“La enorme contribución del ingeniero Toscano fue darle estructura a las imágenes de la Revolución Mexicana con sus antologías de hechos históricos”, afirmó Aurelio de los Reyes, investigador emérito del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM
“Su mérito principal es haber rescatado numerosísimas imágenes de la Revolución que de otra manera se hubieran perdido”, aseguró Aurelio de los Reyes, investigador emérito del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, en el marco del centésimo quincuagésimo aniversario del nacimiento del cineasta mexicano Salvador Toscano.
“La enorme contribución del ingeniero Toscano fue dotar de estructura a las imágenes de la Revolución Mexicana en sus antologías de hechos históricos, recopiló información cinematográfica de otros camarógrafos de esos años. Tomó películas a partir de 1897; los primeros años de la Revolución se apoyó en Antonio Ocañas, su camarógrafo. También reunió películas de los hermanos Alva, Jesús H. Abitia, Enrique Rosas y de casi todos los camarógrafos que captaron la Revolución”.
“Desde 1911 empezó a construir una antología de la Revolución Mexicana, conformé avanzó el hecho histórico el ingeniero fue recopilando información y construyendo su película. La primera versión de su Historia de la Revolución es de 1911, luego tiene otras ediciones que comprenden más sobre la Revolución hasta su última versión, en 1938, estrenada en la época de Cárdenas. Ya había cine sonoro; esta película no estuvo sonorizada, era muy larga, pero el ingeniero la explicaba de viva voz durante la proyección: tenía más de 30 rollos”, recordó el especialista.
Salvador Toscano Barragán nació el 22 de marzo de 1872 en Guadalajara, Jalisco, en el seno de la familia conformada por Esteban Toscano y Refugio Barragán. Pasó su infancia y temprana juventud entre Guadalajara y Zapotlán el Grande, posteriormente viajó a la Ciudad de México donde se graduó como ingeniero topógrafo e hidrógrafo de la Escuela Nacional de Ingenieros.
Fue en la capital del país, mediante la revista científica La Nature, donde conoció el invento de los hermanos Lumière, el cinematógrafo, y quedó permanentemente ligado a la historia del cine en nuestro país.
“Es uno de los pioneros del cine y, para mí, su importancia en el periodo mudo fue darle sentido a las imágenes de actualidades que se tomaban en aquel entonces influenciadas por el positivismo, formación que, a mi juicio, el ingeniero tuvo porque atravesó por la Escuela Nacional Preparatoria y ahí recibió educación positivista de acuerdo con el plan de estudios de Gabino Barreda”, subrayó Aurelio de los Reyes.
“El cine es un producto de la ciencia y los camarógrafos de Lumière lo difundieron como eso: un producto de la ciencia. Entonces si la ciencia muestra la verdad, las imágenes no pueden mentir. De ahí que los camarógrafos de Lumière retrataran la realidad, porque era lo que podía convencer a la gente que era exactamente tomado de la realidad. Este concepto lo mantiene Toscano a lo largo de toda su antología, junto a los camarógrafos mexicanos. Por eso retratan los acontecimientos extraordinarios que están pasando en la República, con esas imágenes no se podía engañar a la gente. Se mostraba la verdad de los hechos”, complementó.
De los Reyes recordó que la primera producción de Toscano con una estructura fue la reconstrucción del viaje de Porfirio Díaz a Yucatán en 1906, “donde trató de reproducir el viaje con imágenes cinematográficas alternándolas con otras fijas, reconstruyendo así el itinerario del viaje mostraba la “verdad” de aquel hecho histórico”.
“Este criterio lo aplicó en sus películas sucesivas, como Viaje a Tehuantepec, por ejemplo, que es su única película que se conserva completa. Uno de sus recursos para convencer de la “verdad” del hecho, consistía en mostrar fotografías del mismo hecho después de la exhibición de la película con un relato más detallado, de tal manera que cine y fotografía se complementan para mostrar y convencer al espectador que son verdaderos”.
“Este criterio permea al cine positivista, porque otros camarógrafos van a continuar esta estructura. Los hermanos Alva, Enrique Rosas, Guillermo Becerril, entre otros, van a continuar este criterio que estableció el ingeniero Toscano, es una de sus contribuciones más importantes al cine mexicano y, específicamente, del cine mudo”, añadió.
Exhibidor ambulante
Toscano no sólo fue uno de los pioneros de la producción cinematográfica en México, también dedicó buena parte de su vida a exhibir cine, que a finales del Siglo XIX y principios del XX era una actividad eminentemente ambulante. Así lo recordó Aurelio de los Reyes:
“De 1897 a 1906, la característica en México era la ambulancia cinematográfica, en esos años el exhibidor más importante era francés, Carlos Mongrand, luego Enrique Rosas y el ingeniero Salvador Toscano. Estos tres son los exhibidores más importantes de aquellos años.Cada uno se hacía de las películas en su contacto y su relación directa con los fabricantes, iban a Estados Unidos y Francia a proveerse de películas.”
“La ruta de Enrique Rosas y el ingeniero Toscano era fundamentalmente el centro de la República. Mientras que Carlos Mongrand sí llegó al extremo norte, a Ciudad Juárez y Baja California atravesando Nuevo México para entrar a México por Nogales. Mongrand fue el más dinámico”.
“Esta ambulancia cinematográfica se termina hacía 1906 cuando se establecen las distribuidoras de películas en la Ciudad de México, entonces se surte el mercado mexicano. Porque la ambulancia cinematográfica se debía al envejecimiento de las películas, llegaban muy pocas películas nuevas y el público se cansaba pronto de ver las mismas películas. Entonces la temporada de ambulantes cinematográficos era de una a dos semanas en una población, difícilmente resistían más tiempo porque no tenían más repertorio. Iban de población en población, sobre todo en las ciudades ubicadas sobre la vía ferrocarrilera”.
Materiales a resguardo
Con el objetivo de preservar y difundir los materiales relacionados a la carrera cinematográfica de Salvador Toscano, la Fundación Carmen Toscano IAP y la UNAM establecieron el 11 de abril de 2011 el Fondo Salvador Toscano mediante un acuerdo de colaboración.
Desde entonces la Filmoteca de la UNAM resguarda el material filmado y documental del archivo más antiguo de películas de México, el cual tiene un valor histórico incalculable dado que la mayoría de los materiales datan de hace más de un siglo.
Este material se comparte con autorización de UNAM Global