a pesar de que algunos estuvieran azotados por los conflictos armados.