Con las figuras de Pablo Neruda y Salvador Allende, bajo los efectos especiales en la semipenumbra y acompañados de la mística de los versos de la poesía, Chile revivió las emociones de la belleza literaria y cultural en el umbral del Palacio de la Moneda.
“Quizás es que nunca me he ido” fue la frase que adornó el espectáculo de la Plaza de la Constitución, donde también aparecieron alegorías del músico y activista, Víctor Jara.
El evento cultural se transformó en un pasaje político en el cual la multitud ovacionó ante el saludo simbólico a Allende, asesinado por órdenes de Augusto Pinochet durante la dictadura en Chile, junto con frases y poemas de Neruda.
«Neruda viene volando», el nombre de las dos jornadas que trajeron de vuelta al Premio Nobel de Literatura a Santiago, llegó con intensa y alegre música y con el arribo de una figura gigante de 22 metros de largo y cuatro metros de altura.
Las comunas de Recoleta, Independencia y Santiago Centro fueron los escenarios principales del trayecto del autor de Veinte Poemas de Amor y una Canción Desesperada, acompañado por una paloma gigante, un mascarón de proa, libros, caracolas y mariposas.
La idea original fue del gestor cultural y diseñador gráfico Jorge Soto Veragua, y fue acompañada por actores, bailarines y voluntarios que recorrieron las calles de Santiago con la imagen del vate.
Con información de Prensa Latina