Rostros en la oscuridad

Desinformémonos

Ciudad de México. Alumnos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), coordinados por los profesores Melchor López Hernández y Adán Magaña, se organizaron para publicar, de manera independiente, un libro con relatos de personajes urbanos de la Ciudad de México.

 Las 27 entrevistas que conforman el libro – el cual en un principio se perfilaba como un trabajo escolar pero terminó convirtiéndose en una publicación – “se presentan como relatos a manera de historia”, explica el profesor López Hernández.

El tiraje del libro fue de mil ejemplares. El 50 por ciento del costo fue cubierto por los autores y el resto por los coordinadores. “En ese sentido consideramos que se consolidó como un proyecto completamente independiente”, dijo a Desinformémonos Adán Magaña, “y debido al grato resultado que obtuvimos, hoy nos encontramos en una nueva etapa de planificación donde se pretende realizar una segunda obra también de manera independiente y desarrollada por alumnos”.

 A continuación se presenta una de las entrevistas publicadas en el libro.

Lluvia de estrellas

THALÍA HERNÁNDEZ  Y MONSERRAT ÁVILA

La memoria del corazón elimina los malos  recuerdos y magnifica los buenos, y gracias  a ese artificio, logramos sobrellevar el pasado. Gabriel García Márquez

Mi trabajo no es riesgoso, están equivocadas. Me llamo Diana Torres y tengo 22 años trabajando en la prostitución, es decir, el intercambio de dinero por sexo, no hay e otra. Esta labor es igual que todas. Entro a las cinco y media y salgo diez treinta. No me desvelo, no estoy en riesgo. He procurado manejarme de primera instancia, es decir, no llego drogada, ni tomada, ni nada, ni siquiera fumo. Además, casi toda la gente que atiendo la conozco desde hace 20 años, son mis clientes y sé que son tranquilos. Ellos saben  a qué hora llego y cuándo me voy.  Incluso, tengo clientes que conocí de dieciocho años y ahora tienen treinta.

¡Es lo que te digo! En éste oficio, negocio, trabajo…o no sé cómo llamarle, tienes que estar bien consciente que debes andar a las vivas; eso te va a ayudar en todo, no tienes por qué tener malas experiencias. Con eso de estar a las vivas, quise decir, por ejemplo: si ves que una persona está drogada o borracha, pues no te subes con él y punto. En ti está que los problemas se eviten. Luego hay tipas que andan drogadas y tomadas, obvio ¡¿Cómo no quieres que les pase algo?! Una se vuelve una especie de psicóloga cuando está en este trabajo.  Por ejemplo, ayer me tocó un señor que, en primera instancia me pagó lo doble, me dijo: “Estoy en el hotel de al lado”. Parada afuera del auto, lo vi normal; pero en el momento de subirme a su carro, me di cuenta que actuaba raro: estaba inhalando cocaína. Al llegar al hotel le comenté que me hubiera avisado y dijo: “No te preocupes, yo soy tranquilo”. Así que presté el servicio. Él se quedó fumando su cocaína y yo me salí con mi dinero. En una ocasión, me sucedió algo muy fuerte. Antes me anunciaba en el periódico e Internet y trabajaba para gente que trataba personas. Me mandaron al hotel Paradiso Radison para atender a un extranjero, era como suizo y quería que le hiciera una lluvia de estrellas; así que tuve que defecarle en la boca para que se la comiera mientras se masturbaba. Eso me dejó marcada. Creo que mi oficio salva muchas violaciones…cuando yo estaba chiquis uno de mis hermanos me violaba. Sin embargo cuando tienes como seis años, no te das cuenta. No lo veía como violación, si no como que estaba jugando. Mi hermano era diez años más grande. Bueno, no sé, él me penetraba despacito y no me dolía. Es más pensaba que se hacía pipí. Pero ahora que ya estoy grande, sé que eran orgasmos. Se lo dije a mi mamá, pero jamás me creyó. No tengo traumas porque logré superarlo; si a mí me fuera mal y la gente me agredía, tal vez tendría resentimiento con él pero no. Yo no beso, porque besar implica ya un sentimiento ¿No? Bueno lo considero así. Esto va de la mano con el amor. Con todo y mi experiencia, creo que el amor es un sentimiento sublime que cuando te llega, te atonta. En mi caso, cuando me enamoré vino el problema. Viví con mi pareja doce años, después, él ya no quiso entender mi trabajo, pero a diferencia de un cliente, me quiso matar para que no lo dejara. Él empezó a quererme pega e intentó manipular mi dinero, y eso nunca lo he permitido. Entonces cuando yo decidí: “Hasta aquí”, él intento matarme a cuchillazos. Obviamente terminó en la cárcel y yo fui a dar al hospital. Pero aclaro, eso no me lo hizo un cliente, lo hizo mi pareja.

Con respecto a cómo pasó: él me acuchilló, yo empecé a sangrar y él puso sus piernas en mis antebrazos para apuñalarme el pecho. Entonces, yo lo manipulé de forma psicológica, diciéndole que yo lo quería, que había dejado muchas cosas por él y que no valía la pena, porque él se iba a ir a la cárcel y yo me iba a morir. Logré que tirara el cuchillo y fui con mi hermana que vivía a una calle. Ella me llevó al hospital. Yo estaba estudiando en la vocacional de Taxqueña cuando me inicié en esto. Estudié hasta cuarto semestre, porque mis padres eran de bajos recursos y en aquél tiempo, los papás compraban todos los útiles, no como que ¡hasta los becan por estudiar! Te juro que si hubiera sido así en ese tiempo, yo no estaría aquí, creo que eso es un beneficio que deben aprovechar. Así que busqué trabajo y como no sabía hacer nada, me presentaron a una amiga y ella me llevó a trabajar. Desde el primer día empecé a ganar bien, y no quise dejarlo. Creo que las que nos dedicamos a esto, jamás lo dejamos. Recuerdo que mi primera vez fue terrible, porque estuve con un señor gordo, pero fue muy amable ya que se percató de quera mi primera vez prestando servicio. Entonces él me fue guiando, incluso hasta me pagó demás. Mi servicio en la calle consiste en sexo oral, eso sí, siempre con preservativo ¡Nunca chupo la cosa sin condón! En fin, sexo oral unos 10 minutos y él puede agarrarme las teclas o lo que quiera y luego viene el coito. Eso sí, yo nunca hago el papel de activo, siempre es pasivo, ya que me inyecté hormonas y eso me impide la erección. Si lo haces con inteligencia puedes conseguir lo que quieras. Pero repito, si estás ebria o drogada y te gastas el dinero en puras tonterías, jamás vas a lograr nada. Hay que aprovechar el trabajo, eso es lo que todos hacemos ¿no? Todos mis clientes saben que soy gay y si no les agrada, les regreso su dinero sin problema. Soy travesti y toda la vida me he dirigido como una mujer. Cuando decidí cambiar, mi familia no se sorprendió, pues ya traía esa tendencia desde chiquis. Voy con mis amigas al gym, a comer y todos me tratan como una mujer. No tengo hijos, pero me gustaría tenerlos. He mantenido a un sobrino desde los ocho años. ¡Ay chicas! Ya se les acabó su tiempo, tengo que volver a trabajar.

Para adquirir el libro completo, contactar a Melchor López   (melchorlopezmx@yahoo.com.mx)

Publicado el 01 de Enero de 2012

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