Sus letras hablan sobre la tierra y el territorio y el amor propio.
Una joven está sentada en una hamaca y sostiene una libreta y con su lápiz teje palabras e hila historias. Paula Ya López, de 24 años de edad, hace activismo con poesía en Didxazá (zapoteco) y castellano.
Su historia en la escritura nació a los 10 años de edad, cuando cursaba el cuarto grado de primaria, elaboraba poemas y cuentos en español porque era el idioma que podía escribir a pesar de que el zapoteco lo conoció desde que estaba en el vientre de su madre, pues es su primer idioma.
La joven escritora nació en Álvaro Obregón Oaxaca, una comunidad zapoteca que pertenece al municipio de Juchitán, Oaxaca, en donde el 100 por ciento de su gente habla el zapoteco y además mantienen una defensa de su tierra y territorio contra los proyectos eólicos desde el año 2012.
A los 15 años de edad, Paula ya con una colección de poemas y cuentos decidió hacerle un regalo a su madre, pero como quería impresionarla buscó todos los medios y formas para construirlo en zapoteco y lo logró, así elaboró su primer poema en su lengua madre, el zapoteco.
“Cuando pienso o hablo en zapoteco lo primero que se me viene a la mente es mi mamá, tengo en la mente el zapoteco y mi mamá están relacionadas o conectadas, entonces le escribí un poema llamado Zacanga jñaa / Así es mi madre”.
A esa edad Paula ya se daba cuenta de lo que ocurría en su pueblo con la defensa del territorio, acudía a las reuniones y aunque no opinaba, retoma las voces de las mujeres y hombres, con el tiempo pensó que sus poemas también podrían hablar de la madre tierra, los cuidados y la vida, y así comenzó su activismo en las letras, que es lo que le apasiona.
“Hace un par de años después empezó todo este movimiento y el rechazo a la instalación del parque eólico en mi pueblo, empecé a involucrarme más en estos asuntos y a tomarle la importancia y reconocer el valor que tienen nuestras tierras, nuestra laguna, nuestros ríos, árboles, manglares y nuestra gente y como yo mi medio para expresarme siempre han sido los textos o la poesía, empecé a escribir estos poemas protesta, tenía que hacerlo, era necesario”.
La poesía de protesta que Paula escribe narra su vida y su territorio, así envuelve al lector en la lucha por la tierra y a conservar lo nuestro.
“Escribo para la vida, para la gente, para la conciencia, esta poesía de protesta no se logra solo con leer, sino con vivirlo y con las experiencias de mi gente que he visto luchar por su tierra y territorio, por esa laguna donde los pescadores todos los días acuden”.
La poeta describe que través de la poesía y su lengua madre que es el zapoteco encontró la oportunidad para hablar y compartir lo que siente y piensa sobre los pueblos originarios, la tierra, las lagunas y el viento para hacer un poco de conciencia en las demás personas que no valoran todo esto, y también para rendirle homenaje o darle su agradecimiento a las personas que han luchado y dado su vida para defender lo poco que nos queda.
Paula está contenta por lo que hace, con sus recursos imprime sus poemarios y los vende en tianguis culturales o en las redes sociales, también ha creado una campaña digital sobre la poesía y continuamente los presenta en viva voz.
También escribe poemas que hablen de la mujer, de la violencia y el amor propio.
Como feminista que se considera, Paula considera que la lucha feminista que ella encabeza nace de las letras, de ese amor sincero a la vida y a romper estereotipos y dar apertura a la lucha por la aceptación.
Desde su hogar en un pueblo zapoteca “Álvaro Obregón”, donde la señal telefónica y las redes sociales son irregulares y los hombres viven de la pesca y las mujeres de la elaboración de tortillas de maíz, esta joven de cabellos y ojos negros escribe todos los días, en su libreta hay más de cien poemas de su autoría, los colecciona, a veces los imprime, otras los lee, pero siempre la poesía es el motivo de su existencia y los comparte como una resistencia a una vida digna.
Publicado originalmente en IstmoPress