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¿Reyes o pueblos? Reflexiones en torno del Shahnamé de Ferdousí y las resistencias en Irán

Shekoufeh Mohammadi / Bahram Ghadimi

09.02.2023

“Quien te mató, te sembró; yo fui tu retoño”

(Anuncio del asesinato de Mehran Basirvand en Fumán)

  1. Un libro de reyes para los pueblos

Hace ya más de diez siglos, un poeta iraní escribió en lengua persa y durante treinta años una obra épica que siglos después llegaría a ser una de las más valiosas fuentes de la memoria cultural de los distintos pueblos iranios, pues acogía leyendas y mitos de los distintos rincones del anterior imperio persa sasánida que por milenios habían circulado oralmente entre la gente. El poeta se llamaba Abol Qasem Ferdousí y su obra de vida, Shahnamé (literalmente Libro de reyes). A lo largo de la turbulenta historia de Irán, el Shahnamé fue copiado e ilustrado muchas veces, ya que cada vez que una nueva dinastía llegaba al poder, lo utilizaba como fundamento de su propia gloria y legitimación. Fue así que un libro pensado como un refugio de las identidades de los pueblos se convirtió en un instrumento de represión y discriminación en manos de élites; abuso que lamentablemente sigue aconteciendo hasta nuestros días.

Pero mientras los poderosos hacían de las suyas, las historias del Shahnamé convivieron con las personas más humildes: viajaron de generación a generación en boca de los abuelos, dieron fuerza a los jóvenes en momentos difíciles y trazaron para los niños sueños utópicos. Los personajes que conviven en las leyendas míticas y épicas del Shahnamé han abrazado desde siempre a quienes buscaran una lágrima para llorar, una sonrisa para festejar, una voz con que gritar por la justicia. De ahí que no pertenecen al pasado, siguen vivos y nos acompañan, dando la espalda a los Estados, negándose a la instrumentalización por los poderosos.

  • El Shahnamé y los movimientos de resistencia en Irán

El Shahnamé de Ferdousí era en sí un libro de resistencia: fue escrito en un momento histórico en que la memoria cultural e identitaria de los pueblos iranios estaba en peligro de desaparecer para siempre, tras la conquista del imperio sasánida por los árabes musulmanes fuertemente “nacionalistas”. Con el paso de los siglos marcados por invasiones y luchas de poder, esta dimensión de la obra fue ocultada por las élites que abusaban de ella. Pero cuando con la Revolución Constitucional (1905-1911), el pueblo iraní empezó a ganar protagonismo, el potencial descolonial del Shahnamé salió de nuevo a la luz: una de las primeras revistas revolucionarias de circulación internacional adoptó el nombre de Kaveh, el herrero insurgente que, según Ferdousí nos cuenta, reta al más terrorífico rey de todos los tiempos, el monstruoso Zahak. Es así que el grito justiciero de Kaveh desde la profundidad de los milenios viaja al siglo XX para crear conciencia y guiar una vez más al pueblo que lucha por sus derechos de justicia y libertad.

Kaveh, Zahak y otros personajes legendarios del Shahnamé no tardaron en reaparecer en el horizonte de las resistencias en Irán: mientras se gestaba la revolución popular de 1979 y algunos años tras su triunfo, no faltaron imágenes, carteles y libros donde el último monarca, Mohammad Reza Pahlaví, aparecía como el rey Zahak, arquetipo de las fuerzas oscuras, al que no se podía enfrentar excepto como una gran ola formada por personas valientes en resistencia. Desafortunadamente, no había pasado mucho tiempo tras el derrocamiento del rey que los iraníes descubrieron que el malvado Zahak había cambiado de cuerpo para volver a beberles la sangre y comerles los sesos, esta vez en forma de la dictadura teocrática de la República Islámica. Abundan imágenes, obras de arte, libros y hasta videojuegos que dan cuenta del carácter sanguinario del régimen actual, a través de los personajes de esta misma leyenda.

  • Ecos mitológicos en el levantamiento por “Mujer Vida Libertad”

El 16 de septiembre de 2022 y a raíz del asesinato de la joven kurda Gina Aminí por la policía de la moral de la República Islámica, comenzó una nueva ola de protestas en Irán. Misma que abarcó numerosas ciudades y enfrentó desde sus primeros momentos una brutal represión de parte del Estado iraní; ha dejado hasta hoy alrededor de 500 muertos (entre ellos unos 70 niños) y más de 15,000 detenidos.

La opresión sistemática de las mujeres en Irán tiene muchas caras, pero en esta ocasión fue el uso obligatorio del velo que encendió la llama de las primeras protestas, pues Gina fue golpeada hasta entrar en coma y morir sólo porque no llevaba bien puesto su velo. Así, el cabello femenino, representación del pecado en la República Islámica, se volvió un símbolo de lucha, y quitarse el velo, un acto de resistencia. Conforme avanzaba el movimiento, este simbolismo se unió a otro mucho más antiguo (perteneciente a sociedades matriciales) en que el cabello de la mujer representa la vida vegetal y debe ser cortada una vez al año por motivo del luto por la deidad de vegetación[1] que muere y resucita eternamente en ciclos anuales. En el Shahnamé de Ferdousí, este dios de la antigüedad es encarnado por el príncipe Siyawash, el personaje más puro, inocente y virtuoso de toda la obra, quien es obligado a ir al exilio por defender la justicia. Posteriormente, será injusta y violentamente asesinado por el rey de la tierra enemiga, Afrasyab. El Shahnamé recupera la muerte y resurrección de la deidad de las plantas (manifiestas en la naturaleza por el invierno y el verano, respectivamente), en el exilio, la muerte y la resurrección del espíritu de Siyawash; pero hace siglos que los rituales luctuosos por él, imprescindibles para su resurrección, se han generalizado: algunos pueblos iranios (kurdos, lures, qashqaís y tayikos) los practican en ocasión de la muerte o el asesinato de hombres jóvenes. De este modo, vestirse de negro, cortarse el cabello y llorar abundantemente no sólo refleja el dolor por una muerte injusta, sino que garantiza, desde la perspectiva mitológica, la inmortalidad del espíritu del difunto; inmortalidad que en el contexto de las revueltas de hoy, significa la continuidad de su lucha por la justicia.

Es por esto que la madre de Siyawash Mahmudí, uno de los mártires de las recientes protestas, lo recupera en el príncipe virtuoso del Shahnamé y dice que su hijo “es el renombrado Siyawash de Irán”. En efecto, todo Irán está lleno de héroes que, como el Siyawash legendario, buscan verdad y justicia, y como él, mueren pisando el camino que adviene horizontes luminosos. Hace días que su sangre enrojece las calles, sangre que hierve de nuevo en cada memorial de su martirio y fluye por las jóvenes venas de sus compañeros de lucha. Así, todos los mártires de estos días y los que les precedieron, son inmortales: serán el alma de cada primavera de libertad, la vida de cada retoño que combate la crueldad y oscuridad de los inviernos de opresión.

En 1974, Josrow Golesorjí, la rosa del periodismo iraní, en su defensa ante los tribunales de injusticia de Mohammad Reza Pahlaví, siguió las huellas de Siyawash hasta el imán Hussein,[2] personificación del Siyawash legendario en el islam,[3] decapitado por órdenes del califa Yazid ibn Mua’wiya (Yazid I) en el año 680. Aunque se identificaba con la ideología marxista, empezó su histórico discurso revolucionario diciendo que era un seguidor del camino que Hussein había recorrido en pos de la justicia.

Después de cuarenta y tres años de gobierno totalitario chií de la República Islámica, que abusando de la imagen de Hussein, envió a los jóvenes del país a los campos de guerra para avanzar en el desempeño de su papel en el capitalismo globalizado, ahora los gloriosos hombres y mujeres de las calles, quienes honraron a los mártires del “Movimiento Verde”[4]en la ceremonia de Ashura[5]de 2009, han recuperado al Hussein-Siyawash que lucha por la verdad y es reprimido, en aquellos que están siendo asesinados por la opresión estatal, y gritan: “Hussein, ¿Dónde estás?, Sepah[6]se ha vuelto nuestro Yazid”, Conscientes del uso de la religión con fines políticos y sin dejarse engañar por la propaganda de “velayat-e faqih[7]subrayan la hipocresía del régimen y le dicen: “Nombrar a Hussein es tu consigna, asesinar es tu orgullo”. Lo que los gobernantes de Irán no imaginaban era el retorno del sentido mitológico a las palabras que ellos habían usurpado y vaciado de su significado para reprimir al pueblo: ahora es la voz fuerte de la gente que redefine a Yazid y Hussein y en el cuadragésimo día del asesinato de Gina grita: “Arbaín[8] es hoy, las universidades están sangrientas” (26 de octubre, Universidad Ferdousí de Mashhad).

Pero la opresión que sufren estas personas no las convierte en víctimas: si consideran que sus mártires son el “renombrado Siyawash”, es porque llorar a los mártires de estos días significa continuar con su legado y caminar en pos de sus ideales de justicia; así es que en el cuadragésimo día de su asesinato, muchos se visten de negro para mostrar que “por cada persona asesinada, mil le seguirán”, y mientras gritan “juramos por la sangre de nuestros compañeros que resistiremos hasta el final”, cortan sus cabellos (13 de noviembre, Universidad de Soureh) para advertir a los autócratas que sin las mujeres, cuyo cabello es símbolo de la fertilidad y las plantas, sin su libertad, sin su participación igualitaria en la sociedad, la vida no es posible. Este acto ritual se hace espejo de ritos milenarios recogidos en el Shahnamé. Ferdousí narra que cuando el inocente Siyawash fue asesinado, su esposa Fariguís:

“Cortó su larga y perfumada cabellera

La ató a su cintura/ hirió con sus uñas el ciclamor de su rostro

Las bellas mujeres se soltaron el pelo/sus ojos llenos de lágrimas, heridos sus rostros”.[9]

Hoy en día, no sólo Siyawash, personificado por los jóvenes iraníes, continúa cumpliendo su función, sino que Fariguís, quien es un símbolo de sabiduría, valentía y lealtad, es encarnada por las mujeres que se cortan el pelo en las calles de Irán, atándolo a sus cinturas en preparación para su lucha, pues desde hace muchos siglos ceñirse el cinturón significa honrar el pacto del ser humano con el bien, en su lucha contra el mal.

Las Fariguís de nuestro mundo que se han levantado contra la opresión desde la Revolución Constitucional, presentes en los cuerpos de Gina, Nika, Asra, Sarina, Hadis[10] y otras como ellas, han unido las consignas más eminentes de la inconclusa revolución popular iraní con su feminidad para que “Mujer, Vida, Libertad” sea el ejemplo de todos los combatientes en esta tierra, para que nadie piense que sin las mujeres se puede hablar de una revolución.

Sin duda, el martirio de Siavash no fue en vano, así que la muerte de todos aquellos que tienen una vida como él también está repleta del sentido de resistencia, porque han muerto por la vida y la libertad. Por lo tanto, como nos han enseñado las valientes mujeres de Afganistán, las generaciones en resistencia que no temen a los opresores, son inmortales: “Tu muerte es despertar, tu nombre es libertad”. 

Sin duda, el tiempo de lucha, no es el tiempo lineal finito, sino el tiempo mitológico cíclico y sagrado. La finitud del tiempo lineal fija el nacimiento como punto de partida y la muerte como el destino, y en él cada experiencia es única e individual; pero el tiempo mitológico es una espiral eterna que se repite y retorna para unir y re-significar las experiencias humanas de todos los tiempos y espacios: es tiempo de inmortalidad, en el que cada generación se reconoce en muchas otras, participa de sus penas y alegrías, y en su resistencia y valentía recupera su propia fuerza. Es así que las personas que hoy se han apropiado de las calles de Irán son herederas de todos los hombres y mujeres heroicos de las leyendas míticas. Y como reconocen a sus gobernantes autócratas en otros opresores de los pasados milenios, saben que todo tirano, desde el principio, carga consigo la sentencia de su fin; entonces, el tiempo mítico de lucha es sin duda tiempo de esperanza.

Es así que en estos días, el mayor tirano del Shahnamé también ha vuelto a hacerse presente en el imaginario de los pueblos de Irán y hemos escuchado tantas veces la consigna de “Jameneí eres Zahak, acabaremos contigo”.

Es como si los oprimidos de Irán vieran de nuevo a Zahak en sus gobernantes y recordaran que, si éste se montó en la ola del descontento del pueblo iraní, tomó el poder con la ayuda de las clases prósperas y se sentó al trono sin ninguna formalidad o expresión de emoción, hace cuarenta y cuatro años, cuando Mohammad Reza Pahlaví, ante la avalancha de protestas de las multitudes que se habían hartado de su tiranía (pues él también era el Zahak de su era), prefirió escapar llevando consigo todas las riquezas nacionales que podía robar, Ruholá Jomeiní se embarcó en la tormenta de la gran revolución iraní con la ayuda de los imperialistas occidentales para recoger el fruto del levantamiento popular e irónicamente, al igual que su alter ego mitológico, fue indiferente al entusiasmo de la gente, y cuando en el avión que lo llevaba de regreso a Irán para que asumiera el poder, un reportero le preguntó qué sentía al volver, respondió con frialdad: “¡Nada!”. Fue en estos momentos que el encuentro de Beheshtí[11] y Bazargán[12] con el general estadounidense Robert E. Huyser preparó el terreno para la cooperación del ejército monárquico iraní con Jomeiní y sus compañeros, y en medio de la tormenta revolucionaria dicho ejército de repente anunció su “imparcialidad”. Este suceso de hace un poco más de cuatro décadas, tenía ya antecedentes en la leyenda de Zahak en el Shahnamé:

“Los caballeros iraníes, en pos de un nuevo rey/se dirigieron todos hacia Zahhak”

El derrocamiento del Sha significó la transferencia del poder a un régimen que no sólo se aprovechó del levantamiento popular, sino que también fue el heredero de la monarquía:

“Le entregó el trono y la corona/ la grandeza, los tesoros y el ejército”

La llegada de Jomeiní a Irán se acompañó además por nuevas y viejas alianzas: junto con Bazargán, Rafsanyaní[13] y otros, Rayaví[14] y Jiabaní[15] también se apresuran a besarle las manos a Jomeiní, y al mismo tiempo, mientras los compañeros de Jomeiní veían su rostro en la luna, los partidos Tudé[16] y Ranybarán,[17] descubren a su Imam antiimperialista:

“Lo veneraron como rey/ lo llamaron gobernante de la tierra de Irán”

Desde el inicio de su gobierno, este nuevo Zahak también atacó todas las alegrías y libertades de los hombres y mujeres de nuestra tierra: en el primer paso, impuso el uso obligatorio de velo para las mujeres y estableció una dictadura en todo el país para reconstruir el capitalismo en Irán:

“La obra de los sabios se ocultó/se cumplieron los deseos de los demonios

El arte fue despreciado, la nigromancia valorada/la rectitud se ocultó y el perjuicio se reveló

Los demoniosecharon mano larga a la maldad/de la bondad no se hablaba excepto a escondidas”

Al librar guerras y empeñarse en reprimir a mujeres, obreros y a las etnias minorizadas de Irán, la República Islámica alimentó tanto como pudo a sus élites políticos y religiosos, tal como Zahak alimentaba a las serpientes que habían brotado de sus hombros.[18] Jameneí sólo continúa un gobierno cuyas distintas facciones decidieron unánimemente convertirlo en el sucesor de Jomeiní, por lo que el lema “¡Muerte a la tiranía!¡Abajo Zahak!” incluye a todo el sistema que Jameneí representa.

Los sucesivos levantamientos de obreros y gente trabajadora en los últimos años muestran que la historia de este período de Irán sólo alcanzará una nueva coyuntura tras destituir la República Islámica. Si hace miles de años, Kaveh, el herrero, salió a las calles liderando a las multitudes en contra del tirano Zahak y convirtió su delantal de cuero en la bandera del levantamiento:   

“Siguió rugiendo y gritando/ invitando al mundo entero a la justicia

Aquel cuero que los herreros llevan puesto/al golpean [el hierro] con el martillo,

Kaveh lo puso en la punta de una lanza/ entonces mismo se levantó polvo del bazar”.

Ahora somos testigos del momento en que la madre de Gina, con un eslogan, levanta una bandera ritual que se convierte en el estandarte de la lucha por la vida no sólo en Irán, sino también en todo el mundo: “Mujer, Vida, Libertad”. 

Este es el reflejo de la historia mitológica de un país formado por diferentes naciones cuyos pueblos han izado siempre banderas de resistencia para destruir los cimientos de la opresión y explotación de los humanos y de la naturaleza. Empero, cada vez y en distintos periodos históricos, vemos cambios en la forma de transición y el papel de los actores: si Kaveh el herrero llevaba solo la bandera de la lucha, ahora son miles de heroínas quienes lideran esta difícil batalla, y los hombres gritan junto a ellas: “¡Mi hermana, es mi Kaveh legendario!” Si, en aquel momento, una persona sostenía la bandera y era símbolo de lucha, los opresores ahora se enfrentan a un conjunto de personas, a un líder colectivo que ya no busca entregar el poder a ningún Fereydún[19], sino que grita en voz alta: “Ni monarquía, ni liderazgo: ¡democracia, igualdad!”.

En una de las noches oscuras de los milenios, el Zahak del Shahnamé vio en un sueño que el final de su era llegaría a manos de un joven héroe; una pesadilla tan aterradora que no se atrevía a hablar de ella. Luego Shahrnaz y Arnavaz,[20] las dos mujeres que habían sido apresadas en el serrallo del rey durante un milenio, le hicieron describir el sueño que había tenido: definida por las palabras, la pesadilla del monstruoso gobernante comenzó a tomar la forma de la realidad, y sólo a partir de ese momento la luz de la esperanza empezó a brillar sobre el pueblo. Ahora, quienes han convertido en un sueño premonitorio el miedo al derrocamiento que sienten los gobernantes de la República Islámica también son las mujeres. Los mandatarios que han escuchado claramente el decreto de su fin en las voces del pueblo que grita: “Este año es de sangre, el de la caída de Jameneí”, no sólo se han vuelto más sanguinarios reprimiendo a la gente y asesinando a niños, sino que en su esfuerzo por recuperar el crédito que han perdido  ya hace años, organizan manifestaciones pro-estatales y obligan a estudiantes a cantar canciones oficialistas como “Saludos, comandante”, cuyo contenido parece haber sido copiado del documento que Zahak escribió en defensa propia:  

“Ahora se debe redactar un documento que diga/ que el dueño del ejército no ha sembrado excepto la semilla del bien

No pronuncia excepto la verdad/ no quiere que en la justicia haya negligencia”

Pero, de la misma manera que nadie, excepto los allegados de Zahak y los que se beneficiaban de su reinado, aprobó ni firmó su documento, el pueblo libre de Irán tampoco se deja engañar por estos trucos: Kaveh, el herrero que rompió el falso testimonio de Zahak, aparece hoy en los cuerpos de jóvenes como Asra Panahí[21] quienes se niegan hasta morir a dar evidencia de la justicia de los injustos.

En estos días sangrientos de resistencia y esperanza, las mujeres y los hombres combatientes de Irán son los más invictos de los guerreros, porque no sólo marchan “todos juntos”, sino que, abrazados por tiempos mitológicos, son la encarnación vívida y palpitante de todos los héroes valientes de otros milenios.

  • Mi resistencia será tu pesadilla…

Estamos a pocos días del 44º aniversario de la resurrección popular de 1979. Como todos los años, el Estado iraní está celebrando una gran fiesta cuya culminación será el día 11 de febrero. El festejo oficial conmemora el establecimiento de la República Islámica en el poder, pues el régimen se considera el legítimo “dueño” del levantamiento popular. La representación diplomática de la República Islámica en México se ha encargado siempre de que esta propaganda estatal alcance a políticos y académicos mexicanos, así que cada año, vestida con su disfraz favorito de “gobierno antiimperialista” los invita a la embajada para que después de escuchar un discurso sobre lo “libre, progresista y democrático” que es Irán bajo la República Islámica, se agasajen con las delicias culturales y culinarias iraníes. Aunque este disfraz le queda cada vez peor al anfitrión (pues crecen a diario las muestras evidentes de que el Estado iraní es, como muchos otros del mundo, un orden neoliberal que lleva años ejerciendo su poder represivo sobre trabajadores, estudiantes, minorías religiosas y etnolingüísticas, mujeres, comunidades LGBT+, etc., y fomentando la privatización de recursos naturales con total impunidad, eliminando físicamente, encarcelando y torturando a todos sus opositores), sus huéspedes no dudan en cerrar los ojos a los crímenes violentos del régimen y abrir la boca, o el bolsillo, para recibir los favores que, sin duda, los condicionan en su quehacer político y académico, e incluso los convierten en portavoces de la República Islámica y su “fantástica soberanía anti-imperial”(claro, con ojos cerrador uno puede ignorar también la subordinación del Estado iraní a los imperios del oriente (China y Rusia), y las ambiciones geopolíticas del mismo en el Oriente Medio y su apoyo a otras dictaduras sanguinarios).

Este año 2023, la embajada tiene además una invitada especial: la traducción completa al castellano del Shahnamé de Ferdousí, engalanada como nueva edición, que será nuevamente presentada en México. Un proyecto financiado por la República Islámica durante la presidencia de Mahmud Ahmadineyad en colaboración con la embajada de Venezuela en Irán. Tras cuatro meses de protestas brutalmente reprimidas, la República Islámica ve fuertemente amenazada su existencia, y colgarse del Shahnamé le parece una solución para reparar la imagen gravemente dañada del régimen. Aprovechando que las lenguas de las protestas son poco conocidas en América Latina, esta versión española, gestada como propaganda estatal, viene a callar las voces que han descolonizado el Shahnamé en las calles y se han inspirado en él como fuente de resistencia y esperanza.

Pero la experiencia muestra que los gobiernos son efímeros, aunque se repitan sus intentos abusivos en relación con las grandes obras literarias, entre ellas el Shahnamé de Ferdousí. Lo que sí es impasible a los vestigios del tiempo es la esperanza de libertad y justicia, y la lucha que le da alma y cuerpo, a pesar de las represiones variopintas. El sustantivo shah que compone el nombre de la obra de Ferdousí, además de “rey” significa “grande, maestro, extraordinario”, y namé quiere decir “libro” o “carta”; así que el título Shahnamé puede traducirse también como “Libro extraordinario” u “Obra maestra”. Esta interpretación es un intento de liberar este bello poema épico repleto de sabiduría, de la carga imperialista que ha tenido que soportar durante tantos siglos. Habrá otras traducciones de la obra al castellano, unas que partirán de su poder liberador descolonial y darán cabida a las voces de las calles. El Shahnamé es un libro que pertenece al pueblo, sus traducciones también deben hacerlo. Mientras tanto, la decisión de leer con ojos abiertos o cerrados, es de los lectores.


[1] Véase: Mojtarían, Bahar, “Muy boridan dar sugvari” (Cortarse el cabello en señal de luto) en Nameye Farhangestán, número 40, 1999. Pp. 50-55.

[2] El tercer imán de los musulmanes chiíes. Es idealizado como un personaje recto, asesinado injustamente por el tirano de su era en tierra enemiga.

[3] Véase: Hosurí, Ali, Siyawushan, Teherán: Cheshmé, 2006, pp. 100-115; Peter J. Chelkowski (ed.). Eternal Performance: Taziyeh and Other Shiite Rituals. Seagullbooks, 2010. 

[4] Tras el fraude electoral del 2009, miles de personas salieron a las calles a protestar. Aunque sus demandas iniciales estaban relacionadas con las elecciones, después de pocos días, cuestionaron la totalidad del sistema político del país. Este levantamiento que dejó cientos de heridos, miles de detenidos y decenas de muertos, es conocido como el Movimiento Verde.

[5] La ceremonia de Ashura conmemora el asesinato de Hussein y sus compañeros por el ejército de Yazid I en el año 680 D.C. La celebración anual de Ashura (inicialmente un rito popular) en Irán ha sido una de las propagandas estatales más costosas y sistemáticas de la República Islámica.

[6] Sepah-e Pasdarán-e Enguelab-e Eslamí (el Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica), formado tras el establecimiento de la República Islámica en el poder, es el ejército más poderoso, adinerado y mejor armado del Estado iraní y difiere del ejército nacional del país. Sus miembros han protagonizado la represión de los manifestantes en las recientes protestas y sus altos rangos llevan décadas administrando las riquezas nacionales e interviniendo en todas las decisiones políticas del país.

[7] Concepto acuñado por los pensadores de la República Islámica (como Beheshtí, Motaharí y Jomeiní mismo) que propone que durante la ausencia del Imam oculto (Mahdi, el mesías del chiismo) los musulmanes deben dejarse liderar por una autoridad de la jurisprudencia islámica. Este concepto justifico el liderazgo de Jomeiní y acreditó a Jameneí para seguir sus pasos.

[8] El cuadragésimo día del asesinato de Hussein en que se realiza un acto conmemorativo religioso.

[9] Todos los versos citados aquí son de la siguiente edición: Ferdousí, Abolqasem, Shahnamé, 4 volúmenes, edición de Yalal Jaleqí Motlaq, Teherán: Soján, 2015. Las traducciones al castellano son de los autores.

[10] Nombres de algunas de las mártires del levantamiento del 2022.

[11] Seyyed Mohammad Hoseiní Beheshtí, conocido como Mohammad Beheshtí, fue el segundo presidente del Tribunal Supremo tras la revolución de 1979, secretario general del Partido de la República Islámica, y vicepresidente del Consejo de Expertos de la Constitución.

[12] Mehdí Bazargán​ encabezó el gobierno interino de Irán tras la revolución de 1979, convirtiéndose en el primer ministro de la República Islámica de Irán.

[13] Akbar Hashemí Rafsanyaní​ ​ejerció como el cuarto presidente de Irán entre los años 1989 y 1997. Fue miembro de la Asamblea de Expertos en Dirección hasta que dimitió en 2011.​

[14] Masud Rayaví fue el líder de la Organización de los Muyahidines del Pueblo de Irán.

[15] Musá Jiabaní fue otro de los líderes de la Organización de los Muyahidines del Pueblo de Irán y el más importante después de Masud Rayaví.

[16] El Partido de las Masas (hezb-e tudé) se formó en 1941. Al principio se consideraba la fuerza izquierdista prinicpal de Irán y fue muy efectivo en presentar la ideología marxista en este país. Después del golpe de estado de 1953 estuvo prohibido hasta el derrocamiento del régimen de Mohammad Reza Pahlaví. Durante la relvolución de 1979 y siguiendo las políticas de la Unión Soviética, defendió plenamente a Jomeiní y después votó e favor del establecimiento de la República Islámica. Hasta la década de 1980 cuando sus miembros fueron perseguidos por el nuevo régimen, este partdio apoyó arduamente a la República Islámica y fue su cómplice en la represión de las fuerzas comunistas e izquierdistas de Irán. 

[17] Tras el golpe de estado de 1953 un grupo de los miembros de Tudé, con fuerte tendencia ideológica a China, se separó de este partido y se dió el nombre de “organización revolucionaria”. Tras la insurrección de 1979 formó, junto con otros pequeños grupos, El Partido de los Sufridos (hezb-e ranybarán). Dicho partido, apoyó la República Islámica y al gobierno interino de Mohammad Bazargán, calificándolos como una revolución antiipempierialista y un gobierno nacionalista. Al igual que el Partido Tudé, fue activo en contra de las organización comunistas.

[18] Según la leyenda, las serpientes que salieron de los hombros de Zahak, lo torturaban. El diablo se disfrazó de médico y le dijo que la única solución para calmarlas era darles de comer sesos humanos. Para ello, Zahak mataba a dos jóvenes cada día.

[19] En el Shahnamé es el joven héroe que derroca y apresa a Zahak y después se corona rey de Irán. En la mitología es un personaje lunar cuya función es la fecundación de la tierra. Véase Shahroj Meskub, Chand goftar dar farhang-e Irán (Algunas palabras acerca de la cultura de Irán), Teherán: Zendehrud, 1992, pp. 27-40.

[20] Shahrnaz y Arnavaz en las leyendas son las hermanas del rey Jamshid. Al coronarse rey de Irán, Zahak las desposó a fuerza. Tras su liberación por Fereydún, se casaron con él. En la mitología se identifican con las diosas del agua y las plantas, símbolos de fertilidad e inmortalidad. Véase: Bahmán Sarkaratí, “Bonyan-e asatiri-e hemase-ye melli-e irán” (El fundamento mítico de la épica nacional de Irán) en Revista de la facultad de literatura y humanidades de la universidad de Tabriz, no. 125, 1979, p. 49; Beyzaí, Bahram, Hezar Afsán koyast? (¿Dónde está “Las mil fábulas”?), Teherán: Roshangarán, 2012, pp. 117, 145-148.

[21] Joven estudiante de 15 años, fue asesinada el 12 de octubre de 2022 en su escuela en la ciudad de Ardebil por negarse a cantar la canción “Saludos, comandante” y participar en una marcha oficialista de propaganda estatal.

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