Refugiados en sus propias tierras (El Diario, 23/05/14)

Pablo Tosco

El campo de desplazados de Mingkaman, en Awerial, se ha convertido en refugio para casi 100.000 personas, principalmente de la etnia dinka, que huyeron de los enfrentamientos violentos en el estado de Jonglei, principalmente de la ciudad de Bor. Las personas que llegan necesitan agua, comida y un techo dónde refugiarse. Sudán del Sur afronta una grave crisis a causa de la violencia que se desató en diciembre de 2013 entre las fuerzas leales al presidente Salva Kiir, y los combatientes aliados al ex vicepresidente Riek Machar. Cerca de un millón de personas han tenido que abandonar sus hogares a causa de los enfrentamientos y se han quedado sin medios propios para alimentarse. Un tercio de la población sufre inseguridad alimentaria./ Pablo Tosco

El campo de desplazados de Mingkaman, en Awerial, se ha convertido en refugio para casi 100.000 personas, principalmente de la etnia dinka, que huyeron de los enfrentamientos violentos en el estado de Jonglei, principalmente de la ciudad de Bor. Las personas que llegan necesitan agua, comida y un techo dónde refugiarse. Sudán del Sur afronta una grave crisis a causa de la violencia que se desató en diciembre de 2013 entre las fuerzas leales al presidente Salva Kiir, y los combatientes aliados al ex vicepresidente Riek Machar. Cerca de un millón de personas han tenido que abandonar sus hogares a causa de los enfrentamientos y se han quedado sin medios propios para alimentarse. Un tercio de la población sufre inseguridad alimentaria./ Pablo Tosco

Millones de personas viven las consecuencias de un conflicto armado en Sudán del Sur. La población civil sufre directamente las consecuencias de la violencia: hambre, muerte y desplazamientos. El campo de desplazados de Mingkaman, en Awerial, se ha convertido en refugio para casi 100.000 personas, principalmente de la etnia dinka, que huyeron de los enfrentamientos violentos en el estado de Jonglei, principalmente de la ciudad de Bor. Las personas que llegan necesitan agua, comida y un techo dónde refugiarse. Sudán del Sur afronta una grave crisis a causa de la violencia que se desató en diciembre de 2013 entre las fuerzas leales al presidente Salva Kiir, y los combatientes aliados al ex vicepresidente Riek Machar. Cerca de un millón de personas han tenido que abandonar sus hogares a causa de los enfrentamientos y se han quedado sin medios propios para alimentarse. Un tercio de la población sufre inseguridad alimentaria./Pablo Tosco/Oxfam Intermón

Millones de personas viven las consecuencias de un conflicto armado en Sudán del Sur. La población civil sufre directamente las consecuencias de la violencia: hambre, muerte y desplazamientos. En este mar de improvisados refugios en forma de iglú construidos con esqueletos de ramas y cubiertos por lonas plásticas blancas, las familias se intentan recuperar del horror vivido. Cruzaron el rio como pudieron y con lo que alcanzaron a rescatar de sus casas. Hay quienes salvaron algo de ropa, otras morteros para moler cereales, una mosquitera, alguna cacerola, un bolso de plástico para proteger de las lluvias esas cosas de valor que por algún instinto decidieron coger antes de huir/Pablo Tosco/Oxfam Intermón

 

Millones de personas han huido dejando atrás sus vidas y sus medios de vida. Algunas han podido rescatar parte de sus pertenencias, pero otras se han quedado sin nada y viven como pueden en campos de desplazados como el de Mingkaman. El campo de desplazados de Mingkaman, en Awerial, se ha convertido en refugio para casi 100.000 personas, principalmente de la etnia dinka, que huyeron de los enfrentamientos violentos en el estado de Jonglei, principalmente de la ciudad de Bor. Las personas que llegan necesitan agua, comida y un techo dónde refugiarse. Sudán del Sur afronta una grave crisis a causa de la violencia que se desató en diciembre de 2013 entre las fuerzas leales al presidente Salva Kiir, y los combatientes aliados al ex vicepresidente Riek Machar. Cerca de un millón de personas han tenido que abandonar sus hogares a causa de los enfrentamientos y se han quedado sin medios propios para alimentarse. Un tercio de la población sufre inseguridad alimentaria./Pablo Tosco/Oxfam Intermón

El sol cae cenital y el calor parte la tierra, a lo lejos 4 mujeres delgadas , altas y cubiertas con telas coloridas se encuentran, se abrazan, recorren mutuamente con la mirada sus cuerpo solo para comprobar que están bien, que están vivas. Desde que empezaron los enfrentamientos del otro lado del rio no sabían nada las unas de las otras.

Millones de personas han huido dejando atrás sus vidas y sus medios de vida. Algunas han podido rescatar parte de sus pertenencias, pero otras se han quedado sin nada y viven como pueden en campos de desplazados como el de Mingkaman./Pablo Tosco/Oxfam Intermón

 

Simon ha huido de los enfrentamientos armados en Bor. Millones de personas han huido dejando atrás sus vidas y sus medios de vida. Algunas han podido rescatar parte de sus pertenencias, pero otras se han quedado sin nada y viven como pueden en campos de desplazados como el de Mingkaman. El campo de desplazados de Mingkaman, en Awerial, se ha convertido en refugio para casi 100.000 personas, principalmente de la etnia dinka, que huyeron de los enfrentamientos violentos en el estado de Jonglei, principalmente de la ciudad de Bor. Las personas que llegan necesitan agua, comida y un techo dónde refugiarse. Sudán del Sur afronta una grave crisis a causa de la violencia que se desató en diciembre de 2013 entre las fuerzas leales al presidente Salva Kiir, y los combatientes aliados al ex vicepresidente Riek Machar. Cerca de un millón de personas han tenido que abandonar sus hogares a causa de los enfrentamientos y se han quedado sin medios propios para alimentarse. Un tercio de la población sufre inseguridad alimentaria./Pablo Tosco/Oxfam Intermón

Simon ha huido de los enfrentamientos armados en Bor. Millones de personas han huido dejando atrás sus vidas y sus medios de vida. A lo lejos se escucha el bullicio de mucha gente, entre los pocos arbustos miles de personas hacen largas colas frente a pilas de sacos de cereales .Oxfam Intermón junto al PMA comenzaron esta semana el reparto de alimentos a 90.000 personas. Estas familias, amenazadas por la escasez de alimentos, lo perdieron todo, no solo sus casas sino sus medios de vida, sus animales, las tierras para el cultivo y la alimentación. La temporada de lluvia se acerca y el conflicto no tiene vistas de resolverse./Pablo Tosco/Oxfam Intermón

 

Uno de cada diez habitantes ha tenido que abandonar su hogar y depende íntegramente de la ayuda humanitaria para sobrevivir. Agua, comida y refugio. El campo de desplazados de Mingkaman, en Awerial, se ha convertido en refugio para casi 100.000 personas, principalmente de la etnia dinka, que huyeron de los enfrentamientos violentos en el estado de Jonglei, principalmente de la ciudad de Bor. Las personas que llegan necesitan agua, comida y un techo dónde refugiarse. Sudán del Sur afronta una grave crisis a causa de la violencia que se desató en diciembre de 2013 entre las fuerzas leales al presidente Salva Kiir, y los combatientes aliados al ex vicepresidente Riek Machar. Cerca de un millón de personas han tenido que abandonar sus hogares a causa de los enfrentamientos y se han quedado sin medios propios para alimentarse. Un tercio de la población sufre inseguridad alimentaria./ Pablo Tosco/Oxfam Intermon

A la explanada van ingresando camiones que descargan sacos de cereales. Lentejas y sorgo es la dieta para las próximas semanas, se apela al poder proteínico de la conjunción de los dos cereales pero cuando hablas con la gente te das cuenta de que no será suficiente. Cada familia sentada conformando enormes colas espera su turno, se pondrán frente a los sacos y les explicarán cuanto le corresponde a cada una. Uno de cada diez habitantes ha tenido que abandonar su hogar y depende íntegramente de la ayuda humanitaria para sobrevivir. Agua, comida y refugio. / Pablo Tosco/Oxfam Intermon

 

A causa de los desplazamientos muchas personas han perdido su ganado y no han podido sembrar, lo cual significa que se han quedado sin medios propios para alimentarse y recuperarse en el futuro. El campo de desplazados de Mingkaman, en Awerial, se ha convertido en refugio para casi 100.000 personas, principalmente de la etnia dinka, que huyeron de los enfrentamientos violentos en el estado de Jonglei, principalmente de la ciudad de Bor. Las personas que llegan necesitan agua, comida y un techo dónde refugiarse. Sudán del Sur afronta una grave crisis a causa de la violencia que se desató en diciembre de 2013 entre las fuerzas leales al presidente Salva Kiir, y los combatientes aliados al ex vicepresidente Riek Machar. Cerca de un millón de personas han tenido que abandonar sus hogares a causa de los enfrentamientos y se han quedado sin medios propios para alimentarse. Un tercio de la población sufre inseguridad alimentaria./Pablo Tosco/Oxfam Intermon

A causa de los desplazamientos muchas personas han perdido su ganado y no han podido sembrar, lo cual significa que se han quedado sin medios propios para alimentarse y recuperarse en el futuro. Llegan 500 personas más a Mingkaman huyendo entre balaceras, algunas estuvieron escondidas entre los martorrales, otras permanecieron varios días con el agua hasta la cintura. Llegaron cruzando el Nilo en bote y se refugiaron debajo del primer árbol que encontraron a muy pocos metros del río. Es un árbol frondoso de hojas pequeñitas que da mucha sombra y con raíces que salen de la tierra. Las raíces lucen brillantes, como si estuviesen lustradas, ahí reposaron miles de personas que recuperaron el aliento después de la huida./Pablo Tosco/Oxfam Intermon

 

Se calcula que casi 70.000 personas han buscado refugio en los distintos recintos que Naciones Unidas tiene a lo largo del país, donde están aglomeradas y acampadas en condiciones precarias, lo que implica un grave riesgo de propagación de enfermedades. El campo de desplazados de Mingkaman, en Awerial, se ha convertido en refugio para casi 100.000 personas, principalmente de la etnia dinka, que huyeron de los enfrentamientos violentos en el estado de Jonglei, principalmente de la ciudad de Bor. Las personas que llegan necesitan agua, comida y un techo dónde refugiarse. Sudán del Sur afronta una grave crisis a causa de la violencia que se desató en diciembre de 2013 entre las fuerzas leales al presidente Salva Kiir, y los combatientes aliados al ex vicepresidente Riek Machar. Cerca de un millón de personas han tenido que abandonar sus hogares a causa de los enfrentamientos y se han quedado sin medios propios para alimentarse. Un tercio de la población sufre inseguridad alimentaria./Pablo Tosco/Oxfam Intermón

El sol afloja un poco y el color del paisaje se torna anaranjado, la gente sale de sus tiendas, los niños arrastran juguetes improvisados con botellas de plástico y las mujeres comienzan a moler lentejas para la cena. El mar de tiendas se convierte en océano de fogatas para alojar cacerolas vacias que intentaran llenarse, miradas perdidas que buscaran nutrirse. Se calcula que casi 70.000 personas han buscado refugio en los distintos recintos que Naciones Unidas tiene a lo largo del país, donde están aglomeradas y acampadas en condiciones precarias, lo que implica un grave riesgo de propagación de enfermedades. /Pablo Tosco/Oxfam Intermón

 

Majok Deng construyendo su casa en el campo de desplazados de Mingkaman. Era profesor en una escuela cerca de Duk (Estado de Jonglei). La escuela cerró. Llegó en abril de 2014 al campo de desplazados de Mingkaman (Estado de Lakes) y está construyendo un refugio con palos que ha recogido en el bosque y una red donde vivirá con su esposa y 5 hijos. El campo de desplazados de Mingkaman, en Awerial, se ha convertido en refugio para casi 100.000 personas, principalmente de la etnia dinka, que huyeron de los enfrentamientos violentos en el estado de Jonglei, principalmente de la ciudad de Bor. Las personas que llegan necesitan agua, comida y un techo dónde refugiarse. Sudán del Sur afronta una grave crisis a causa de la violencia que se desató en diciembre de 2013 entre las fuerzas leales al presidente Salva Kiir, y los combatientes aliados al ex vicepresidente Riek Machar. Cerca de un millón de personas han tenido que abandonar sus hogares a causa de los enfrentamientos y se han quedado sin medios propios para alimentarse. Un tercio de la población sufre inseguridad alimentaria./ Pablo Tosco/Oxfam Intermón

El viento anuncia aguaceros y arrastra el sonido de las bombas demostrando que la guerra continúa. Se vienen tiempos difíciles para estas familias que solo tienen una lona para protegerse de este duro presente e incierto futuro. Majok Deng construyendo su casa en el campo de desplazados de Mingkaman. Era profesor en una escuela cerca de Duk (Estado de Jonglei). La escuela cerró. Llegó en abril de 2014 al campo de desplazados de Mingkaman (Estado de Lakes) y está construyendo un refugio con palos que ha recogido en el bosque y una red donde vivirá con su esposa y 5 hijos. / Pablo Tosco/Oxfam Intermón

 

El acceso al agua potable es esencial para la supervivencia en una situación de emergencia como la que vive Sudán del Sur. Beber, cocinar y lavarse con agua segura es una prioridad ahora mismo en los campos de desplazados del país. Martha Nyandit (42 años), madre de 6 hijos. Huyó de los combates en Bor, estuvo 17 días escondida en una isla del río Nilo. Llegó a Mingkaman en enero 2014 donde se enteró que su marido había muerto. No sabe dónde está el resto de su familia y no tiene una tienda dónde refugiarse cuando llueve. Llegó sin nada y depende de que las otras mujeres le presten sus cazos para poder cocinar.  El campo de desplazados de Mingkaman, en Awerial, se ha convertido en refugio para casi 100.000 personas, principalmente de la etnia dinka, que huyeron de los enfrentamientos violentos en el estado de Jonglei, principalmente de la ciudad de Bor. Las personas que llegan necesitan agua, comida y un techo dónde refugiarse.  Sudán del Sur afronta una grave crisis a causa de la violencia que se desató en diciembre de 2013 entre las fuerzas leales al presidente Salva Kiir, y los combatientes aliados al ex vicepresidente Riek Machar. Cerca de un millón de personas han tenido que abandonar sus hogares a causa de los enfrentamientos y se han quedado sin medios propios para alimentarse. Un tercio de la población sufre inseguridad alimentaria./ Pablo Tosco/ Oxfam Intermón

El acceso al agua potable es esencial para la supervivencia en una situación de emergencia como la que vive Sudán del Sur. Beber, cocinar y lavarse con agua segura es una prioridad ahora mismo en los campos de desplazados del país. Martha Nyandit (42 años), madre de 6 hijos. Huyó de los combates en Bor, estuvo 17 días escondida en una isla del río Nilo. Llegó a Mingkaman en enero 2014 donde se enteró que su marido había muerto. No sabe dónde está el resto de su familia y no tiene una tienda dónde refugiarse cuando llueve. Llegó sin nada y depende de que las otras mujeres le presten sus cazos para poder cocinar./ Pablo Tosco/ Oxfam Intermón

 

El campo de desplazados de Mingkaman, en Awerial, se ha convertido en refugio para casi 100.000 personas, principalmente de la etnia dinka, que huyeron de los enfrentamientos violentos en el estado de Jonglei, principalmente de la ciudad de Bor. Las personas que llegan necesitan agua, comida y un techo dónde refugiarse. Sudán del Sur afronta una grave crisis a causa de la violencia que se desató en diciembre de 2013 entre las fuerzas leales al presidente Salva Kiir, y los combatientes aliados al ex vicepresidente Riek Machar. Cerca de un millón de personas han tenido que abandonar sus hogares a causa de los enfrentamientos y se han quedado sin medios propios para alimentarse. Un tercio de la población sufre inseguridad alimentaria./ Pablo Tosco/ Oxfam Intermón

Las personas que llegan necesitan agua, comida y un techo dónde refugiarse. Sudán del Sur afronta una grave crisis a causa de la violencia que se desató en diciembre de 2013 entre las fuerzas leales al presidente Salva Kiir, y los combatientes aliados al ex vicepresidente Riek Machar./ Pablo Tosco/ Oxfam Intermón

 

Mari Abrey dio a luz a un bebé en marzo de 2014 en Mingkaman. Cuenta las duras condiciones en las que tuvo el bebé dentro de la tienda y cómo llegó hasta allí. Tiene dos hijos más y alerta con su mirada la imposibilidad de alimentarlo  Ella es una de las casi 100.000 personas que viven en Mingkaman, el mayor campo de desplazados de Sudán del Sur. Aquí se instalan las personas que huyen de la violencia desde que empezó el conflicto en el país africano en diciembre de 2013. El campo de desplazados de Mingkaman, en Awerial, se ha convertido en refugio para casi 100.000 personas, principalmente de la etnia dinka, que huyeron de los enfrentamientos violentos en el estado de Jonglei, principalmente de la ciudad de Bor. Las personas que llegan necesitan agua, comida y un techo dónde refugiarse. Sudán del Sur afronta una grave crisis a causa de la violencia que se desató en diciembre de 2013 entre las fuerzas leales al presidente Salva Kiir, y los combatientes aliados al ex vicepresidente Riek Machar. Cerca de un millón de personas han tenido que abandonar sus hogares a causa de los enfrentamientos y se han quedado sin medios propios para alimentarse. Un tercio de la población sufre inseguridad alimentaria./Pablo Tosco/Oxfam Intermón

Mari Abrey dio a luz a un bebé en marzo de 2014 en Mingkaman. Cuenta las duras condiciones en las que tuvo el bebé dentro de la tienda y cómo llegó hasta allí. Tiene dos hijos más y alerta con su mirada la imposibilidad de alimentarlo Ella es una de las casi 100.000 personas que viven en Mingkaman, el mayor campo de desplazados de Sudán del Sur. Aquí se instalan las personas que huyen de la violencia desde que empezó el conflicto en el país africano en diciembre de 2013. /Pablo Tosco/Oxfam Intermón

 

Las mujeres tienen que moler el sorgo que reciben del Programa Mundial de Alimentos para que los más pequeños puedan comérselo. Algunas no pudieron coger el mortero cuando huyeron de sus casas y tienen que ir turnandoselo para poder cocinar. Martha Nyandit (42 años), madre de 6 hijos. Huyó de los combates en Bor, estuvo 17 días escondida en una isla del río Nilo. Llegó a Mingkaman en enero 2014 donde se enteró que su marido había muerto. No sabe dónde está el resto de su familia y no tiene una tienda dónde refugiarse cuando llueve. Llegó sin nada y depende de que las otras mujeres le presten sus cazos para poder cocinar.  El campo de desplazados de Mingkaman, en Awerial, se ha convertido en refugio para casi 100.000 personas, principalmente de la etnia dinka, que huyeron de los enfrentamientos violentos en el estado de Jonglei, principalmente de la ciudad de Bor. Las personas que llegan necesitan agua, comida y un techo dónde refugiarse.  Sudán del Sur afronta una grave crisis a causa de la violencia que se desató en diciembre de 2013 entre las fuerzas leales al presidente Salva Kiir, y los combatientes aliados al ex vicepresidente Riek Machar. Cerca de un millón de personas han tenido que abandonar sus hogares a causa de los enfrentamientos y se han quedado sin medios propios para alimentarse. Un tercio de la población sufre inseguridad alimentaria./Pablo Tosco/Oxfam Intermón

Las mujeres tienen que moler el sorgo que reciben del Programa Mundial de Alimentos para que los más pequeños puedan comérselo. Algunas no pudieron coger el mortero cuando huyeron de sus casas y tienen que ir turnandoselo para poder cocinar. Martha Nyandit (42 años), madre de 6 hijos. Huyó de los combates en Bor, estuvo 17 días escondida en una isla del río Nilo. Llegó a Mingkaman en enero 2014 donde se enteró que su marido había muerto. No sabe dónde está el resto de su familia y no tiene una tienda dónde refugiarse cuando llueve. Llegó sin nada y depende de que las otras mujeres le presten sus cazos para poder cocinar. El campo de desplazados de Mingkaman, en Awerial, se ha convertido en refugio para casi 100.000 personas, principalmente de la etnia dinka, que huyeron de los enfrentamientos violentos en el estado de Jonglei, principalmente de la ciudad de Bor. Las personas que llegan necesitan agua, comida y un techo dónde refugiarse. Sudán del Sur afronta una grave crisis a causa de la violencia que se desató en diciembre de 2013 entre las fuerzas leales al presidente Salva Kiir, y los combatientes aliados al ex vicepresidente Riek Machar. Cerca de un millón de personas han tenido que abandonar sus hogares a causa de los enfrentamientos y se han quedado sin medios propios para alimentarse. Un tercio de la población sufre inseguridad alimentaria./Pablo Tosco/Oxfam Intermón

 

Las ONG que trabajan sobre el terreno alertan que la situación empeorará las próximas semanas, coincidiendo con la llegada de lluvias. Es clave poder repartir comida y agua a las personas afectadas para evitar una catástrofe a gran escala. El campo de desplazados de Mingkaman, en Awerial, se ha convertido en refugio para casi 100.000 personas, principalmente de la etnia dinka, que huyeron de los enfrentamientos violentos en el estado de Jonglei, principalmente de la ciudad de Bor. Las personas que llegan necesitan agua, comida y un techo dónde refugiarse. Sudán del Sur afronta una grave crisis a causa de la violencia que se desató en diciembre de 2013 entre las fuerzas leales al presidente Salva Kiir, y los combatientes aliados al ex vicepresidente Riek Machar. Cerca de un millón de personas han tenido que abandonar sus hogares a causa de los enfrentamientos y se han quedado sin medios propios para alimentarse. Un tercio de la población sufre inseguridad alimentaria./Pablo Tosco/Oxfam Intermón

Las ONG que trabajan sobre el terreno alertan que la situación empeorará las próximas semanas, coincidiendo con la llegada de lluvias. Es clave poder repartir comida y agua a las personas afectadas para evitar una catástrofe a gran escala. El campo de desplazados de Mingkaman, en Awerial, se ha convertido en refugio para casi 100.000 personas, principalmente de la etnia dinka, que huyeron de los enfrentamientos violentos en el estado de Jonglei, principalmente de la ciudad de Bor. Las personas que llegan necesitan agua, comida y un techo dónde refugiarse. Sudán del Sur afronta una grave crisis a causa de la violencia que se desató en diciembre de 2013 entre las fuerzas leales al presidente Salva Kiir, y los combatientes aliados al ex vicepresidente Riek Machar. Cerca de un millón de personas han tenido que abandonar sus hogares a causa de los enfrentamientos y se han quedado sin medios propios para alimentarse. Un tercio de la población sufre inseguridad alimentaria./Pablo Tosco/Oxfam Intermón

Oxfam Intermón y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) está proporcionado ayuda alimentaria a más de 100.000 en Mingkaman. En Mingkaman, cada familia recibe sorgo, lentejas, aceite y sal para alimentarse durante un mes. Martha Nyandit (42 años), madre de 6 hijos. Huyó de los combates en Bor, estuvo 17 días escondida en una isla del río Nilo. Llegó a Mingkaman en enero 2014 donde se enteró que su marido había muerto. No sabe dónde está el resto de su familia y no tiene una tienda dónde refugiarse cuando llueve. Llegó sin nada y depende de que las otras mujeres le presten sus cazos para poder cocinar. El campo de desplazados de Mingkaman, en Awerial, se ha convertido en refugio para casi 100.000 personas, principalmente de la etnia dinka, que huyeron de los enfrentamientos violentos en el estado de Jonglei, principalmente de la ciudad de Bor. Las personas que llegan necesitan agua, comida y un techo dónde refugiarse. Sudán del Sur afronta una grave crisis a causa de la violencia que se desató en diciembre de 2013 entre las fuerzas leales al presidente Salva Kiir, y los combatientes aliados al ex vicepresidente Riek Machar. Cerca de un millón de personas han tenido que abandonar sus hogares a causa de los enfrentamientos y se han quedado sin medios propios para alimentarse. Un tercio de la población sufre inseguridad alimentaria./ Pablo Tosco/Oxfam Intermón

Organizaciones humanitarias como Oxfam Intermón están trabajando sobre el terreno para garantizar que las personas afectadas por el conflicto tienen acceso a comida, agua e instalaciones de higiene como letrinas y cabinas de baño. El campo de desplazados de Mingkaman, en Awerial, se ha convertido en refugio para casi 100.000 personas, principalmente de la etnia dinka, que huyeron de los enfrentamientos violentos en el estado de Jonglei, principalmente de la ciudad de Bor. Las personas que llegan necesitan agua, comida y un techo dónde refugiarse. Sudán del Sur afronta una grave crisis a causa de la violencia que se desató en diciembre de 2013 entre las fuerzas leales al presidente Salva Kiir, y los combatientes aliados al ex vicepresidente Riek Machar. Cerca de un millón de personas han tenido que abandonar sus hogares a causa de los enfrentamientos y se han quedado sin medios propios para alimentarse. Un tercio de la población sufre inseguridad alimentaria./ Pablo Tosco/ Oxfam Intermón

Se prevé que la escasez de alimentos empeore en agosto y llegue a niveles alarmantes en diciembre. Los niños y niñas se llevan la peor parte: se calcula que 1,25 millones de niños menores de 5 años necesitan alimentos para junio. Nyan Hian Gatluak huyó de la violencia en Jonglei y se ha refugiado en el recinto de la ONU en Juba, capital de Sudán del Sur. En el recinto que Naciones Unidas tiene en Juba, conocido como UN House (Casa de la ONU), viven hacinadas casi 20.000 personas, principalmente de la etnia nuer. Llegaron huyendo de la violencia que estalló el pasado mes de diciembre. Muchos otros civiles se trasladaron desde el campamento de Tomping, en Juba, al con el propósito de buscar refugio debido a las condiciones cada vez peores en ese lugar. Varias organizaciones como Oxfam trabajan para proporcionarles agua y saneamiento. Sudán del Sur afronta una grave crisis a causa de la violencia que se desató en diciembre de 2013 entre las fuerzas leales al presidente Salva Kiir, y los combatientes aliados al ex vicepresidente Riek Machar. Cerca de un millón de personas han tenido que abandonar sus hogares a causa de los enfrentamientos y se han quedado sin medios propios para alimentarse. Un tercio de la población sufre inseguridad alimentaria./Pablo Tosco/Oxfam Intermón

Se prevé que la escasez de alimentos empeore en agosto y llegue a niveles alarmantes en diciembre. Los niños y niñas se llevan la peor parte: se calcula que 1,25 millones de niños menores de 5 años necesitan alimentos para junio. Nyan Hian Gatluak huyó de la violencia en Jonglei y se ha refugiado en el recinto de la ONU en Juba, capital de Sudán del Sur. En el recinto que Naciones Unidas tiene en Juba, conocido como UN House (Casa de la ONU), viven hacinadas casi 20.000 personas, principalmente de la etnia nuer. Llegaron huyendo de la violencia que estalló el pasado mes de diciembre. Muchos otros civiles se trasladaron desde el campamento de Tomping, en Juba, al con el propósito de buscar refugio debido a las condiciones cada vez peores en ese lugar. Varias organizaciones como Oxfam trabajan para proporcionarles agua y saneamiento. Sudán del Sur afronta una grave crisis a causa de la violencia que se desató en diciembre de 2013 entre las fuerzas leales al presidente Salva Kiir, y los combatientes aliados al ex vicepresidente Riek Machar. Cerca de un millón de personas han tenido que abandonar sus hogares a causa de los enfrentamientos y se han quedado sin medios propios para alimentarse. Un tercio de la población sufre inseguridad alimentaria./Pablo Tosco/Oxfam Intermón

Organizaciones humanitarias como Oxfam Intermón están trabajando sobre el terreno para garantizar que las personas afectadas por el conflicto tienen acceso a comida, agua e instalaciones de higiene como letrinas y cabinas de baño. El campo de desplazados de Mingkaman, en Awerial, se ha convertido en refugio para casi 100.000 personas, principalmente de la etnia dinka, que huyeron de los enfrentamientos violentos en el estado de Jonglei, principalmente de la ciudad de Bor. Las personas que llegan necesitan agua, comida y un techo dónde refugiarse. Sudán del Sur afronta una grave crisis a causa de la violencia que se desató en diciembre de 2013 entre las fuerzas leales al presidente Salva Kiir, y los combatientes aliados al ex vicepresidente Riek Machar. Cerca de un millón de personas han tenido que abandonar sus hogares a causa de los enfrentamientos y se han quedado sin medios propios para alimentarse. Un tercio de la población sufre inseguridad alimentaria./Pablo Tosco/ Oxfam Intermón
Las organizaciones humanitarias que trabajan en Mingkaman se esfuerzan para llegar a todo el mundo y cubrir las necesidades más básicas: agua, comida y techo. Pero los retos son enormes. En el último mes llegaron 1.000 personas nuevas cada día. El campo de desplazados de Mingkaman, en Awerial, se ha convertido en refugio para casi 100.000 personas, principalmente de la etnia dinka, que huyeron de los enfrentamientos violentos en el estado de Jonglei, principalmente de la ciudad de Bor. Las personas que llegan necesitan agua, comida y un techo dónde refugiarse. Sudán del Sur afronta una grave crisis a causa de la violencia que se desató en diciembre de 2013 entre las fuerzas leales al presidente Salva Kiir, y los combatientes aliados al ex vicepresidente Riek Machar. Cerca de un millón de personas han tenido que abandonar sus hogares a causa de los enfrentamientos y se han quedado sin medios propios para alimentarse. Un tercio de la población sufre inseguridad alimentaria./Pablo Tosco/ Oxfam Intermón

Las organizaciones humanitarias que trabajan en Mingkaman se esfuerzan para llegar a todo el mundo y cubrir las necesidades más básicas: agua, comida y techo. Pero los retos son enormes. En el último mes llegaron 1.000 personas nuevas cada día. El campo de desplazados de Mingkaman, en Awerial, se ha convertido en refugio para casi 100.000 personas, principalmente de la etnia dinka, que huyeron de los enfrentamientos violentos en el estado de Jonglei, principalmente de la ciudad de Bor. Las personas que llegan necesitan agua, comida y un techo dónde refugiarse. Sudán del Sur afronta una grave crisis a causa de la violencia que se desató en diciembre de 2013 entre las fuerzas leales al presidente Salva Kiir, y los combatientes aliados al ex vicepresidente Riek Machar. Cerca de un millón de personas han tenido que abandonar sus hogares a causa de los enfrentamientos y se han quedado sin medios propios para alimentarse. Un tercio de la población sufre inseguridad alimentaria./Pablo Tosco/ Oxfam Intermón

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