Siempre hay una historia de fondo

Noelle Hanrahan

Compartimos en español e inglés el informe de Noelle Hanrahan sobre su visita al preso político Mumia Abu-Jamal, periodista y activista afroamericano que fue condenado a pena de muerte en 1982 por participar en el Partido Panteras Negras y la organización MOVE.

Cuando salgo del vestíbulo estéril de la prisión SCI Mahanoy, siempre me siento agotada. En mi última visita estaba cansadísima, triste, pero no desanimada.

El cálido abrazo que Mumia y yo compartimos frente al estrado del guardia de la sala de visitas estuvo acompañado de una respuesta informativa a mi pregunta: ¿Cómo estás? le pregunté. “Más o menos”, fue la respuesta de Mumia.

En los últimos 31 años he escuchado “más o menos” sólo unas pocas veces. En cada caso su salud era precaria o se estaba volviendo precaria.

Inmediatamente siguió su comentario con lo que sabía que yo quería escuchar. Que estaba «en eso». Que estaba presentando una hoja de llamada por enfermedad. Que estaba “prestando mucha atención” y que se estaba contactando a su médico para reunirse con él.

El nuevo comentario de Mumia, No Place for Old Men: Prisons habla de la realidad del envejecimiento en prisión y nos cuenta que La Asociación Americana de Salud Pública (APHA), al observar que el número de muertes en prisión ha subido, ha llamado por la salida de las y los ancianos enjaulados. APHA señala que sus condiciones de encarcelamiento constituyen un abuso de la gente mayor de edad y que la liberación de los presos es la mejor respuesta a esta urgente crisis de salud pública.

La condición de Mumia y la de otras y otros corresponsales nuestros significa que hay que quedarnos atentos. Escuchar. Seguir visitando. Hacer el trabajo para exponer las políticas inhumanas de comida y condiciones. Mantenemos nuestro enfoque. Tomarlo en serio. Y profundizar el trabajo para liberar a Mumia Abu-Jamal y lograr la abolición.

Mi visita fue una visita jurídica. Estaba siguiendo su acceso post doble bypass a rehabilitación cardiaca. Dos ingredientes claves en la recuperación de cirugía de corazón son una dieta saludable y el ejercicio, ninguno de los cuales se proporciona o es posible en la prisión SCI Mahanoy o en el Departamento de Correcciones de Pensilvania (PA DOC). En marzo de 2021 cuando Mumia tuvo cirugía a corazón abierto, le recetaron una dieta cardiaca al ser liberado del Centro Medico Lehigh Valley pero nunca le dieron acceso a ella. Después de rondas de negociaciones sobre sus quejas, el PA DOC reconoció que tenía el derecho al Acta de Americanos con Discapacidades (ADA) y que su menú debe ser saludable para el corazón.

Evitan darle este derecho al insistir que el menú cumple con el estándar nutricional para la atención de rehabilitación cardiaca. Su equipo médico jurídico está profundizando y documentando el estándar utilizado por la dietista del PA DOC, quien insiste en que es saludable para el corazón.

A los dos años y medio de su cirugía, todavía se le niega a Mumia una dieta adecuada: cantidades significativas de fruta fresca, verduras frescas, cereales integrales y proteínas procesadas, es decir, alimentos que no estén cargados de sal ni conservantes. La comida en las charolas proporcionada por el PA DOC puede literalmente causar enfermedades cardiacas. La mayoría de las calorías provienen de almidones procesados; el pan, las papas y el arroz son todos blancos. Tres veces por semana aparece una pieza de fruta en las charolas. La ensalada se compone de unas hojas de lechuga una o dos veces por semana. Un domingo raro habrá un trozo de pan integral. Los platos principales no tienen en cuenta las grasas saturadas, los aceites o el nivel de sodio ni el procesamiento.

El PA DOC tiene la capacidad y en ocasiones proporciona mejor alimentación a los presos por diversas razones médicas y religiosas: dietas renales, dietas celíacas, dietas sin lactato, dietas religiosas, etc. ¿Por qué podrían negarse a proporcionar alimentación adecuada a todos? ¿Son los contratos jugosos con Aramark? ¿Es el costo el que sólo sería unos centavos más por comida? ¿Porque el arroz integral y la harina multicereal cuestan más? ¿Porque los alimentos envasados con conservantes adicionales y un alto contenido de sal son elaborados por contratistas y tienen una vida útil? ¿Porque la mayoría de los 40,000 prisioneros son pobres y gente de color?

Naomi Klein describe cómo el gobierno utiliza los desastres naturales para implementar políticas que privilegian la privatización y las ganancias por encima de la salud. “Capitalismo de desastre” es la frase que acuñó, y se aplica aquí al uso de COVID en la prisión para modificar todo, desde el tiempo fuera de la celda, el servicio de alimentos hasta el acceso a las visitas.

El ejercicio es clave para la salud cardíaca; sin embargo, Mumia Abu-Jamal está encerrado dentro de su celda de 3.5 por 2 metros con .46 metros cuadrados entre la cama y la pared y debe usar un timbre (respondido por los guardias) para salir de su celda e ir al patio o a la sala general. Su celda, donde pasa la mayor parte del tiempo, tiene menos de .46 metros cuadrados para estar de pie y moverse. No lo llamemos caminar. Mumia puede salir de su celda un total de 6 horas y medio al día. Este tiempo a menudo se acorta ya que el acceso al patio puede cancelarse debido a cierres, nieve, lluvia, niebla, granizo o escasez de personal.

Como dice Jihad Abdulmumit, miembro de la junta directiva del Abolitionist Law Center, presidente del Movimiento Nacional Jericó y Coordinador del Tribunal Internacional: «debemos democratizar la información y debemos institucionalizar la liberación».

Gracias por estar con nosotros, con Mumia, y con todos nuestros corresponsales durante todos estos años.

Cuando luchamos, ganamos.

Cuando amamos, ganamos.

Cuando sobrevivimos, ganamos.

Noelle Hanrahan

Co Director Prison Radio, Board President The Redwood Justice Fund


There is Always a Backstory

Dear Friend

As I emerge from the sterile lobby of SCI Mahanoy, I always feel drained. On my last visit I was bone tired, sad, yet undaunted.

The warm hug Mumia and I shared standing in front of the visiting room guard’s dais was accompanied by a revealing answer to my question:

“How are you,” I inquired? “Fair to middling,” was Mumia’s answer.

In 31 years I have heard “fair to middling” only a few times, in each case his health was precarious or becoming precarious.

Mumia immediately followed up his comment with what he knew I wanted to hear. That he was “on it.” That he was putting in a sick call slip. That he was “paying close attention,” and that he was meeting and reaching out to his doctor.

Mumia new commentary, No Place for Old Men: Prisons, speaks about the reality of aging inside, and notes that the American Public Health Association watching the number of deaths rise in prison has called for the release of the encaged elderly. APHA notes that the conditions of imprisonment is «elder abuse», and release of prisoners is an urgent public health crisis.

Mumia’s condition, and the condition of many of our correspondents mean we stay attentive. We listen. We keep visiting. We do the work to expose the inhumane food and conditions policies. We keep our focus. We take it seriously. And we deepen the work to free Mumia Abu-Jamal and realize abolition.

My visit was a legal visit: I was following up on his post double bypass access to cardiac rehabilitation. The two key ingredients in the recovery from heart surgery are a healthy diet and exercise: neither of which is provided or made possible by this prison SCI Mahanoy, or the PA DOC. In March 2021 when Mumia had open heart surgery he was prescribed a cardiac diet upon release from LeHigh Valley Medical Center, but never given access to it. The PA Department of Corrections did acknowledge after rounds of denials of his grievances that he had an ADA (Americans with Disabilities Act) which required accommodation and that the menu must be “heart healthy.”

They avoid giving him this accommodation by asserting that the menu meets the nutritional standard for cardiac rehabilitation care. His medical legal team is drilling down, documenting the standard used by the DOC dietitian who asserts that it is «heart healthy.”

Mumia is still, some two and a half years after his cardiac surgery, being denied an adequate diet: meaningful amounts of fresh fruit, fresh vegetables, whole grains, and processed protein, i.e., food that is not loaded up with salt and preservatives. The food on the trays at the PA DOC may literally cause heart disease. The majority of calories are from processed starches, the bread, potatoes, and rice are all white. A piece of fruit appears on the trays three times a week. Salad consists of a few pieces of lettuce once or twice a week. On a rare Sunday there will be a piece of whole wheat bread. Entrees have no accounting for saturated fats, oils, or level of sodium and processing.

The PA DOC The Department has the ability and sometimes provides better food to prisoners for a variety medical and religious reasons: renal diets, celiac diets, non-lactate diets, religious diets, etc. Why might they refuse to provide adequate food to everyone? Is it the cozy Aramark contracts? Is it the cost which would only be pennies more per meal? Because brown rice and multi grain flour costs more? Because packaged food with extra preservatives and high salt contents are made by contractors and have a shelf life? Because most of the 40,000 prisoners are poor and folks of color?

Naomi Klein describes how the government uses natural disasters to roll out policies that privilege privatization and profit over health. “Disaster Capitalism” is the phrase she coined, and it applies here to the prison’s use of COVID to modify everything from out of cell time, food service, to visiting access.

Exercise is key to cardiac health, yet, Mumia Abu-Jamal is locked inside his 11 by 7 cell with 18 inches between the bed and the wall and must use a buzzer (answered by guards) to leave his cell to go to the yard or the day room. His cell, where he is most of the time, has less than 5 square feet to stand up in and to move. Let’s not call it walking. Mumia can go outside of his cell for a total of 6.5 hours a day. This time is often l cut short as yard can be canceled due to lockdowns, snow, rain, fog, hail, and staffing shortages.

As Jihad Abdulmumit, on the Board of Directors of Abolitionist Law Center, and Chair of the National Jericho Movement, and convener of International Tribunal says – «we must democratize information and we must institutionalize liberation.»

Thank you for standing with us and all of our correspondents, for all of these years.

When We Fight, We Win

When We Love, We Win

When We Survive, We Win

Noelle Hanrahan, Esq. P.I.

Co Director Prison Radio, Board President The Redwood Justice Fund

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