La policía turca detuvo a 17 presuntos militantes kurdos durante una redada, la cual incluyó allanamientos en oficinas del Partido Democrático Popular pro-kurdo HDP, a pocas horas de llevarse a cabo dos ataques con bombas al sudeste del país.
Autoridades aseguraron que los responsables de los bombardeos son integrantes del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), a la par que el gobierno aplica medidas para detener a los implicados en el intento de golpe militar fallido el pasado 15 de julio.
Escuadrones antiterroristas, con el respaldo de un helicóptero, allanaron las oficinas de HDP en el centro de Estambul, mientras vehículos armados se desplegaron en las inmediaciones.
El presidente Tayyip Erdogan acusa al HDP de ser una extensión política del PKK, considerado por el país y por la Unión Europea como una organización terrorista, e inició una acción parlamentaria para levantar la inmunidad de la que gozan los diputados de HDP.
El PKK busca la autonomía kurda, en el territorio de Kurdistán, y promueve un fin negociado a la insurgencia que ha provocado la muerte de 40 mil personas, en su mayoría kurdos.
Con información de agencias