Pelear se dice tehuia: ser náhuatl y kickboxer en la Ciudad de México

Fernanda Isabel Lara Manríquez

Foto: De izquierda a derecha, Alberto «El Dragón» González, al centro Abisai «El Tigre» Reyes y a la derecha Ricardo López Covarrubias.

Con 15 peleas en categoría amateur y semi profesional, 12 de ellas en la modalidad de Kick Boxing, dos de ellas en box, y una pelea de k-1, 14 de ellas ganadas y sólo una perdida, el pasado 30 de junio bajo la organización del Consejo Mundial de Kick Boxing, Abisai “El Tigre” Reyes Sánchez subió una vez más al ring, en esta ocasión para dar el salto de kickboxer semi profesional a profesional.

“El Tigre”, nacido en la comunidad indígena Santa María Teopoxco, Oaxaca, ha hecho de las peleas un modo de vida, y es que rendirse simplemente no entra en su vocabulario, ni en el ring, ni en su vida diaria. Con tan sólo 13 años de edad, acostumbrado a estar rodeado de montañas y de una comunidad habituada a relacionarse con la naturaleza de una manera sana y espiritual, dejó su hogar para reunirse con sus padres en Iztapalapa tras la muerte de su hermana.

Al extremo derecho, Abisai Reyes, antes de convertirse en «El Tigre». Santa María Teopoxco, Oaxaca.

A su llegada a la Ciudad de México vendría un rompimiento con su comunidad y la inminente necesidad de aprender a vivir en una urbe que rechaza lo tradicional y lo rural, sin embargo, y aunque llegaría a trabajar como cargador en la central de abastos, con toda la marginalidad que ello implica, “El Tigre” nunca se detendría y descubriría una de las mejores motivaciones que la vida le podría presentar, los deportes de contacto, especialmente el Kick Boxing.

Abisai “El Tigre” Reyes Sánchez, después de ganar su debut profesional en Kick Boxing. 30 de junio de 2023.

Pero no sería el Kick Boxing por sí mismo lo que lo motivaría. Sin duda su entrenador, Alberto “El Dragón” González, sería una razón de peso para que “El Tigre” se planteara la idea de pelear en un ring. “El Dragón” le transmitiría la pasión por los deportes de contacto, una pasión que no muere ni con el hecho de perder las córneas, como él mismo las perdió, motivo por el que dejó de pelear. En palabras de su entrenador: “me siento orgulloso de «El Tigre», es un chavo muy disciplinado que siempre ha jalado para mí por todos lados, vamos a las barras, vamos a torneos de calistenia, entrenamos, vamos a carreras, a las peleas. Es un chavo que desde el principio demostró que tenía garra, coraje de entrenar, lo que lo pongan a hacer él siempre va a destacar”.

Y es que la determinación de “El Tigre” no tiene límites. Previamente a su pelea para debutar profesionalmente como kickboxer mencionó estar algo nervioso, pero también dijo que para pelear siempre es necesario tener algo de odio, pero ¿podemos hablar de odio o de furia? Furia por tantas injusticias vividas y que ni siquiera son nombradas porque el lamento no forma parte de la personalidad de “El Tigre”.

Así, aun teniendo varias cosas en contra, Abisai Reyes Sánchez demostraría sus habilidades en el ring el pasado viernes 30 de junio, ganando su primera pelea de Kick Boxing profesional. Ni la lesión en uno de sus pies, ni las dificultades para conseguir su equipo representaron un freno, primero por su determinación y, segundo, por la relación tan fuerte que han construido su entrenador y él.

Y es que no es un secreto que, en Iztapalapa, históricamente los entrenadores y peleadores han afianzado sus carreras deportivas sin el apoyo de los gobiernos, situación que se recrudece cuando se es indígena. No por nada los entrenadores más destacados de Iztapalapa conformaron su propia liga de boxeo, el CEBUI (Comité de Entrenadores de Boxeo Unidos por Iztapalapa). Esto es así puesto que, en palabras de Ricardo López Covarrubias, entrenador de apoyo de “El Tigre” y dueño del gimnasio FAIR, donde también entrena Abisai Reyes Sánchez, la alcaldía dejó de entregar los apoyos y fomentos a los deportes de contacto con los que antes contaban, tales como becas deportivas, premios, sudaderas, pants, guantes y caretas.

A pesar de esto, “El Tigre” encontró en Iztapalapa algo que sólo había conocido en Santa María Teopoxco, esto es, las relaciones solidarias que muchas veces caracterizan a las comunidades indígenas de nuestro país. Tanto en la central de abastos, como en el gimnasio en el que entrena, “El Tigre” ha encontrado múltiples muestras de apoyo para fortalecer su carrera como deportista de contacto.

Vale decir que, a diferencia del boxeo, en el Kick Boxing debutar como profesional no trae consigo retribuciones económicas, razón por la cual, en su última pelea de debut profesional, sus ingresos se debieron a los fans que ahora le siguen y que pagan por verlo pelear, es decir, su única ganancia proviene de la venta de boletos que él mismo debe vender. Además, su equipo ha sido adquirido principalmente por él y en menor medida por parte de sus propios compañeros y compañeras de entreno que creen en él y que constantemente lo apoyan. Sin embargo, se esperaría que un gobierno que ha organizado clases masivas de boxeo en el zócalo, fuera congruente con el fomento del deporte, apoyando directamente los talentos que ya destacan tanto en el boxeo, como en el Kick Boxing.

Sin embargo, en los deportes de contacto nada importa desde que se colocan los dos pies en la lona, el entorno se desvanece, bajan los decibeles de los gritos del público, aunque éste se quede sin garganta al día siguiente, nada se oye, nada se ve, sólo se escucha la respiración del rival y las indicaciones del entrenador, solo se ve el rival. Los golpes ya no se sienten, las injusticias se olvidan, y lo único que queda es la determinación de “El Tigre”. Para Abisai Reyes Sánchez esas injusticias, esa furia por diversas perdidas, ese enojo por el rompimiento con su comunidad, se han convertido en un impulso para seguir luchando en la calle y en el ring. Todo se ha desvanecido porque el sueño comienza a vivirse, su entrenador y él se titulan el mismo día, es el primer Kick Boxer que “El Dragón” lleva a categoría profesional. Él mismo señaló: “yo sólo necesito decirle qué hacer desde la esquina y Abi lo hace”, y es que ambos se han convertido en una máquina para fabricar estrategias en el ring. Todo ello les ha valido para consolidar una carrera de Kick Boxing en la que la comunicación, la lealtad, la confianza, la determinación, el compañerismo, y la empatía lo son todo. Pocos peleadores y entrenadores se han visto construyendo una relación que se ha convertido en el cimiento del triunfo de ambos, haciendo posible que, en verdad, una parte del equipo esté adentro del ring y la otra parte afuera del ring, al grado de conformar una sola estrategia que una la visión desde fuera y desde adentro del ring. Y vaya qué estrategia de potenciar lo mejor del box en el Kick Boxing, combinando los mejores uppercuts, los mejores jabs y las mejores esquivas con el pateo preciso.

Pero, lo mejor de todo, un deporte como el Kick Boxing que se supone violento, se ha convertido en el espacio de confianza, aceptación, reto y crecimiento de “El Tigre” Reyes, cuya identidad náhuatl no tiene necesidad de ocultar, pero tampoco de ostentar pues, en los deportes de contacto lo interesante es la determinación, la técnica, y la estrategia.

«El Tigre» y «El Dragón», después del debut profesional del 30 de junio de 2023.

*Agradezco el apoyo de María Ixmatlahua y del Dr. Baruc Martínez Díaz para la traducción de tehuia

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Una Respuesta a “Pelear se dice tehuia: ser náhuatl y kickboxer en la Ciudad de México”

  1. Cristina Ramírez Pinedo

    Excelente artículo de “ El Tigre Reyes “ muy motivador para las nuevas generaciones en el deporte. Felicidades al Tigre por su triunfo y que vengan más. También felicidades a Isabel Fernanda por la brillante redacción de este artículo.

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