«El gobierno quiere enmascarar la realidad actual de los pueblos indígenas”, declaró Antonio Apinajé, director de la Asociación de la Unión de Aldeas Apinajé de Tocantins, respecto a la realización de los I Juegos Mundiales Indígenas en Brasil que dieron inicio el pasado viernes.
Las etnias Apinajé y Kraho manifestaron su desacuerdo con el gobierno federal y al Congreso Nacional mediante notas públicas, en las que señalaron su decisión de no participar en el evento.
En cuanto a los Apinajé, la realización de unos juegos deportivos con las comunidades indígenas y etnias no debería ser la principal preocupación del gobierno, sino tratar los temas de invasiones territoriales, retrasos con los procesos de demarcación de tierras, conflictos con hacendados y violencia contra los pueblos.
Los habitantes de la comunidad saben que después de los Juegos, seguirán padeciendo de hambre, frío y abusos, en condiciones de extrema vulnerabilidad.
El líder Apinajé indicó que el dinero invertido en la realización del evento debió ser dirigido a la salud del indio, así como a la estructuración de la Funai (Fundación Nacional del Indio).
Al repudio de los Juegos también se unieron los indígenas Guaraní y Kaiowá, además del Consejo Indigenista Misionero (Cimi) que señaló que existen más de 180 proposiciones legislativas en el parlamento que amenazan o afectan a los pueblos indígenas. «Mientras morimos a causa de la paralización de las demarcaciones, el gobierno aplaude en estadios montados sobre nuestros territorios”, aseguran.
Con información de Adital