Autoridades israelíes han aprobado la construcción de aproximadamente 2.000 asentamientos ilegales en Cisjordania, en donde además demolerán 92 casas que pertenecen a familias beduinas, quienes han expresado su derecho de permanecer en el lugar que han habitado por años, y que según sus palabras, el gobierno de Israel les quiere quitar para conectar diferentes asentamientos alrededor de Jerusalén y a su vez, eliminar las comunidades beduinas. El desplazamiento forzoso al que son sometidos, es considerado internacionalmente, una violación a la convención de Ginebra.
Tras el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel por parte del presidente de Estados Unidos, Donald Trump; y el reciente traslado de la embajada norteamericana de Tel Aviv a Jerusalén, numerosas protestas y muestras de apoyo internacionales fueron dadas al pueblo palestino. Países como Francia, Alemania, y Gran Bretaña han mostrado su inconformidad con la decisión tomada por Trump, que recientemente también, para beneficio de sus grandes aliados como lo son Arabia Saudita e Israel, ha cancelado el pacto nuclear que había sido firmado por el ex presidente norteamericano Barack Obama el 14 de julio de 2015, como parte del programa para mantener la paz y la seguridad en la región. A pesar de la salida de Estados Unidos del pacto, representantes de la Unión Europea estén haciendo lo posible por mantenerlo.
El pasado 14 de mayo, mientras Ivanka Trump junto al primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, celebraban la inauguración de la embajada en Jerusalén, ciudad santa que tanto judíos como palestinos reclaman como capital, miles de palestinos que participaban en la franja de Gaza de masivas protestas, resultaron heridos por policía y ejército israelí, otros cientos perdieron la vida. Sin embargo, según palabras de políticos israelíes “ningún protestante es inocente, y todos ellos significan una amenaza para Israel”. El aumento de los asentamientos judíos en territorio palestino (Gaza y Cisjordania), ha dado como resultado desde protestas pacíficas hasta levantamientos armados a través de los años.
Las autoridades israelíes y sus ciudadanos han podido actuar con impunidad gracias al apoyo diplomático y financiero brindado principalmente por Estados Unidos y sus diferentes gobiernos. Además, el silencio de líderes mundiales frente a los abusos llevados a cabo por Israel a palestinos, la baja y casi nula probabilidad de la solución de dos estados, y la continua victimización judía son hechos que ayudan a ocultar la limpieza étnica que realiza Israel cada vez que se aprueba alguna ley para que los asentamientos continúen aumentando. Mientras la ocupación continúe, mientras los derechos fundamentales de los palestinos sigan siendo negados, Palestina seguirá siendo tierra de todos, tierra de nadie.
Fuente: Alicia Toquica, Las2orillas