Miles de maestros que marchaban hacia Los Pinos modificaron la ruta y a última hora enfilaron hacia el Palacio Legislativo de San Lázaro, al denunciar la intención traidora de los legisladores de aprobar ayer mismo la Ley General de Servicio Profesional Docente, por lo que convocaron para este miércoles a una insurrección magisterial.
En la avenida Congreso de la Unión los profesores se replegaron hacia su campamento en el Zócalo ante la presencia de jóvenes con rostros cubiertos que llegaron a reventar la protesta con petardos, piedras, tubos, bombas molotov y cadenas.
Aunque la mayoría de los inconformes llamaron en todo momento a evitar caer en provocaciones y a no incurrir en actos de violencia, los encapuchados provocaron al menos seis choques con los uniformados en distintas etapas de la manifestación.
Hasta el cierre de esta edición, oficialmente se reportaban 16 detenidos, aunque el Comité Cerezo y otras organizaciones señalaban que eran 23. Incluso, varios jóvenes universitarios fueron aprehendidos cerca de la estación del Metro San Antonio Abad.
En la víspera de la entrega del primer Informe del presidente Enrique Peña Nieto, los mentores convocaron, por su lado, a una movilización del Momento a la Revolución a Los Pinos, mientras jóvenes de diversos colectivos y universidades, así como organizaciones sociales, llamaron a otra marcha que partiría del mismo lugar dos horas antes que la de los educadores hacia San Lázaro.
Los docentes avanzaron sobre el Paseo de la Reforma hasta la glorieta de la Palma, y ahí se detuvo el contingente formado por maestros de las siete regiones de Oaxaca, así como de Michoacán, Distrito Federal, Guerrero, Puebla, Veracruz, Guanajuato, Jalisco, Chiapas, estado de México y que, en total, de acuerdo con el secretario general de la sección sindical 22, Rubén Núñez Ginés, ascendieron a 50 mil.
En ese punto, dirigentes de la coordinadora discutieron la modificación de la ruta inicialmente señalada. Trascendió que esta decisión obedeció a que sectores duros de la sección 22 de Oaxaca rebasaron a su dirigente y se impusieron para redirigir la movilización, ante la inminente aprobación en el Congreso de la Ley General de Servicio Profesional Docente.
De manera táctica, anunció Núñez Ginés, vamos a cambiar la ruta para protestar contra la traición que fraguan los legisladores. En el mismo sentido, el líder de sección novena, Francisco Bravo, denunció que dicha norma se aprobaría de urgencia.
Al enterarse que la CNTE había cambiado de rumbo, los colectivos juveniles que se dirigían a San Lázaro decidieron hacer un alto y esperarlos en la intersección de avenida Chapultepec, Eje Central y Fray Servando, donde todos fueron rodeados por los granaderos.
Miles de policías esperaron la movilización en Fray Servando Teresa de Mier y avenida Congreso de la Unión, donde se le cerró el paso.
Ahí, en una improvisada conferencia, Bravo expresó que a lo largo del trayecto intentaron tener comunicación con los integrantes del Congreso, pero la respuesta fue la cerrazón y el despliegue de miles de policías.
Convocó a una magna manifestación el próximo miércoles, que será el día de la insurrección magisterial, con la participación de profesores de 22 estados y que será replicada en entidades del norte, centro y sur del país.La lucha no ha terminado, apenas comienza, subrayó la dirigencia magisterial.
Horas antes, alrededor de las 8 de la mañana, decenas de jóvenes comenzaron a concentrarse en el Monumento a la Revolución. Ahí se dieron las primeras revisiones debido a un amplio operativo de seguridad. Los policías no dejaron transitar con bultos voluminosos y realizaron inspecciones corporales y de pertenencias.
La marcha avanzó lentamente hasta el Eje Central. Aun cuando hubo varias confrontaciones previas, la más fuerte se presentó en la esquina con Venustiano Carranza. Varios jóvenes con el afán de llegar al Zócalo tomaron esa calle y se separaron del contingente, por lo que fueron rodeados por los policías y algunos golpeados.
Ya en las inmediaciones de avenida Congreso de la Unión y mientras los maestros fijaban su postura por la inminente aprobación de la ley reclamada, varias decenas de manifestantes encapuchados se enfrentaron al menos en tres ocasiones con los uniformados. En una de ellas, cinco policías perdieron la formación y al intentar resguardarse uno de ellos tropezó. Antes de ponerse de pie fue agredido a cadenazos, puntapiés y puñetazos por al menos 10 embozados.
Justo cuando los maestros anunciaron su repliegue al Zócalo, poco después de las 16 horas, los supuestos anarquistas se lanzaron una vez más contra los granaderos. En esta ocasión también hicieron estallar bombas molotov y cohetones. En ese momento, la policía rompió formación y arremetió contra los manifestantes quienes corrieron en tres direcciones. Algunos fueron agredidos por los uniformados.
Por la noche, los docentes discutían la acción que realizarán hoy. Algunas de las posibilidades eran marchar hacia Los Pinos o a la Secretaría de Gobernación.