Reserva Grande: colonialidad, despojo y acumulación de capital en El Impenetrable chaqueño

Alfredo Galarza

Mientras que la mayoría del progresismo y la izquierda festejan la llegada al poder del gobierno de Fernandez – Fernandez, entre medio de calles y plazas colmadas de gente esperanzada por un cambio de gobierno, las comunidades wichi, qom y mocoit que habían luchado por la titularidad de las 300.000 hectáreas de la Reserva Grande en el norte de la provincia del Chaco, están preocupadas por el fallo de la Sala II de la cámara Contencioso Administrativa  de la Provincia del Chaco, por el cual se declara la nulidad por ilegitimidad de los decretos 3252/15, 3253/15, 3256/15, 3257/15, 3258/15, 3262/15, y por el cual también se ordena escriturar la totalidad de la Reserva Grande a nombre de la organización indígena MOWITOB.

La Sala Segunda de la Cámara en lo Contencioso Administrativo resolvió hacer lugar a una medida cautelar innovativa impulsada por el exdiputado provincial y actual presidente del Instituto del Aborigen Chaqueño, Orlando Charole, en calidad de integrante del pueblo qom. Andrea Charole, hermana de Orlando Charole, es diputada y vicepresidenta del PJ del Chaco. Estos representantes del pueblo qom ya no viven en las comunidades, su realidad cotidiana no es la del indígena que habita el monte del impenetrable chaqueño, estas personas representan la nueva burguesía indígena que vive en las capitales y sus modos de hacer política no son los modos tradicionales de las organizaciones indígenas del Impenetrable Chaco. Para más información acerca de las luchas por el territorio en el Impenetrable chaco clic aquí.

Los referentes de las comunidades qom Alfredo Pellegrini, de las comunidades wichi Ariel Fabián y Antonio Mocovi de las comunidades moqoit declaran que la organización MOWITOB no es legitima representantes de nuestros pueblos; además agregan “Los pueblos originarios no permitiremos un retroceso de tal magnitud, que no solo representa la voluntad de nuestras comunidades, sino que perjudica de manera sustancial nuestro desarrollo económico, social y cultural entre otras cosas”.

Reserva Grande: un poco de historia

Existe un territorio conocido como La Reserva Grande, unas 300 mil hectáreas ubicadas al sur del río Bermejito en el norte de la provincia del chaco, que fue adjudicada recientemente a los Pueblos Indígenas, a través de la reforma de la Constitución del Chaco de 1994. Fue la lucha de los pueblos originarios junto a  las organizaciones sociales, ONGs y misiones pastorales lo que hizo posible que el territorio de la Reserva Grande pase a manos de las comunidades indígenas, como asi también el territorio del Interfluvio décadas atras, no así la buena voluntad de los gobiernos.

En los últimos años, se avanzó con una propuesta gubernamental que adjudicaba 100 mil hectáreas para cada Pueblo e incluía la relocalización de las familias criollas que habitan en la Reserva Grande y titularización comunitaria de la reserva a nombre de la Asociación de derecho público no estatal Moqoit, Wichí y Toba (MO.WI.TOB.), con el apoyo expreso del IDACH (Instituto del aborigen chaqueño).

La ONG MOWITOB fue creada por el Gobierno del Chaco durante el mandato de Capitanich, prácticamente de manera inconsulta y solamente con el acompañamiento de algunos dirigentes indígenas y del IDACH, surgieron muchas críticas y cuestionamientos, fundamentalmente por parte de las comunidades wichi, pasando por el negocio de la mensura, que fue duramente criticada por los trabajadores más antiguos del Instituto de Colonización. Como fueron irregulares varios de los tramos del proceso de convertir a la Reserva Grande en propiedad comunitaria indígena, con graves omisiones como son las consultas obligatorias (Convenio 169 de la OIT) a los pueblos wichí, cuando se pretendió titularizar estas tierras a favor de MOWITOB se levantaron y protestaron los pueblos wichí (que habitan desde Misión Nueva Pompeya a Sauzalito) haciendo cortes de rutas y marchas, más tarde también se unieron a estos reclamos las comunidades Qom y Moqoit.

A mediados de 2018 se avanzó en el proceso de entrega de 300.000 hectáreas a poblaciones indígenas y criollas de la Reserva Grande. A cada grupo originario le corresponde 100.000 hectáreas y a los criollos 65.000 hectáreas. Cada grupo poblacional tiene una organización formal que se encargará de la administración de las tierras. A diferencia de los moqoit y qom -que formaron asociaciones-, los wichíes tienen una federación que nuclea a todas las asociaciones. Con esa estructura la población wichí, que es mayoría en la región, administrará su parte del territorio en la Reserva Grande.

La Federación de Asociaciones Comunitarias del Pueblo Wichí «Wichi Wetes», es la primera organización de su tipo en el Chaco, y fue constituida en enero de 2017 y actúa como órgano administrador de las 100.000 hectáreas de la Reserva Grande destinadas a dicha comunidad. Agrupa a unas 20 organizaciones comunitarias que representan aproximadamente a 400 familias. Su principal objetivo es unificar esfuerzos para la superación social, económica y cultural de sus asociados. Se estima que la Reserva Grande con sus 300.000 hectáreas es la más grande reserva indígena de Latinoamérica.

La titularización de los territorios indígenas dentro de la Reserva Grande fue un proceso largo, en el cual los pueblos indígenas recorrieron un largo camino. En cuanto a las comunidades wichi en las 100.000 hectáreas que les corresponden empezaron un proceso de ver como hacían para proteger su territorio del narcotráfico que les roba la madera, los peces e introduce drogas a las y los jovenes de la comunidad.

Para poder comprender como es que una comunidad indígena empieza a tomar por su cuenta la cuestión de la lucha contra el narcotráfico y la defensa del monte, hay que rastrear la problemática del narco en la provincia del chaco y tomar dimensión de la profundidad del flagelo que significa este proceso de descomposición de los vínculos comunitarios, que supone la llegada de las mafias vinculadas a la droga y que van permeando las lógicas del empresariado, todos los niveles del gobierno, las fuerzas de seguridad y las mismas poblaciones que internalizan y reproducen este fenómeno.

Pero no es solo la penetración de las lógicas del narco lo que preocupa a las comunidades indígenas en la provincia del Chaco, sino la corrupción ligada al desvío de los recursos que les corresponden a los pueblos originarios y que enriquecen a los distintos niveles de los gobiernos, en su mayoría criollos pero también algunos dirigentes indígenas, ligados a los partidos tradicionales como el peronismo y el radicalismo.

Se calcula que por el norte de las fronteras de la república Argentina entran aproximadamente miles de vuelos de avioneta ligadas al negocio del narco. La gran mayoría de la droga va a los puertos internacionales de Rosario o Buenos Aires y de ahí rumbo a las principales ciudades del norte global. Pero también parte de la droga queda en las comunidades indígenas del norte de la Argentina.

Es así que a fines de 2018, las comunidades wichí empezaron a formar la guardia indígena Whasek para empezar a defender su territorio del narcotráfico en la zona de Sauzalito. Además crearon un cuerpo de bomberos. Este fenómeno de autodefensa abreva de las experiencias de la guardia indígena del Consejo Revolucionario Indígena del Cauca del pueblo nasa en Colombia, o la guardia comunitaria indígena del Municipio Autónomo de Cherán México o la misma experiencia de autodefensa del pueblo wichi, cuando tuvo que defenderse de la guerra que el Estado nacional libró contra las comunidades indígenas y el despojo de tierras que significó el sistema estatal colonial capitalista hetero-patriarcal cristiano de avance de las fronteras nacionales en 1870.

Trabajo semiesclavo en factorías, deforestación, reducción territorial violenta, destrucción de los lazos comunitarios, separación forzada de familias, avance de las ciudades y las infraestructuras de transporte de mercancías (trenes, ríos navegables y caminos), remodelaron el paisaje del Gran Chaco y generaron un ciclo de acumulación de capital y progreso en base a la industria del tanino, sostenida por la tala del quebracho, décadas después vino el ciclo del algodón y actualmente el modelo sojero.

En los territorios indígenas del Chaco actualmente abundan enfermedades endémicas como la tuberculosis, mal de Chagas, anemia y desnutrición. Hay problemas de arsénico en las napas de agua. A esto se suma una dieta de carbohidratos, sal, azúcar, aceite que ilustra una especie de exterminio silencioso de la población indígena.

Ante la grave situación que se encuentran las comunidades indígenas no es de extrañar que la guardia indígena Whasek se haya replicado en Nueva Pompeya a principio de 2019. Cuando los pueblos indígenas se organizan y potencian sus formas de autogobierno y autodefensa los gobiernos intentan criminalizar estas experiencias y hacen todo lo posible para socavar la autonomía.

Los pueblos indígenas del Impenetrable Chaco han demostrado estar en pie de lucha, ya sea en formas innovadoras de defensa de su territorio, como así también en la recuperación de tierras. Habrá que ver si la sociedad en general genera empatía  acompañando la lucha de estos pueblos o elige mirar hacia otro lado, siendo cómplice del despojo.

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