Alrededor de 300 migrantes sirios e iraquíes fueron replegados por la policía macedonia con gases lacrimógenos en la frontera con Grecia, al irrumpir el cordón policial heleno e intentar cruzar la valla alambrada que separa ambos territorios.
Los migrantes eran en su mayoría mujeres y niños, quienes tuvieron que recibir atención médica por los problemas respiratorios que ocasionaron los gases. «Al menos 30 personas pidieron ser atendidas, entre ellas muchos niños», indicó la organización Médicos del Mundo.
Al grito de “¡Abran las fronteras!” los migrantes lanzaron piedras contra la valla metálica que divide a Macedonia y a Grecia, donde miles de personas permanecen varadas por la decisión de limitar la entrada de personas a sólo 580 diarias.
«Más de siete mil refugiados se encuentran en Idomeni (Grecia), entre ellos un 40 por ciento de mujeres y niños», indicó Viki Markolefa, responsable de Médicos del Mundo. Este número es cuatro veces mayor a la capacidad de los campamentos en Idomeni, explicó.
«Nadie nos explica por qué no podemos cruzar. La cosa es muy difícil aquí, no hay sitio ni comida (…) y tampoco puedo volver a Alepo (Siria)», dijo Abdaljalil, de 22 años, quien aseguró estar desesperado por la situación en los países balcánicos.
Los países de la ruta balcánica, utilizada por los migrantes y refugiados de países como Siria o Afganistán, decidieron limitar el flujo de personas a sólo 580 diarias, por decisión de Austria, Eslovenia, Macedonia, Serbia y Croacia.
Foto: Aljazeera
Con información de agencias