Ciudad de México | Desinformémonos. Frente a la realidad «violenta y excluyente», acentuada por la crisis de salud derivada de la pandemia de Covid-19, es necesario identificar y erradicar «las inercias asociadas a la estructura de conocimiento hegemónica y a los modos de producción y reproducción que contribuyen a refuncionalizar y perpetuar el actual estado de las cosas», aseguró el Rector de la IBERO Puebla, Mario Patrón Sánchez, en su Segundo Informe de Actividades el pasado 7 de septiembre.
Señaló que para acompañar a los jóvenes en la construcción de un «futuro esperanzador», se deben profundizar los esfuerzos para superar «aquellas pautas culturales» que están vigentes en las instituciones universitarias, «especialmente el patriarcalismo y la recurrencia al pensamiento normativo, a la unidisciplinariedad, a la uniformidad».
Para ello, agregó Patrón Sánchez, también será «imprescindible» desmontar la cultura estamental que permea en las universidades y que dificulta el diálogo libre entre personas, el reconocimiento de la validez de los saberes populares y no hegemónicos, y la producción de nuevas aproximaciones críticas y prácticas transformadoras de las estructuras de dominación vigentes.
En una ceremonia celebrada con aforo reducido el pasado 7 de septiembre, el Rector de la IBERO Puebla también ofreció una lectura de la realidad atravesada por la pandemia de coronavirus y sus consecuencias, entre las que se encuentran la caída en la pobreza de más de 200 millones de personas en el mundo y el recrudecimiento de la desigualdad.
Patrón añadió que con la pandemia de Covid-19 se reunieron y pusieron en escena los efectos de un conjunto de pautas, actividades y factores consustanciales al modelo civilizatorio hegemónico, como la producción agroindustrial, la deforestación, las megagranjas industriales, la alta movilidad empresarial y la desigualdad.
Indicó que mientras 200 millones de personas cayeron en la pobreza durante la pandemia, «a las mil personas más ricas del mundo sólo les tomó nueve meses recuperar las pérdidas económicas producidas por la pandemia; en tanto que las diez personas más ricas del mundo no sólo no perdieron ni un centavo de su patrimonio durante la pandemia, sino que además lo incrementaron en más de 540 mil millones de dólares en conjunto».
«Estas cifras nos permiten afirmar que la actual pandemia no es la enfermedad en sí misma, sino el síntoma de un orden estructural patógeno que atenta contra la dignidad de la vida y compromete severamente su sostenibilidad», agregó.
En el caso de México, refirió que las expresiones de la desigualdad se observan en los sectores de salud, educación y seguridad, y que son aún más visibles en las mujeres, las comunidades indígenas, las personas con orientación sexual o identidad de género diversas y otros grupos.
En este sentido, Patrón consideró que las medidas del presidente Andrés Manuel López Obrador no han sido suficientes para garantizar los derechos y la protección de la población, y que, por el contrario, «la meta prometida de llevar a cabo una auténtica Cuarta Transformación de la vida pública del país luce como un puerto aún lejano e improbable».
La ceremonia también contó con la participación de profesores, alumnos, activistas e integrantes de colectivos de búsqueda de desaparecidos que compartieron sus experiencias sobre cómo realizaron sus actividades en la pandemia y el apoyo recibido por parte de la institución.
Por ejemplo, la integrante del colectivo Voz de los Desaparecidos en Puebla, María Luisa Núñez Barojas, señaló que la IBERO Puebla ha sido un aliado que no solo ha aportado alivio psicoemocional, sino también asesoría legal y respaldo mediático «en aras de cimbrar a la inoperante clase política estatal y nacional».
Por su parte, el Rector de la Universidad Iberoamericana Puebla recordó también la crisis de violencia que enfrentan los migrantes en México, los familiares de víctimas, las mujeres, los pueblos indígenas y otros grupos cuyas luchas se recrudecieron con la pandemia.
Frente a este panorama, Patrón Sánchez señaló que las prioridades estratégicas para enfrentar los desafíos en este segundo año de la pandemia estuvieron centradas en tres rubros de acción: el cuidado de la salud integral de la Comunidad; la procuración de una calidad académica socialmente pertinente; y la protección de la viabilidad económica del proyecto educativo.
Estos rubros incluyeron las medidas para disminuir el contagio de la comunidad universitaria a través de las clases virtuales, la creación de nuevos protocolos de bioseguridad, el apoyo económico a los estudiantes afectados por la pandemia y la creación del primer fondo de becas para procurar la sostenibilidad económica de alumnos y de la propia institución, entre otras.
Finalmente, el Rector de la IBERO Puebla refrendó el compromiso de las universidades jesuitas de encarnar una propuesta educativa contracultural para avanzar en la construcción de un «futuro esperanzador» desde la labor investigadora, educadora y transformadora de la institución.
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Testimonios 2020-2021Escucha el informe aquí: