Renovadora de calzado Na Güera, un granito de arena al cuidado ambiental

Diana Manzo

Juchitán, Oaxaca. Sus dedos están agrietados y pegajosos por el uso constante del pegamento. Antonia, conocida como “Na Güera”, tiene 69 años de edad y se dedica a renovar calzados desde hace 40 años. Para ella realizar este oficio es una forma de contribuir al cuidado del medio ambiente y se considera una aliada para evitar más contaminación y demostrar que la renovación y reutilización evita la generación de basura.

“Renovar es un cambio, es aportarle un granito de arena al cuidado ambiental que no cuesta mucho, sólo que no hay cultura, y desde este lugar lo hacemos y lo hemos hecho. Es una forma de decir ya basta de contaminar”, dijo.

Desde su espacio ubicado en el centro de la ciudad de Juchitán, Antonia narra en entrevista con Desinformémonos cómo empezó a renovar zapatos. Su esposo fue el pionero de este oficio en su familia y ella, al ver la excesiva demanda de trabajo, decidió apoyarlo.

“Le dije «yo también pudo hacerlo» y ahí empecé, llevo 40 años”, afirma la Güera, una mujer agradable y sincera, que con este trabajo que se convirtió en familiar, su esposo y sus hijos han sobrevivido a lo largo de su vida.

Vestida con su enagua y huipil, Antonia dice que conservar este oficio es resistir a los cambios, especialmente al cambio climático, que ha afectado indudablemente al planeta.

“La gente prefiere tirar los zapatos, pero se pueden reutilizar y así evitar mas basura, por eso seguimos resistiendo con el paso de los años”, puntualizó la mujer.

Cuchillo, tenaza, pinza, desarmador, hilos de diferentes colores, pie de remache, serrucho para cortar y punzón para los clavos son las herramientas que Antonia usa para renovar un calzado y dejarlo en óptimas condiciones.

Ella usa diferentes colores de hilo de acuerdo al color de los zapatos o tenis, pues la Güera, además de renovar, también es creativa, coloca suelas y domina la técnica de la renovación. Al día renueva entre tres a cinco pares. Para los zapatos de mujeres cobra 50 pesos y para los de hombres 80 pesos.

La Güera siente mucho orgullo por su trabajo, porque aporta al medio ambiente, y también ha logrado heredarles a sus hijos el oficio. “Mis hijos tienen su propio negocio, los dos que viven en Tabasco, mi hija y mi hijo aprendieron de lo que hacemos y con ello se suman a la labor ambientalista de proteger el entorno”, dijo.

Antonia asegura que seguirá con su trabajo, porque es poner un granito de arena al cuidado ambiental. “Desde acá contribuyo y mis clientes también. Cuando renovamos un zapato, estamos aportando un granito de arena a la vida, a nuestro espacio, a nuestro planeta, por eso resistimos”, concluyó.

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