Fotos: Felipe Johnson, Scott Hill y Iara Cardoso
En el estado de Mato Grosso do Sul, territorio dominado por el Estado brasileño, Amambai es la segunda mayor reserva indígena, en la frontera con Paraguay. Era más grande, pero los gobiernos fueron privatizando áreas de lo que legalmente es tierra pública, y el título de ellas está en manos de empresarios. En los últimos años, los Guarani y Kaiowá han hecho retomadas en algunas de esas haciendas. Las Reservas Indígenas, diferentemente de las Tierras Indígenas reivindicadas por los pueblos, son territorios demarcados originalmente por el Serviço de Proteção aos Índios (SPI) entre las décadas de 1910 y 1920, con el objetivo de liberar tierras para la colonización y expansión de las fronteras agrícolas y extractivistas en la frontera oeste del país. Las Reservas son espacios demasiado pequeños, de confinamiento, donde no se puede reproducir el modo de vida tradicional y construir autonomía alimentaria.
Es importante percibir que el primer nombre oficial del SPI era «Servicio de Protección a los Indios y Localización de Trabajadores Nacionales». Este órgano del gobierno pasó por diferentes ministerios: primeramente, de la Agricultura; después, del Trabajo y finalmente de la Guerra. El paradigma integracionista del SPI comprendía los pueblos como una categoría de transición: dejar de ser «indios» para transformarse en trabajadores nacionales, o sea, campesinos pobres sin tierra. sometidos al régimen de explotación del trabajo.
El SPI fue sustituido por la Fundación Nacional del Indio (FUNAI) en 1967, después de graves denuncias del involucramiento de la institución indigenista en masacres, como el reconocido «Masacre del Paralelo 11» en contra los pueblos Cinta Larga en 1963 – un año antes del golpe que inauguró la dictadura empresarial-militar brasileña. La FUNAI, hasta hoy día la institución indigenista oficial, es la principal responsable de asegurar los derechos de los pueblos, garantizados por las premisas constitucionales de 1988.
La Constitución de 1988 estableció el plazo de 5 años para la demarcación de las Tierras Indígenas en Brasil. Esto no se cumplió, como respuesta, los pueblos auto-organizados intensificaron el proceso conducido principalmente en la década de 1980, acciones hasta hoy día realizadas: las retomadas, o recuperación de sus territorios ancestrales, en las cuales se incluyen las tierras Guaraní y Kaiowá2. El viernes pasado (24/6), la policía estadual militarizada hizo dos operaciones en la madrugada en dos de esas retomadas, Guapo’y Mirin Tujury y Kurupi3.
La retomada de Guapo’y fue primeramente realizada en el día 24 de mayo del presente año, cuando también sufrió una acción de desalojo ilegal conjuntamente realizada por la policía y pistoleiros4/seguridad privada. Con la primer retomada sucede la recuperación del Tekoha Jopara (en el municipio fronterizo de Coronel Sapucaia), territorio retomado después del brutal asesinato de Alex Vasques Lopes, joven Kaiowá de 18 años muerto por 6 balazos de un pistoleiro mientras recolectaba leña cerca de la Reserva Indígena Taquaperi. Como respuesta, la hacienda fue ocupada y, como en Amambai, reivindicada en la memoria histórica y las narrativas de ancianas sobre la tierra ancestral robada, limítrofe a la Reserva.
En la segunda retomada de Guapo’y Mirin Tujury, el día 24 de junio, los policías5 llegaron con camionetas y un helicóptero, totalizando 100 uniformados, y disparaban con balas de goma y de plomo, incluso fusiles 5.56. Decían que llegaban para desalojar, pero, otra vez más, sin mandato judicial. Dejaron decenas de heridos y mataron a Vitor Fernandes, indígena Kaiowá de 42 años. Sólo consiguieron prender 8 heridos más graves (los otros se escondieron en una área de refugio), la mayoría menores de edad. La policía distribuyó esos heridos en varios hospitales distantes, para dificultar el acompañamiento. Estaban presos e internados.
Durante el día viernes circulaban informaciones de la propia policía que decían que fueron llamados por la empresa6. De hecho, suelen actuar como si fuesen la seguridad particular de los hacendados. La acción era completamente irregular: tratándose de indígenas, la policía estadual no tiene ninguna jurisdicción, quien debía operar sería la policía federal; tendría que haber participado la FUNAI; y, como en todo desalojo, precisaban un documento ordenándolo, firmado por un juez. No había nada de eso. La muerte de Vítor y el momento de la operación (después de la campaña internacional por el asesinato de Bruno Pereira y Dom Phillips en la Amazonia) exigieron que el secretario provincial de seguridad (Antônio Carlos Videira) se pronunciase. Y le dieron casi 10 minutos del Jornal Nacional (el principal noticiero de la TV Globo). Dijo que no era un desalojo, sino que fueron a atender una denuncia grave del capitán de la reserva.
La capitanía es un cargo político establecido por el SPI cuando de la fundación de las Reservas Indígenas, responsable por hacer una co-gestión del poder tutelar estatal y mediación con grupos privados (empresas e industrias), o sea, para hacer la mediación de la comunidad con el gobierno. Y ese capitán, especialmente, es de los que quieren dar en arriendo la tierra de la reserva para empresarios que plantan maíz y soja transgénicos para exportar – los mismos relacionados a la hacienda que ocupa el territorio retomado.. La denuncia hecha por el capitán, con apoyo de funcionarios de la FUNAI7, habría sido de supuestas amenazas por parte de los jóvenes de la retomada, que acababan de volver de la cosecha de la marihuana en Paraguay. Los jóvenes, sin tierra suficiente para vivir, son objeto de distintas relaciones de trabajo superexplotado, incluso e en la cosecha de manzana en los estados del sur de Brasil, en la cosecha brazal informal de granos de soja y maíz o en el corte de caña de azúcar, para tener algún ingreso en moneda.. Pero el argumento le servía al secretario de seguridad para presentarlos como narcotraficantes. Y mostró un agujero de bala de fusil en el helicóptero – curiosamente, del mismo fusil utilizado por los policías.
Durante todo el sábado circulaban en los grupos de whatsapp indígenas audios en guaraní que comprometían al capitán en el armado de la operación. Los aliados no indígenas, karaí, como ellos nos llaman, discutían la posibilidad de ir en caravana a la reserva, donde se estaba velando a Vitor, porque los Guaraní y Kaiowá querían enterrarlo en la retomada, ya ocupada por la policía, y arriba de la reserva los drones policiales sobrevolaban como moscas. Había decenas de heridos que precisaban de insumos médicos y atención. Pero predominaba en las organizaciones karaí un cálculo tímido, más dirigido a las acciones legales. Se aplazó la caravana para el martes 28/6, para llevar alimentos y abrigo.
Es preciso explicar que el Partido de los Trabajadores no quiere levantar polvareda con el agronegocio, en medio de las alianzas para las elecciones presidenciales de octubre. Y el propietario de la hacienda está vinculado a la Cargill, la JBS8 y los grandes conglomerados de exportación de commodities. Además, este mismo propietario está involucrado con escándalos en sus antiguos frigoríficos, algunos de ellos adquiridos por empresas gigantes como Marfrig, importante exportadora de carne bovina para China. El mismo hacendado fue investigado por deforestación de porciones significativas de la Mata Atlántica9 y contrabando de madera y ganado, acusado de conspiración para cometer delitos y, por fin, él solo detiene más hectáreas de tierra que la totalidad de la Reserva Indígena de Amambai10.
El domingo, compañeras del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra fueron con insumos para tratar a los heridos que estaban en la reserva. Y los Guaraní y Kaiowá pidieron adelantar la caravana para el lunes. Ellos retrasarían el entierro, para tener la presencia de aliados karaí y de otros pueblos. Después de esa convocatoria, el lunes 27/6 fue una caravana desde varias ciudades del estado de Mato Grosso do Sul. Y se encontró con 2000 Guaraní y Kaiowá de varias aldeas que habían ido al velorio. A lo largo de la marcha en el interior de la comunidad, las familias se juntaban en la caminada, clamando por justicia y por la demarcación de sus tierras ancestrales. Se escuchaba en unísono desde la movilización: «Retomada! Retomada!», como prenuncio de la victoria inminente. La defensoría pública fue a hacer un acuerdo con los abogados de la empresa, para evitar un enfrentamiento, y consiguió el consentimiento para que el entierro fuera dentro del área, a sólo 15 metros de la divisa con la reserva. Las más de 2.000 personas caminaron los 4 kilómetros hasta el área que había sido la retomada. Contaron 15 metros de la divisa y enterraron a Vitor, con cantos y danzas de guaxiré y una primera línea formada por las nhandesy y nhanderu, «rezadores» y «rezadoras» o chamanes de los Guarani y Kaiowá, que hacían rezas de impacto político y cósmico para preparar la resistencia y abrir los caminos: sosteniendo el cielo.
Mientras cavaban la tumba, se escuchaba: “sarambi!”, literalmente, desparramo. Es interesante percibir que la misma palabra fue utilizada históricamente para describir el amplio proceso que resultó de la remoción forzada y los desalojos criminales impulsados por el Estado brasileño en contra los Guarani y Kaiowá. En este día, fue diferente. Fue la señal para que la multitud siguiera avanzando sobre la hacienda. Algunos karaí corrieron a explicar que había un acuerdo de 15 metros. Nadie les prestó atención. Nadie detiene la dignidad rebelde de los pueblos. Cuando vieron eso, los guardias de seguridad de la empresa subieron a su camioneta y se retiraron a toda velocidad. La policía retrocedió y Guapo’y fue re-retomada.
El mismo lunes, abogados populares y defensores/as públicos/as, con la presión de los movimientos populares, posibilitaron liberar a los detenidos (internados en los hospitales). El gobierno nacional inició un proceso contra la empresa por deudas al fisco11. Y el secretario de seguridad estadual se pronunció nuevamente diciendo que no iba a intervenir porque la ocupación indígena está fuera de su jurisdicción, y se olvidó de aquellas acusaciones de tres días antes.
En Guapo’y Mirin Tujury, el pueblo volvió a erguir sus viviendas, mientras la retomada de Kurupi aún se encuentra amenazada12. Al mismo tiempo, los latifundistas en Bahia lanzan una ofensiva en contra de los pueblos Pataxó, con centenas de camionetas y latifundistas armados realizando el desalojo de una comunidad. En los rincones más protegidos de la Amazonia, la minería, los monocultivos y la ganadería avanzan a pasos largos. En Mato Grosso do Sul, se aprueba la construcción de la Nova Ferroeste, ferrocarril destinado a conectar territorios Guarani y Kaiowá, quilombolas y campesinos dominados por el Estado (o no) a las cadenas globales de acumulación capitalista, por intermedio del puerto de Paranaguá, en el estado brasileño de Paraná. Este ferrocarril, un megaproyecto de muerte de 30 mil millones de Reais13, amenaza directamente más de una decena de territorios Guaraní y Kaiowá y se supone que tiene relación directa con la renta de la tierra.
El verbo en Guaraní para referirse al acto de enterrar a sus muertos es -ñoty, el mismo verbo utilizado para la palabra plantar14. El cuerpo de Vitor, sembrado en Guapo’y Mirin Tujury, ya es un brote de semilla que sostiene un nuevo tiempo de retomadas.
1 Sarambi: en guaraní, «desparramo».
2 Los Guarani y Kaiowá, localizados en el cono sur de Mato Grosso do Sul y Paraguay, actualmente se organizan en tres diferentes asambleas/consejos: Aty Guasu, su gran asamblea general; la Kuñangue Aty Guasu, la asamblea de las mujeres; y la Retomada Aty Jovem (RAJ), asamblea de la juventud. Son las principales estructuras de decisión de estos pueblos.
3 Municipio de Naviraí, Mato Grosso do Sul.
4 Milícia privada de latifundistas.
5 Principalmente el batallón de operaciones especiales, el «Choque».
6 Empresa VT Brasil Administração e Participação Ltda. Propiedad de Waldir Cândido Torelli, «dueño» de la hacienda Borda da Mata (y de muchos otros latifundios en Amambai), que se sobrepone a la tierra indígena reivindicada y retomada por los Guarani y Kaiowá de que hablamos.
7 En razón de las dimensiones mismas de este artículo, no profundizaremos en el análisis de la FUNAI, aunque sea importante decir que es actualmente liderada por un ex-militar de la Policía Federal. En sus cargos más estratégicos, el gobierno de Jair Bolsonaro viene nombrando gente que responde a sus propios intereses. El indigenista asesinado Bruno Pereira, por ejemplo, fue destituido de su cargo en la FUNAI, donde trabajaba como coordinador-general de los indígenas aislados, y sustituido por pastores vinculados a misiones de catequización.
8 Ver: https://deolhonosruralistas.com.br/2022/06/25/saiba-quem-e-o-dono-da-fazenda-onde-guarani-kaiowa-foi-assassinado-no-mato-grosso-do-sul/?fbclid=IwAR1Tw2tF9GD4TPL816re1jmICImGYNwRunpwoqs3XmxFMIo3ksfZTf24vIw
9 Mato Grosso do Sul es un estado con distintos biomas, pero el território Guarani Kaiowá se localiza en una transición entre la mata atlántica y el cerrado, con regiones de puro cerrado o pura selva. No entanto, la devastación provocada por el agronegocio exportador hace casi indestinguible la extensión de estos biomas, pues transformó la tierra en grandes monocultivos de granos y caña de azúcar o direccionado para creación extensiva de ganado.
10 La reserva indígena de Amambai tiene hoy 2.441 hectáreas para más de 8000 personas. Las haciendas de Walter Torelli suman casi 4.000 hectáreas.
11 Ver: https://amp.campograndenews.com.br/cidades/interior/por-dividas-uniao-quer-tomar-fazenda-do-conflito
12 Ver: https://cimi.org.br/2022/06/alem-do-massacre-de-guapoy-policia-militar-ataca-familias-kaiowa-e-guarani-de-kurupi-em-navirai-ms/
13 Moneda brasileña.
14 Morais, Bruno. 2017. «Do Corpo ao Pó: crônicas da territorialidade Kaiowá e Guarani nas adjacências da morte».