Se incumplen los acuerdos internacionales contra el cambio climático

María Guadalupe Lugo García

Desde varias décadas vivimos una crisis climática y sus efectos; pese a ello, son pocos los acuerdos internacionales que cumplen los países para atender la situación, alerta la investigadora del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM, Carolina Ureta Sánchez.

El fenómeno que hoy vivimos es antropogénico, es decir, producto de la actividad humana. Hay evidencia contundente de que el aumento en la concentración de gases con efecto invernadero tiene que ver con la quema de combustibles fósiles, cambio de uso de suelo, tala de bosques y gases como el metano que proviene del ganado, detalla la científica.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) señala que los efectos del cambio climático se perciben en todos los continentes. Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero siguen en aumento. De continuar así, el incremento de la temperatura en el mundo superará con creces el límite de dos grados centígrados establecido como objetivo por las naciones, con el fin de evitar los efectos más peligrosos.

La ONU considera que 2014 fue el año más caluroso y 14 de los 15 años con mayor temperatura se registran en el siglo XXI; el nivel del mar sigue subiendo; el hielo del mar del Ártico se derrite y produce más fenómenos meteorológicos severos, incluidas sequías e inundaciones prolongadas, entre otras repercusiones.

Lo anterior tiene graves efectos en los ecosistemas, la salud humana y la agricultura, lo que dificulta la erradicación del hambre y la pobreza planteada en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS); “el cambio climático y sus efectos continuarán”, advierte la investigadora en ocasión del Día Internacional contra el Cambio Climático, que se conmemora el 24 de octubre.

Ureta Sánchez indica que una de las preocupaciones principales de los expertos es que se derriten los polos. Si Groenlandia lo hace de manera significativa habría serias implicaciones en las corrientes oceánicas y, por lo tanto, en el clima del planeta que, en lugar de calentarlo, podría enfriarlo.

Surgimiento

El cambio climático, recuerda, surge a partir de la Revolución Industrial, la cual trajo consigo el aumento de los gases de efecto invernadero y, en consecuencia, el calentamiento del mundo. Eso es lo que diferencia este fenómeno en relación con procesos similares que se han dado a lo largo de la historia de la humanidad.

Según la universitaria, la temperatura seguirá incrementándose, pero hay incertidumbre sobre qué ocurrirá con las lluvias. Los escenarios más optimistas que se planteaban, en la actualidad resultan poco alcanzables. Lo que ahora no queremos es llegar a los más pesimistas, aunque ello depende del comportamiento de la humanidad.

En la última cumbre sobre medio ambiente, México sugirió reducir la emisión de gases con efecto invernadero mediante mayor inversión en tecnologías para generar energía renovable; ejemplo de ello es el megraproyecto verde que se construye en Sonora con paneles solares. Es decir, centrarse más en la inversión en energías alternativas que no necesariamente implican la quema de combustibles fósiles, aunque para el país es complicado porque dependemos del petróleo.

Carolina Ureta Sánchez apunta que siempre se han registrado incendios, huracanes o tormentas; que hay variabilidad natural en el clima. El asunto ahora es que el cambio climático antropogénico aumenta la variabilidad natural del clima y la frecuencia e intensidad de fenómenos meteorológicos extremos como los antes mencionados.

Un porcentaje importante del Producto Interno Bruto mexicano proviene del petróleo, razón por la cual se requiere encontrar opciones para disminuir la emisión de gases de efecto invernadero y, como otras naciones, encontrar áreas de inversión con el propósito de atender los impactos, la mitigación y adaptación del cambio climático.

Es necesario sensibilizar a la población de que podemos contribuir; nuestras acciones del día a día, aunque pequeñas, son importantes, sí valen porque somos miles de millones de habitantes en el orbe

Intereses económicos

En otro tema, refiere que a diferencia de la capa de ozono, la cual está en recuperación, disminuir esos contaminantes en la atmósfera es un asunto que afecta intereses económicos y políticos de las grandes potencias del mundo, las cuales contaminan en mayor proporción, como Estados Unidos y China.

Históricamente, nuestro vecino del norte es el que más lo ha hecho, ésa es la queja de la nación asiática y resulta difícil que se pongan de acuerdo todos los países porque hay algunos con significativa responsabilidad, pues han generado más emisiones que otros.

Por tanto, no le pueden decir a las naciones pobres que dejen de emitir dichas poluciones, cuando los otros, los más ricos, ya lo hicieron demasiado y tienen suficiente desarrollo y avances como para invertir en tecnologías limpias.

Ejemplo de lo anterior es Alemania, nación que siempre había estado comprometida con el ambiente y había reducido sus emisiones; sin embargo, recientemente, con la guerra entre Rusia y Ucrania dijo: “vamos a quemar fuentes de energía contaminantes”.

En ese contexto, Ureta Sánchez afirma que la crisis ambiental se complica debido a los conflictos bélicos que se viven en el mundo, lo que dificulta alcanzar las metas y los ODS, entre ellas acabar con el hambre y la pobreza, salud y bienestar, o terminar con la desigualdad de género; en este último caso, por la pandemia, nos atrasamos de 20 a 30 años respecto a los avances alcanzados hasta ese momento, porque las mujeres tuvieron que regresar a los hogares a ser cuidadoras.

No se trata de ser pesimista. Es necesario sensibilizar a la población de que podemos contribuir, que nuestras acciones sí valen porque somos miles de millones de habitantes en el orbe; si cada quien participa tendremos impacto positivo en el cambio climático, asevera.

Nuestras acciones del día a día, aunque pequeñas, son importantes, por ejemplo: consumir productos locales para apoyar los mercados regionales y no adquirir artículos que provengan de sitios lejanos para nuestro consumo.

Como sociedad, debemos fomentar el uso de energías menos contaminantes. Sabemos que necesitamos el petróleo, pero si queremos transitar hacia una nación con mayor compromiso climático hay que evitar la quema de combustibles fósiles y usar energías renovables, precisa.

Estamos a tiempo de no llegar a un escenario pesimista, a lo peor, aunque el planeta se seguirá calentando; el cambio climático continuará y es irreversible, concluye Ureta Sánchez.

Eunice Foote

La primera persona que propuso que la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera podía ocasionar un aumento significativo en la temperatura de la Tierra fue una mujer, la científica estadunidense Eunice Foote, “madre del cambio climático”, una intelectual aficionada de la ciencia que en 1856, mediante experimentos sencillos demostró la existencia de gases con efecto invernadero. No obstante, tres años después, en 1859, el crédito fue para John Tyndall, quien junto con otros especialistas expuso en un congreso el experimento de la científica.

Publicado originalmente en Gaceta UNAM

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