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Pobladores del Valle de Palajunoj no confían en los políticos, sólo en sus migrantes

Shirlie Rodríguez

En el departamento de Quetzaltenango la vieja política genera apatía y desinterés en la población, en su mayoría maya K’iche. En el caso del Valle de Palajunoj cientos de familias se ven desintegradas por la necesidad de migrar a Estados Unidos para tener una vida digna, la cual el Estado y el Gobierno municipal no garantizan.

El Valle de Palajunoj se ubica a unos 10 minutos del centro histórico de la ciudad de Quetzaltenango, en dirección al volcán de Santa María y a unos 206 kilómetros de la ciudad capital. El medio Ojoconmipisto confirmó que las diez comunidades que forman parte del Valle cuentan desde 2022 con más de 25 mil habitantes, cantidad que les permite reclamarse como un nuevo municipio de Quetzaltenango, trámites que continúan.

Quetzaltenango es el quinto departamento con mayor cantidad de migrantes deportados del país, esto lo confirma los datos oficiales del Instituto Guatemalteco de Migración (IGM), solo en 2022 fueron 6 mil 184 migrantes.

El Estado de Guatemala y la municipalidad de Quetzaltenango tienen la responsabilidad constitucional de garantizar las condiciones de vida de sus ciudadanos. El artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos cita que una vida digna, debe contemplar que la persona tenga garantía de alimentación, vivienda, acceso a servicios básicos y asistencia médica para los integrantes de las familias.

Sin embargo, la falta de recursos y las condiciones precarias en el Valle de Palajunoj evidencian que la población K’iche debe tomar medidas como poner en riesgo sus vidas y migrar, para acceder a estos derechos. El Estado no los proporciona y el gobierno local parece es inexistente.

“Acá vienen los políticos que van para la alcaldía y dicen que aquí hay buenas casas, hay buen dinero, hay tanta cosa, pero si se dan cuenta todo lo que está hecho en el Valle de Palajunoj, no es por el dinero guatemalteco, es por el dinero que mandan los migrantes que trabajan allá ilegalmente (de manera irregular)”, afirma Elizabeth Ixcot. Su hijo migró a Estados Unidos hace un año y cuatro meses.

Ixcot es madre soltera, se dedica a bordar y a trabajar costuras. Tiene dos hijas y tres hijos, uno de ellos, de 19 años, decidió migrar para mejorar su calidad de vida. La primera razón para migrar es la falta de oportunidades para trabajar y también la educación precaria a la que puede optar.

Elizabeth Ixcot trabaja bordados y vive con sus hijos, solo uno de ellos migró a Estados Unidos. Crédito de Shirlie Rodriguez

En la comunidad de Xecaracoj hay una escuela primaria y un instituto de educación básica. Los vecinos van a este centro educativo cercano, los demás centros quedan a más de una hora de distancia.

Ella vive junto a sus otros cuatro hijos en el sector Siete de Xecaracoj, una de las comunidades que conforman el Valle de Palajunoj, en la cabecera de Quetzaltenango. Durante varios años ha trabajado para ser la proveedora en su hogar, pero las condiciones de no tener una casa propia y la falta de recursos empujó a su hijo Jorge, a migrar.

La socióloga Angie Avelar explica que en los países de Latinoamérica es donde más se refleja la ausencia del Estado para garantizar una vida digna para las familias.

“No hay servicios básicos como agua y luz para toda la población, el transporte público es inseguro, los salarios son bajos y por lo tanto no es suficiente para proveer los alimentos necesarios. Todo esto provoca estrés, angustia y que las personas tomen medidas drásticas para superar estas necesidades”, agregó.

A pesar de la cercanía del Valle de Palajunoj con la segunda ciudad de Guatemala más importante, es una región que carece de servicios básicos, no cuenta con infraestructura vial y enfrenta varios problemas como la minería ilegal y la intención del actual gobierno municipal por imponer el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) que afectaría a las diez comunidades. 

Muchas promesas electorales, pero pocas cumplidas

En el municipio de Quetzaltenango para este proceso electoral cuenta con 120 mil empadronados, un buzón de 25 mil personas con los que cuenta el Valle de Palajunoj no pasa desapercibido por los partidos políticos. Por eso cada cuatro años llegan a hacer promesas electorales para captar el voto, pero luego ya en el poder se alejan de resolver las necesidades de las comunidades.

Al revisar los resultados electorales de 2019 para la alcaldía de Quetzaltenango, únicamente votaron 62 mil 025 personas de un padrón de 106 mil 443. De los cuales, 13 mil 551 votos hicieron ganar al actual alcalde municipal Fernando López, quien se postuló con el partido Humanista.

Para Elizabeth Ixcot habitante del Valle, la participación en los procesos electorales no vale la pena, desde hace dos periodos que no vota, porque se dio cuenta que las promesas que hacían los políticos solo fueron mentiras.

En el periodo electoral de 2019 fueron 23 personas las que corrieron en la contienda para la alcaldía de Xela – Xelajuj Noj en el idioma K’iche para nombrar a Quetzaltenango-. Tres mujeres y 20 hombres fueron candidatos, según datos del Tribunal Supremo Electoral (TSE).

“Aquí vienen los políticos a prometer tanta cosa y al final nos dejan igual o peor, porque la bolsita que nos dejan de una libra de maíz o de frijol o de sal, la tenemos que pagar al triple cuando ellos ya están sentados en la silla”, dijo. Agregó que actualmente la autoridad municipal no atiende a la población y al realizar trámites para el acceso a servicios básicos, cobran altas cantidades de dinero y además son procesos largos y engorrosos”, indicó.

La falta de oportunidades laborales es uno de sus temores, espera que ninguno de sus otros hijos tenga que realizar el peligroso viaje hacia Estados Unidos, pero asegura que tampoco es capaz de negarles su derecho a migrar, porque lo hacen para encontrar más oportunidades y mejorar su calidad de vida.

Antes, Elizabeth participaba de manera activa al afiliarse a partidos, pero uno de los aspectos que la decepcionó es el gasto de recursos para “perseguir” a los políticos a cambio de algunos víveres.

“Uno pasa sol y hay que gastar para el pasaje. La gente pobre es la que más vota por estos políticos que no hacen nada por ellos. ¿Cuánto gana un político o diputado por estar sentado firmando papeles?”, pregunta Ixcot. 

La migración como única respuesta para solventar necesidades

Vecinos del Valle de Palajunoj expresan que en cada hogar hay, por lo menos, una persona del núcleo familiar que emigró a Estados Unidos.

Pedro Ramos y María Xicará son una pareja con 50 años de casados. Sus cinco hijos migraron a Estados Unidos hace 18 años. Ellos aseguran que los dejaron ir porque las condiciones de vida en Guatemala no les garantiza tener una vivienda digna y alimento asegurado en su hogar.

Ramos cuenta que quizá los movió la ambición de querer tener una casa, pero agradece que sus hijos sí llegarán a cumplir sus propósitos, porque sabe de más casos en donde las personas mueren en el trayecto en la ruta migratoria.

Ramos dedicó toda su vida a la agricultura y durante ese tiempo pasó por varios problemas económicos. Cuando la verdura tiene buen precio, puede recuperar el capital y tener ganancias, pero también se endeudó para lograr sostener su negocio y estas circunstancias llevaron a sus hijos a migrar.

Pedro Ramos y María Xicará viven solos, sus hijos migraron a Estasos Unidos y ahora algunos de sus nietos viven en ese país. Crédito de Shirlie Rodriguez

Cuenta que a pesar de las promesas vacías que hacen los políticos en Quetzaltenango, sí continúa votando en los procesos electorales, porque quiere un cambio, pero no apoya a algún candidato por las experiencias negativas que ha tenido.

“Solo cuando están necesitados del voto del pueblo están atentos, después no cumplen y eso hace que la gente no quiera votar por todas estas mentiras”, dice.

Los esposos cuentan que tienen vecinos con historias trágicas, sus familiares han migrado hacia el norte y murieron, situación que podría evitarse por las autoridades locales y nacionales generando trabajo digno y más oportunidades a la juventud.

“En tiempo de campaña dicen que somos amigos con los políticos y que estamos para ayudarnos, pero después cuando uno va a decir que apoyó en campaña y queremos trabajo, la respuesta es tajante y lo ignoran”, dice Ramos.

Ellos ya tienen nietos, uno de ellos también decidió migrar para alcanzar sus sueños. María está perdiendo la vista, por lo que sus hijos la apoyan económicamente para que ya no trabaje; recientemente ella tuvo una caída y continuar con jornadas laborales pone en riesgo su vida.

El analista independiente Ronald Mejía explica que, aunque las cifras oficiales que se contabilizan por las entidades internacionales señalan que Quetzaltenango es el quinto departamento con más migrantes, hay números que están detrás que muestran una realidad más cruel.

“Las posibilidades de que estas cifras se dupliquen o sean tres veces más altas es obvia, no todas las personas son contabilizadas por un sistema legal u oficial. También hay que resaltar las condiciones en las que regresan, realmente no hay un sistema local promovido por la autoridad para reintegrar a estas personas en la sociedad”, recalca.

El analista refirió que las familias también sufren de un proceso de desintegración porque los integrantes suelen acostumbrarse a otra cultura, otra forma de vida, incluso otro idioma; y al regresar no hay espacios que los involucren más en su comunidad y desde el ámbito político partidista solo provoca rechazo y poca representación. 

Decepción por el papel del actual alcalde de Xela

La decepción de los vecinos y vecinas en el Valle de Palajunoj para este proceso electoral es evidente. El empresario que los atendía y que financiaba proyectos comunitarios por medio de su empresa, desde hace más de una década los dejó en el abandono al llegar a la alcaldía y también los criminalizó, explica Jorge Eduarco Tzin, vecino de Llanos del Pinal.

Antes de que Juan Fernando López llegará a ser alcalde de Quetzaltenango, construyó proyectos que le pedían los vecinos como canchas de fútbol, calles o muros perimetrales. Con estas construcciones ganaba la atención y la simpatía de la población, a quien después pedía el voto para algún candidato, sin importar el partido político.  Pero luego de ganar la alcaldía en 2019 todo fue diferente.

“Aquí tuvo bastante apoyo y aceptación de la población, pero cuando logró ser alcalde, se olvidó de todo lo que prometió. Uno de los proyectos que dijo que no iba a desarrollar es el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) y fue con lo primero con lo que nos traicionó”, dijo.

El POT es un proyecto de desarrollo territorial que permite ordenar un territorio. Este define qué se puede construir con base a los terrenos, los servicios básicos existentes y también se reglamenta cobros, sanciones y arbitrios.

Para José López Macario, experto en arquitectura, el problema que tuvo la comuna de Xela con la implementación del POT, es que no fue consultado con los pobladores, incluso en el Valle de Palajunoj se tenían que tomar en cuenta las formas de vida de las comunidades.

Una de las inconformidades eran las sanciones por construcciones no autorizadas, las cuales calificaron de excesivas para personas que se dedican principalmente a la agricultura.

El alcalde es originario del municipio de San Carlos Sija, fue contratista del Estado cuando ejecutó el proyecto de ampliación del Cementerio General en Xela.

También figuró como presidente del equipo local de futbol el Club Xelajú “Mario Camposeco” en 2009- 2011 y buscó una diputación con el partido de Manuel Baldizón a través de Libertad Democrática Renovada (LIDER), resultó electo, pero no pudo asumir por ser contratista del Estado.

Su gestión actual ha sido criticada por la población por no escuchar las solicitudes o inconformidades por proyectos y otras decisiones.

López busca su reelección con el partido Humanista, la misma agrupación por la cual logró la alcaldía. Con la nueva campaña electoral recorre diferentes territorios del municipio para ganar simpatía.

A inicios de 2022, la población del Valle de Palajunoj mantuvo una resistencia de más de 57 días por las decisiones del concejo y el alcalde municipal, quienes pretendían continuar con el POT, el cual indicó la Alcaldía Indígena del Valle de Palajunoj, solo afectaba a la población porque los cobros por construcciones y permisos era muy elevado. La Alcaldía Indígena representa la autoridad al pueblo K’iche que forma parte de las diez comunidades del valle.

La población del Valle de Palajunoj protestó contra el POT en 2022. Crédito de Shirlie Rodriguez

Desde entonces, la población de este sector retiró su apoyo al edil. “Ahora tiene a otras personas a quienes busca convencer para ganar otro periodo, se va con los de Chiquilajá, allá está haciendo todo lo que nos hizo antes a nosotros y después no cumplirá”, dice Ileana Álvarez, vecina de la localidad.

Sin atención a necesidades de las mujeres en el municipio

Ángela Guzmán Cottom a los76 años sigue siendo una comadrona y promotora de salud, tuvo 10 hijos de las cuales migraron dos.

Esta familia vivía en la entrada de Tierra Colorada, también en el Valle de Palajunoj, no contaban con servicios básicos, la comida era escasa y sus condiciones económicas eran precarias.

Su hija Ana Lorena Leiva cuando se separó de su esposo decidió migrar a los Estados Unidos porque en su casa no tenían los recursos necesarios para mantener a sus dos hijos.

Ángela Guzmán cuenta que su hija padeció el traslado para migrar, se perdió en el trayecto y por más de un mes no tuvieron noticias de ella y creyeron que lo peor había pasado. A los meses la familia recibió una llamada con la noticia de que estaba viva y que sí logró ingresar a los Estados Unidos.

Explicó que las condiciones de vivir en Guatemala son precarias, porque las oportunidades para las mujeres son escasas y muchas veces no hay formas de optar a oportunidades de trabajo. Ella decidió dedicarse a ser comadrona para apoyar a más mujeres y así tener recursos para alimentar a sus hijos, pero no fue suficiente y por lo tanto sus hijas tomaron la decisión de migrar.

“Yo le pido mucho a Dios que donde quiera que esté, que él derrame bendiciones y me la cuide. No todo el que está allá es porque quiere, sino las mismas necesidades hacen que se busque un mejor futuro. Las personas allá se pierden, los matan, son humillados, pero quienes saben trabajar lo logran, porque acá no hay condiciones”, agregó.

Miriam Ramos vive en Xecaracoj, tiene 26 años y dos hijos y hace algunos años tenía la intención de migrar a Estados Unidos, no concluyó sus estudios y tampoco conseguía un trabajo.

“Para cualquier trabajo piden mucha papelería y que uno termine el diversificado, pero yo no pude porque resulté embarazada. La misma desesperación por no encontrar un trabajo me llevó a pensar en migrar, pero después ya no lo hice”, dijo.

Su papá Victorino López cumplió dos décadas en los EE. UU., también la falta de oportunidades de trabajo y mejores salarios lo llevaron a migrar. Ella nota que las autoridades locales no colaboran para mejorar las condiciones de vida de la población, porque con educación de calidad tendrían mejores formas de vida.

Actualmente se dedica a realizar algunos trabajos de corte y confección, con su esposo abrieron un negocio para mantener a sus dos hijos. “Deben dar oportunidades a las personas para tener un trabajo y un mejor sueldo para evitar que las personas migren y mueran en el desierto. Ellos tienen la capacidad de mejorar las condiciones de vida”, concluyó.

Frente a este tipo de problemas no hay una propuesta política de representación para las mujeres y principalmente para atender las necesidades de este sector de la población, explica Telma Suchí, quien es integrante de la Comisión de Auditoría Social del municipio de Quetzaltenango

“Las únicas opciones a las que se pueden optar actualmente en la Municipalidad son a través de compadrazgos o quienes apoyaron en campaña, pero para atender las necesidades de la población no hay soluciones”. Asegura de que a pesar de que existe una Oficina Municipal de la Mujer, esta solo sirve para dar algunos cursos de cocina y bordados, el espacio es usado a veces hasta para el clientelismo político, especialmente en tiempo de campaña política.

Las historias que cuentan las personas con familiares que migraron tienen aspectos en común, uno de esos es la esperanza que mantienen de mejorar sus condiciones de vida y tener logros que no consiguieron en Guatemala.

Ángela Guzmán está feliz porque su hija ha logrado mantener a sus nietas con una mejor calidad de vida, pero teme que no la volverá a ver porque últimamente está enfermando más y no hay fecha para que Ana Lorena pise suelo guatemalteco.

Ángela Guzmán teme que no vuelva a ver a su hija que aún vive en Estados Unidos tras migrar. Crédito de Shirlie Rodriguez

Pedro Ramos comenta que también les da esperanza que sus hijos consiguieran un mejor futuro, ya tienen un terreno y casa, uno de sus hijos se casó en Estados Unidos y vive con su familia en ese país. El regreso de ellos también es incierto y su esposa María espera volver a verlos antes de perder la vista por completo.

Por su lado, Elizabeth Ixcot sigue haciendo bordados, su hijo le ha dicho que no trabaje más porque él le está mandado la remesa, pero ella es una mujer muy activa y quiere seguir apoyando a sus otros hijos.

A pesar del poco tiempo que lleva Jorge en Estados Unidos, ya pagó Q60 mil de la deuda que tenía con el coyote para cruzar, le quedan pendiente Q30 mil y después de esto espera que su trabajo le permita lograr comprar una casa.

La comunidad migrante del Valle de Palajunoj es la que genera los recursos para que muchas familias de Quetzaltenango puedan salir a delante, para resolver problemas graves, y obtener servicios básicos que el Estado y que el gobierno Municipal en la práctica deja de resolver.

Un informe reciente de la sociedad civil quetzalteca desveló que existe corrupción en la municipalidad y que esta genera mucha preocupación en la ciudadanía. Las promesas vacías regresaron al territorio con 26 partidos políticos compitiendo por la alcaldía municipal, con igual cantidad de candidatos a alcalde, de los cuales solo cinco son mujeres.

Este material se comparte con autorización de Prensa Comunitaria

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