Tener un perico, loro o guacamaya como mascota ha sido una tradición mexicana durante varias generaciones, sin embargo, la mayoría de ellos provienen del tráfico ilegal donde son robados de sus nidos, en consecuencia, la población natural de estas aves disminuye notablemente, y 7 de cada 10 ejemplares muere antes de llegar a su destino final.
Al respecto, Patricia Escalante, investigadora del Instituto de Biología, explicó que dichas aves no son buenas mascotas, pues son animales silvestres muy inteligentes diseñados para volar y vivir en completa libertad.
En México existen 22 especies de psitácidos, de las cuales todas excepto una se encuentran oficialmente en una categoría de riesgo; 11 se encuentran en peligro de extinción; seis están amenazadas, y cuatro bajo protección especial. Así, el 95% se encuentran en riesgo ostensible.
De acuerdo con Escalante, las más buscadas son las guacamayas, debido a sus colores brillantes, por ser muy curiosas, y por su capacidad intelectual de imitar voces y sonidos de los seres humanos. No obstante, son de una estrategia reproductiva mucho más lenta y por ello no es posible explotarlas.
En México
Los psitácidos habitan muy diversos ecosistemas, que van desde las selvas altas del sureste hasta el bosque de pino encino de las sierras del norte. Así, se distribuyen ampliamente a través de 26 de los 32 estados de la República.
De éstas, seis son endémicas de México, es decir sólo habitan dentro de nuestro país y en ningún otro lado del mundo. Se trata de la cotorra serrana oriental, el perico de cabeza lila, el perico de cabeza roja, el periquito catarina, el perico verde o quila, y el perico de Socorro.
El tráfico
En la actualidad, está prohibido tener a estas aves como mascotas, no obstante, la mayoría de las personas no lo sabe, los compra y así promueven que este mercado ilegal aumente.
Regularmente, los vendedores las tienen en condiciones antihigiénicas, denigrantes y mal alimentadas. Además, al comprar estas especies se fomenta que los traficantes destruyan los nidos de las aves y arruinen un espacio que ellas puedan usar en un futuro para criar a nuevas generaciones.
De acuerdo con estudios realizados por especialistas del tema, enfatizó la investigadora, se calcula que al año se extraen 78 mil psitácidos de México. Aunado a esta problemática, el medio ambiente donde habitan se encuentra en peligro, en el cual los espacios cada día son más pequeños debido a la deforestación.
La situación
El mercado más importante es el nacional, donde resulta una moda tener animales exóticos. No obstante, a nivel internacional, Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea prohibieron el comercio de aves silvestres debido a la transmisión de diversas enfermedades.
En 2008, las autoridades mexicanas prohibieron la extracción de estas especies, una medida que ha funcionado mejor. Sin embargo, “debemos ser conscientes y reflexionar que no es bueno comprar estos animales como mascota, no podemos extraerlos de sus lugares de origen para llevarlos a vivir en una jaula, aunque haya sido una tradición mexicana”, destacó.
Este material se comparte con autorización de UNAM Global