Presidentes de la Asociación de Colegios y Universidades Jesuitas levantaron la voz para proteger la dignidad de las personas. Enfatizaron que protegerán con todo lo que la ley imponga a estudiantes sin papeles que estudian en sus campus
Presidentes de la Asociación de Colegios y Universidades Jesuitas hicieron un llamado para proteger a estudiantes indocumentados, pues “nos sentimos espiritualmente y moralmente obligados a elevar una voz colectiva que confirma nuestros valores y compromisos como estadounidenses y educadores”.
A través de un comunicado, refirieron que representan a colegios y universidades en Estados Unidos con más de 215 mil estudiantes, 21 mil profesores y más de dos millones de egresados, por lo que deben cumplir con la misión católica y jesuita de buscar el bien de los demás.
“Nos guiamos por nuestro compromiso de defender la dignidad de cada persona, de trabajar por el bien común de nuestra nación y de promover una fe viva que trabaje por la justicia. Vemos nuestro trabajo de enseñanza, de erudición y la formación de mentes y espíritus como un fideicomiso sagrado”.
Agregaron que esta filosofía, los impulsa a trabajar por la solidaridad entre las personas, especialmente a favor de los pobres y los marginados de la sociedad; a abrazar a las familias, sin importar “su estatus migratorio o lealtad religiosa”.
“La experiencia nos ha demostrado que nuestras comunidades están enormemente enriquecidas por la presencia, la inteligencia y las contribuciones comprometidas de estudiantes indocumentados, así como de profesores y personal de todos los colores y de toda tradición de fe”, aseguraron.
Como asociación, los presidentes enumeraron sus compromisos:
Proteger en toda la extensión de la ley a los estudiantes indocumentados de nuestros campus.
Promover la petición de la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA).
Apoyar y mantenerse con nuestros estudiantes, profesores y personal independientemente sus tradiciones de fe.
Preservar las libertades religiosas en que se fundó EU.
Recordaron las palabras del Papa Francisco, en el sentido de que los migrantes y refugiados no sólo representan un problema a resolver, sino que sean bien recibidos, respetados y amados.
“Esperamos que esta declaración inspire a los miembros de nuestras comunidades universitarias, así como a la comunidad nacional más grande, a promover esfuerzos de bienvenida, diálogo y reconciliación entre todos los que comparten nuestra tierra.
“Acogemos más conversaciones y nos comprometemos a modelar el tipo de discurso y debate que están en el corazón de los ideales de nuestra nación. Y nos comprometemos a llevar los mejores recursos de nuestras instituciones -de intelecto, reflexión y servicio- a la tarea de fomentar el entendimiento en los Estados Unidos en este momento particular de nuestra historia”.
